El juez decreta libertad con cargos para el director de la discoteca palmesana Tito's

El máximo responsable del citado establecimiento del Grupo Cursach ha negado que en el local se distribuyeran drogas o que se contratase a prostitutas

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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El titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Palma, Manuel Penalva, ha decretado este jueves por la noche libertad con cargos para el director de la discoteca palmesana Tito's, Jaime Lladó. La comparecencia de Lladó ante el juez ha tenido lugar esta tarde, después de que el director de Tito's hubiera sido detenido ayer por la mañana en el marco de las actuaciones judiciales que desde hace varias semanas se están llevando a cabo contra el Grupo Cursach.

El juez ha decretado también libertad con cargos para las otras cuatro personas detenidas ayer, en concreto, el relaciones públicas de la mencionada discoteca, un policía local de Palma y dos directivos del Grupo Cursach en la zona turística de Magaluf, ubicada en el municipio mallorquín de Calviá.

Tanto Tito's como otras empresas del grupo, como la discoteca BCM o el complejo Mega Park, habían sido registradas por la Policía entre finales de febrero y principios de marzo.

Según había desvelado este jueves «Diario de Mallorca», el juez Penalva y el fiscal Anticorrupción Miguel Ángel Subirán han estado investigando si en Tito's se habrían celebrado fiestas privadas sólo para policías locales de Palma, en horario cerrado al público. Según el testimonio de un testigo, en dichas fiestas se habrían suministrado drogas a los agentes, quienes además habrían sido invitados a mantener relaciones sexuales con prostitutas supuestamente contratadas por empleados de la empresa. Con ello se pretendía, presuntamente, que los mencionados policías favorecieran a Tito's, por ejemplo avisando a los responsables de la discoteca de futuras inspecciones. Las tres personas que han declarado esta tarde ante el juez en relación a este asunto han negado la veracidad de esos supuestos hechos.

Cabe recordar que el pasado 3 de marzo Penalva había decretado ya prisión provisional y sin fianza para el propietario del citado grupo empresarial, Tolo Cursach, que es el principal empresario del ocio nocturno de Baleares. El conocido magnate mallorquín había sido detenido junto con dos de sus principales colaboradores, Bartomeu Sbert y Antoni Bergas. El primero también ingresó en la cárcel, mientras que Bergas quedó en libertad con cargos.

En el auto en el que el juez decretó el ingreso en prisión de Cursach, se le atribuían al empresario los delitos de cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, pertenencia a organización criminal, contra la Hacienda Pública, blanqueo, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores, contra el derecho de los trabajadores, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicio y tenencia ilícita de armas.

Las actuales actuaciones contra el Grupo Cursach derivan de las investigaciones que el juez Penalva y el fiscal Subirán iniciaron en 2013 relativas a la presunta existencia de una trama de corrupción en el seno de la Policía Local de Palma, que también afectaría al mismo cuerpo en el municipio mallorquín de Calviá.

La citada trama incluiría, entre otras actuaciones presuntamente irregulares, la manipulación de unas oposiciones en la jefatura palmesana de la Policía Local, la extorsión o el trato de favor a diversos empresarios de locales de ocio de la Playa de Palma —con la connivencia de altos cargos locales del PP—, o el amaño en la última adjudicación del servicio que controla el aparcamiento regulado en la capital balear.

En el caso del Grupo Cursach, su propietario habría contado a lo largo de los últimos años con la supuesta «protección» de la Policía Local, de diversos cargos políticos y de funcionarios municipales. Los investigadores sospechan que esa era la causa por la que los locales de Cursach no solían ser inspeccionados. Además, las sanciones económicas que se imponían a dichos establecimientos no solían ser finalmente ejecutadas. Por contra, las empresas competidoras de Cursach eran inspeccionadas muy a menudo y multadas en ocasiones de manera muy severa, lo que en algunos casos derivó en el cierre de varios de estos negocios.

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