Entre el 21 y 26 % de jóvenes toledanos de 16 a 29 años ni estudia ni trabaja

Entre el 21 y el 26 por ciento de los jóvenes toledanos de 16 a 29 años se encuentra en una «preocupante» situación de alta vulnerabilidad y de «invisibilidad» ya que ni trabajan ni estudian, lo que supone un porcentaje mayor que la media del país, que es el 17 por ciento. Estos datos se desprenden de la primera fase del estudio sobre la juventud de la ciudad de Toledo que está elaborando la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en colaboración con el Ayuntamiento.

El concejal de Juventud de Toledo, Diego Mejías, y la vicedecana de Ciencias Sociales, Inmaculada Herranz, presentaron en rueda de prensa los resultados de la primera fase de este trabajo que tiene como objetivo obtener «datos reales» de la situación de los jóvenes para trabajar en sus inquietudes y problemas.

Mejías reconoció su «preocupación» ante unos primeros indicadores que subrayan el «sentimiento de pobreza y la atmósfera de pesimismo» que hay en los jóvenes así como su «idea de ausencia de futuro».

Los jóvenes entre 16 y 29 años suponen el 17,2 % de la población de la ciudad de Toledo, un porcentaje que se ha reducido respecto a etapas anteriores -como en el resto del país- debido a la disminución de la tasa de natalidad, sobre todo, pero también a que parte de ellos se han marchado.

Entre el 21 y el 26 % de los jóvenes toledanos no trabaja ni estudia, lo que ocasiona una «bolsa» de jóvenes «que se van haciendo cada vez más invisibles» y que están fuera del sistema.

Respecto a los jóvenes que trabajan, la temporalidad laboral es muy elevada y ronda el 73 %. Los barrios con más jóvenes son Santa María de Benquerencia y la zona norte y en el 16,5 % de los hogares con jóvenes no hay ninguna persona que trabaja.

El estudio también compara algunos datos con el resto de provincias de Castilla-La Mancha y la media nacional, y en este contexto destaca el índice de pobreza y la pérdida de población en la comunidad autónoma.

Herranz explicó que estos datos se han obtenido de fuentes estadísticas oficiales que permiten afrontar la segunda fase del proyecto, que será el trabajo de campo con alrededor de 750 jóvenes en el que se abordarán cuestiones concretas relacionadas con la violencia machista, el ciberacoso, los hábitos de consumo, adicciones o su interés por la política. La vicedecana señaló que estos datos generan «preocupación» y son «un sistema de alerta» en función del cual la Concejalía decidirá su intervención.

En este sentido, el concejal de Juventud resaltó que el principal objetivo del estudio es «escuchar a los jóvenes» para poder plantearles alternativas para un futuro mejor, y avanzó como posibilidades para ayudar a los jóvenes recurrir al presupuesto municipal o contar con apoyo de la Junta y de fondos europeos.