Semana de Pasión en el PP balear

La actual dirección interina ha calificado de «innecesarias» las críticas del expresidente Bauzá al giro ideológico regionalista que se está produciendo en el partido

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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El Partido Popular no está pasando en Baleares por sus mejores momentos. Hace apenas un año, gobernaba con mayoría absoluta en las principales instituciones del Archipiélago, incluidas el Ejecutivo autonómico, el Consejo de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Al mismo tiempo, parecía contar con un líder sólido, José Ramón Bauzá, que además de presidir el Gobierno regional era considerado también como uno de los principales referentes de su partido a nivel nacional.

Sin embargo, las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015 supusieron un negativo y muy duro punto de inflexión. El PP obtuvo entonces en las Islas el peor resultado de su historia, con sólo 20 diputados sobre un total de 59 escaños en el Parlamento balear, pasó a la oposición en casi todas las instituciones y a nivel interno forzó la marcha de Bauzá, que en la actualidad es senador autonómico.

En la presente legislatura, el Ejecutivo autonómico está presidido por la socialista Francina Armengol, gracias al acuerdo de gobernabilidad suscrito hace nueve meses entre el PSOE, la coalición econacionalista MÉS y Podemos.

Bauzá critica el giro regionalista del PP balear

En ese contexto, no han sido muy bien recibidas las críticas vertidas el pasado lunes por Bauzá contra la actual dirección regional interina del PP, en el marco de una entrevista concedida al ensayista Tom Burns Marañón para la asociación «Floridablanca». En dicha entrevista, Bauzá dijo que «desgraciadamente» el partido no sigue ahora su estela y que ha dejado de lado «muchas de las cosas por las que trabajamos y luchamos», en referencia al supuesto giro regionalista que se estaría dando hoy en la formación. «Veo que hay dudas, ambigüedad, no hay claridad en las ideas», afirmó en relación a sus sucesores.

En esa misma línea, Bauzá dijo que le «entristece» cuando hay quienes «se olvidan de esos compromisos, que son de partido, y lo que quieren hacer es quedar bien, evitar los problemas, ponerse de perfil y no de frente». Asimismo, criticó a quienes piensan que la actual situación «se soluciona sin dar la batalla diaria de los principios y las convicciones, y piensan que fruto del buenismo las cosas se solucionan». En su opinión, «no es que se solucionen, es que empeoran y esa es la realidad».

Esas afirmaciones fueron respondidas un día después por la portavoz parlamentaria popular, Margalida Prohens, quien dijo que se sentía «muy dolida personalmente» por las valoraciones de Bauzá. «No me las esperaba y me parecen una falta de lealtad que no se corresponde con un expresidente del PP y actual senador autonómico», afirmó Prohens. Por su parte, el actual presidente interino del PP balear, Miquel Vidal, calificó las críticas de Bauzá como «innecesarias». Vidal señaló que el antiguo líder regional debería entender que «el partido ha girado de rumbo porque así nos lo dijeron los votantes en las elecciones autonómicas». Para Vidal, «el saber estar y el respeto a la dirección del partido son importantes».

Gabriel Company o Jaime Martínez podrían liderar el partido

En estos momentos aún no existe un mínimo consenso entre las distintas familias del partido sobre quién debería ser el nuevo líder del PP balear, si bien los dos nombres que más han sonado en estos últimos meses como posibles aspirantes han sido el del exconsejero de Agricultura, Gabriel Company, y el del exconsejero de Turismo, Jaime Martínez. El primero es un destacado integrante del sector regionalista del partido, mientras que el segundo es considerado muy próximo al expresidente autonómico.

Bauzá tomó las riendas de su partido en 2009, tras ser el primer presidente del PP elegido en un congreso abierto. En aquel momento, los populares isleños se encontraban en la oposición y sumidos además en una de sus crisis más graves, por los casos de corrupción que empezaban a aflorar vinculados a la segunda legislatura de Jaume Matas como presidente autonómico, en el periodo 2003-2007. En las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011, por decisión personal de Bauzá el PP se presentó sin un solo imputado en sus listas —a diferencia del PSOE— y consiguió los mejores resultados de su historia, incluido el Parlamento regional, en donde obtuvo un total de 35 escaños.

Como nuevo presidente autonómico, Bauzá heredó una Comunidad en situación de «quiebra técnica», heredada del segundo Ejecutivo de centro-izquierda que había presidido el socialista Francesc Antich. Con Bauzá al frente del Gobierno balear, los obligados ajustes y recortes en el gasto público no supusieron, sin embargo, una merma en los servicios educativos, sanitarios y sociales, que en algunos casos incluso vieron incrementadas ligeramente sus partidas económicas.

El fin de la inmersión lingüística en catalán erosionó al ejecutivo autonómico

El progresivo desgaste político de Bauzá no se produjo por tanto por esa razón, sino sobre todo por diversas polémicas de carácter lingüístico. Sus decisiones más cuestionadas en ese sentido fueron la modificación de la Ley de Función Pública, por la que el catalán dejaba de ser un requisito para acceder a la Administración, y la aprobación del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), que preveía la implantación progresiva de un modelo educativo trilingüe y suponía en la práctica el fin de la inmersión lingüística en catalán.

La respuesta de los docentes fue una huelga indefinida que se desarrolló entre el 16 de septiembre y el 4 de octubre de 2013, a la que habría que añadir una manifestación celebrada en Palma el 29 de septiembre de aquel año, en la que participaron más de 80.000 personas y en donde se pidió la retirada del TIL. Pese a todo, Bauzá optó por mantener ese proyecto, una decisión que acabaría suponiendo una erosión política mucho mayor de la esperada inicialmente.

Ese desgaste se agravó aún algo más poco antes de los comicios autonómicos de 2015, con el enfrentamiento personal entre Bauzá y el entonces alcalde de Palma, Mateo Isern, que pese a ser uno de los políticos mejor valorados de Baleares no pudo repetir como candidato municipal por decisión expresa de Bauzá. Paradójicamente, cuatro años atrás Bauzá había sido el principal mentor de Isern, que en estos momentos es diputado en el Congreso. Tras la debacle electoral de hace diez meses, Bauzá señaló que en la mayoría de autonomías los resultados del PP no habían sido buenos. Siendo ello cierto, también es verdad que los resultados en Baleares fueron mucho peores de lo esperado y que provocaron además diversas heridas a nivel interno, unas heridas que todavía hoy siguen sin haber cicatrizado.

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