Podemos recupera peso en una Marea dividida aún por el resultado

Fin del culebrón entre Podemos y En Marea, con aparente final feliz para ambas partes. Después de un pulso que duró hasta el último día de plazo sobre la fórmula jurídica con la que concurrir a las elecciones autonómicas gallegas del 25 de septiembre, y de tener que ampliar el plazo de las primarias para que la formación de Pablo Iglesias pudiese colocar a los suyos en puestos de salida por cada una de las provincias.

Parecía que Podemos había perdido el pulso de la confluencia después de que aceptase las condiciones de sus socios, pero las votaciones internas le han servido para recuperar poder dentro de la confluencia. De este modo, su secretaria general en la Comunidad, Carmen Santos, logró ser elegida cabeza de lista por Pontevedra y la que había auspiciado durante un tiempo como su aspirante a la presidencia, la socióloga Magdalena Barahona, será la número cuatro por La Coruña.

En esa provincia también representará a los morados Luca Chao como número dos, que mantiene desde hace semanas un enfrentamiento abierto con su jefa de filas.

La papeleta coruñesa estará encabezada por Antón Sánchez, uno de los hombres fuertes de Anova, la pata nacionalista de la Marea comandada por el veterano Xosé Manuel Beiras, que no repetirá en el Parlamento. También cazó puestos relevantes la federación gallega de IU: figuras como Eva Solla o Manuel Lago tendrán escaño.

Especialmente significativo fue el resultado obtenido por el candidato a la presidencia de la Xunta, el magistrado Luis Villares, que pese a ser el único que peleaba por ese puesto y presentar un perfil de «consenso» entre ambas partes, cosechó más de un 13% de abstenciones. En las votaciones participaron un 75,60% del censo de inscritos, conformado por un total de 13.415 personas.

Ley del silencio

En la lectura del comunicado estuvieron presentes numerosos pesos pesados de cada uno de los bandos de la izquierda populista gallega. Tras la misma, todos se saludaron y felicitaron, razonablemente satisfechos por las cuotas alcanzadas; pero los socios se impusieron una máxima para los instantes posteriores. Las facciones acordaron no realizar declaraciones a los medios de comunicación en caliente para valorar los resultados, y comparecerán, si así lo estiman, en los próximos días y por separado.

Se presentan cuatro años complicados para el grupo parlamentario de En Marea que salga de las elecciones del 25 de septiembre, dado que el proceso de conformación de la alianza ha abierto heridas que no serán fáciles de cerrar.