Juicio del caso Nóos: Una noche sin dormir

El juicio del caso Nóos ha empezado este lunes sin premeditación ni alevosía, pero desde luego sí con algo de nocturnidad. Aunque sólo en su primera acepción, claro. Los medios acreditados habían sido convocados a las seis y media de la madrugada en las inmediaciones de la sala de vistas, a una hora en que los grillos y los noctámbulos aún no se habían retirado a descansar. El juicio no empezaba hasta casi tres horas después, pero era necesario estar allí con un poco de antelación para que pudieran llevarse a cabo los preceptivos controles de seguridad, que en esta ocasión han sido algo más preceptivos que en otras ocasiones.

Hasta ahora, una de las pocas ventajas de ser periodista era que normalmente los cronistas no tenían que madrugar ni trabajar en domingo, pero por unas razones o por otras últimamente eso también está dejando de ser así, sobre todo en Palma o en Barcelona.

En torno a las cuatro de la madrugada han empezado a llegar los primeros periodistas al Polígono de Son Rossinyol, ante la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP), que es el edificio en donde se está celebrando el inicio del juicio. Algunos profesionales incluso han dormido ya en la zona. Tal vez debían de ser de los medios que han venido de otros continentes para cubrir el proceso, quizás aún afectados por el jet lag.

La llegada a Mallorca de la mayor parte de los acusados y de sus representantes legales se había producido en la noche de este pasado domingo, en algunos casos a última hora, por lo que muchos de ellos tampoco habrán podido dormir o lo habrán hecho sólo durante unas pocas horas, repasando quizás los últimos detalles de las intervenciones previstas para este lunes. El primero en llegar a la isla, al mediodía de ayer, había sido el expresidente autonómico Jaume Matas, procedente de Madrid, en donde vive en la actualidad.

En cambio, no fueron especialmente madrugadoras las veinte personas, de filiación republicana, que se concentraron ante la EBAP para protestar. Las primeras llegaron en torno a las nueve de la mañana, minutos antes del inicio del juicio, pero aún tuvieron tiempo de hacerse oír mientras entraban en el citado edificio los últimos acusados y varios de los abogados presentes en la causa. Quienes sí tuvieron que levantarse también temprano fueron los ciudadanos que semanas atrás habían solicitado poder estar presentes en la vista oral como público. Dichos ciudadanos han vivido este lunes una experiencia única e irrepetible, a cambio de sacrificar sólo unas pocas horas de sueño.

Como se ha dicho ya, por unas razones o por otras, sin excluir el insomnio, la mayor parte de los acusados y de los periodistas que cubren el juicio no han podido dormir esta noche, lo cual no habrá impedido, seguramente, que hayan podido soñar. Los primeros, con una decisión judicial favorable, y los segundos, con la obtención de alguna gran exclusiva. Como decía Oscar Wilde, «un soñador es el que sólo puede encontrar su camino con la luz de la luna». Y esta noche, la luna brillaba de manera intensa en Palma.