El presidente de Ciudadanos durante su comparecencia de ayer
El presidente de Ciudadanos durante su comparecencia de ayer - Ignacio Gil

Rivera da un paso clave para el desbloqueo y deja aislado a Sánchez

El líder de C’s se abre por primera vez a apoyar a Rajoy con sus 32 diputados si acepta sus condiciones y critica al PSOE por su «desaparición política»

Madrid Actualizado: Guardar
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Albert Rivera comunicó ayer la que hasta el momento es con toda probabilidad la decisión más complicada de su carrera. Por primera vez admitió la posibilidad de votar afirmativamente en la investidura de Mariano Rajoy, al que plantea seis condiciones previas, en el marco de la regeneración democrática, para abrir una negociación. Añade además la petición de que el candidato comunique que irá a la investidura y que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, fije ya la fecha.

Tras meses exaltando sus diferencias con Rajoy y haciendo bandera del rechazo a su persona, Rivera consumó ayer un giro, convencido de que «no hay alternativa». Su decisión no soportará la prueba de la hemeroteca, pero ha decidido correr el riesgo y vender su decisión como un acto patriótico: «Algo más sí podemos hacer. Hay que dar un paso, hay que mojarse y buscar soluciones que hoy no tenemos».

Al presidente de Ciudadanos le ha costado tomar una decisión que discutió ayer mismo con su Ejecutiva. Rivera planteó su posición, aduciendo el coste que para él suponía la decisión, pero convencido de que «los españoles no tienen más tiempo». Antes de hablarlo con la Ejecutiva, cuyos miembros llevan dos semanas tratando de explicar en los medios por qué nunca apoyarían a Rajoy, Rivera solo había compartido sus impresiones con un reducido grupo de personas: el número dos del partido, José Manuel Villegas; el portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta; el secretario general del grupo, Miguel Gutiérrez; el secretario de Comunicación, Fernando de Páramo; su jefa de gabinete, María Castiella; y su jefe de prensa, Daniel Bardavío.

Para explicar su posición se protegió de dos maneras: primero revistiendo la decisión de mucha solemnidad, con una declaración institucional en el Congreso. Y segundo, planteando esas condiciones previas. Una suerte de escudo antes de sentarse a negociar con Rajoy. Rivera cambia la estrategia que ejecutó con Pedro Sánchez, al que solo le planteó un ultimátum cuando la negociación estaba avanzada para lograr la supresión de las diputaciones.

No hay alternativa

Rivera comunicó a Rajoy el contenido de su comparecencia unos minutos antes, y aseguró que espera, en la reunión que ambos mantendrán mañana en el Congreso de los Diputados, poder «sacar la conclusión de si lo va a firmar». Y anticipó que «si lo firman habrá mesa de negociación». El líder de Ciudadanos recordó que el PP ya ha suscrito estos principios en los pactos autonómicos que ha cerrado con Ciudadanos y cree que es la única forma de que Rajoy «se comprometa con la regeneración».

A partir de ahí empezaría una negociación programática que podría terminar con los 32 diputados de Ciudadanos votando «sí» en la investidura de Mariano Rajoy. «Todo está abierto. Cuando digo todo, es todo. No va a uno a una negociación con el freno de mano puesto, sino para intentar llegar a un acuerdo. Y si llegamos a un acuerdo y se cumplen esas reformas y nuestras peticiones y condiciones, estamos abiertos a todo», planteó al ser preguntado si se abría por primera vez al voto afirmativo; pero sí especificó que «se trataría de un pacto de investidura, no de un acuerdo de gobierno y mucho menos de entrar en un gobierno». Pese a su decisión, Rivera exhibió todo su rechazo a Rajoy: «No confiamos en él».

Pero con quien más duro estuvo fue con un Pedro Sánchez al que definió como «desaparecido políticamente». El líder de C’s dijo que con su antiguo socio «no se puede contar para los asuntos de Estado». A la vez no ocultó que su objetivo es que «asuman que de una forma u otra tendrán que implicarse en la negociación». Rivera recordó que las condiciones que le pone a Rajoy fueron suscritas por Sánchez hace apenas unos meses. Ese pacto podrá ser base de negociación. Rivera trató de conectar con la base moderada del PSOE propensa al acuerdo, y criticó la decisión de Ferraz de no comparecer: «Si no quieren hacer ese papel de Estado, lo haremos nosotros».

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