Por el Día Mundial de la Poesía

La música de las palabras se entremezcla con las emociones que se esconden en nuestras vivencias. En este sentido, la poesía nos viste de complicidad y nos recarga sentimentalmente. Los versos son uniones semánticas que encierran trasfondos subjetivos con multitud de interpretaciones según los ojos que recaen en las ideas que el autor crea para rellenar los huecos de un abismo propio .

Por poner ejemplos de la melodía que cobra el lenguaje a través de la poesía, tenemos que recordar la conexión que tiene con la temporalidad ignorada mediante aquel fantástico verso de Antonio Machado «hoy es siempre todavía»; con la profundidad del mar como metáfora de un barco de sueños a través de ese «…¡y el mar…como invitando a lo imposible!» de Pedro García Cabrera ; y también con la incertidumbre que encierra el pesar de los años como en aquel fantástico verso de Josefina de la Torre «me busco y no me encuentro». La poesía es, a fin de cuentas, un lazo con la parte abstracta de nuestra esencia, lo que nos convierte en artistas del destino y en recuerdos ajenos que se simbolizan en los corazones que marcamos . Tanta teoría, tanto análisis y al final siempre la misma pregunta: ¿qué es poesía?, la respuesta la sabemos gracias Gustavo Adolfo Bécquer : «poesía…eres tú».