El PP rezuma entusiasmo contenido tras una semana de silencio

El PP vuelve a respirar. El camino hacia la investidura de Mariano Rajoy está expedito, libre de la última piedra que suponía el «no» enrocado de los sanchistas del PSOE. Y, poco a poco, el mutismo absoluto que el presidente ordenó a los suyos para no interferir en el complicado debate socialista se va convirtiendo en entusiasmo. Oficialmente, todos se contienen. Ningún brindis. Pero la satisfacción se ha instalado ya en Génova, cuyos dirigentes lucían hoy sonrientes. Todos juntos en torno al presidente «in péctore».

«Muy pronto España va a tener un Gobierno en plenitud», confió Rajoy este lunes en el desayuno ofrecido en el hotel Palace de Madrid para presentar al coordinador del PP catalán, Xavier García Albiol.

Y el abarrotado salón Medinaceli fue un contenedor de emociones. El PP seguirá mandando en España.

Empiezan las quinielas

Nadie se quiso perder la primera comparecencia pública de Rajoy en la semana clave para la gobernabilidad. Los periodistas, libreta en mano, perseguían cualquier gesto o comentario que ofreciera un signo a sus quinielas de «ministrables». Delante de la tribuna de oradores se dispuso una enorme mesa presidencial que ocupó la plana mayor de Génova, con María Dolores de Cospedal y cuatro vicesecretarios a la cabeza (Martínez-Maíllo, Casado, Maroto y Levy), a la cabeza.

En representación del Gobierno en funciones, la vicepresidenta y portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, y el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien fue el único en hablar, dos veces. Incluso se atrevió con las quinielas que le dejan dentro y fuera del Gobierno. «No me lo planteo porque, entre otras cosas, no está en mi mano». Y además, pensaron todos, ya ha dicho Rajoy que será el Rey el primero que conozca quiénes formarán su segundo gabinete de Gobierno.

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, que debe fijar el calendario de investidura una vez que reciba mañana del Rey la propuesta del candidato a presidente del Gobierno, acompañó a Cospedal y a Albiol en en hall de recepción del Palace. En la espera a la llegada de Rajoy se juntó también el presidente del Senado, Pío García Escudero. Al animado corrillo se unió la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes. Después se unió la vicepresidenta Santamaría.

Respeto a la decisión del PSOE

Fueron muchos más los que acudieron ante Rajoy, incluido su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, o el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón. Tampoco se perdió la importante cita en el Palace la expresidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, que ha cedido su otrora protagonismo político ante Cifuentes. La todavía presidenta del PP catalán y diputada, Alicia Sánchez Camacho, también arropó a su compañero Albiol.

Fieles al mensaje de prudencia extrema que les ha pedido Rajoy, casi nadie habló. Además de Fernández Díaz, que saludó con «respeto» la abstención in extremis del PSOE -«por el bien de España», dijo-, la vicesecretaria de Estudios y Porgramas del PP, Andrea Levy admitió el torrente de «ilusión» que a duras penas disimula Génova. «Estamos muy ilusionados porque pueda arrancar la legislatura», dijo.

El único que tenía «plácet» oficial para comentar el difícil parto del PSOE fue el orador invitado, Xavier García Albiol, quien, sentado a la izquierda de Rajoy puso el dedo en la llaga socialista al denunciar la «versión más intransigente del no por el no» que deja al PSC al borde de la ruptura con Ferraz.