Javier Fernández: «Un congreso ahora es echar sal a la herida del PSOE»

La gestora del PSOE empieza a ver preocupada la proliferación de plataformas de militantes como hongos en las distintas federaciones –28 hay ya– para exigir a Ferraz «primarias y congreso ya»–. Si anteayer era el secretario de Organización de la todopoderosa federación andaluza, Juan Cornejo, quien salía al paso de ese debate «falso» porque elecciones primarias va a haber «sí o sí», ayer fue el presidente de la gestora, Javier Fernández, el que cargó contra Pedro Sánchez y los diputados que lideran el movimiento: Odón Elorza, Margarita Robles, Susana Sumelzo, Zaida Cantero, Adriana Lastra, José Luis Ábalos o Mariluz Rodríguez Seijo.

En lugar de estar repitiendo que la gestora «secuestra» a la militancia, «como un mantra, que más bien parecen monjes budistas», dijo textualmente el presidente asturiano en RTVE, lo que deberían hacer es aportar soluciones al proyecto y dejar de discutir si el cónclave es en junio, como él propone, o se debe adelantar a abril.

No se puede hacer un congreso ahora, que es lo que quieren el exsecretario general y quienes le apoyan, dijo, porque el PSOE está aún «en carne viva y sería como echarle sal a las heridas».

Se refería el líder provisional del partido al ambiente de amotinamiento que se vivió el lunes por la noche en la constitución de la plataforma de Madrid, como el presidente del PSOE-M, Manuel Robles, y seis de los diputados díscolos presentes. Allí los militantes presentes dirigieron a la gestora duras descalificaciones como «fachas», «golpistas» y «no es no», en alusión a la investidura de Rajoy. Ayer, el portavoz de la gestora criticó que Robles y Zaida Cantero, que no son militantes, participaran en ese acto donde se atacó a la dirección provisional.

En ese ambiente, ayer se le escapó a la presidenta andaluza, Susana Díaz, la fecha del próximo Comité Federal, el 14 de enero, antes de que lo anunciaran Fernández o el portavoz de la gestora, Mario Jiménez. Aunque esa fecha se daba ya como probable desde que se retrasó la cita de diciembre a enero, el desliz de Díaz encrespó aún más a los partidarios de Sánchez y a los críticos, en general, que ven a la gestora como un títere de la andaluza para acomodar el calendario orgánico a su estrategia de hacerse con la Secretaría general del PSOE en el próximo Congreso. Díaz defendió ayer la «moderación y el sosiego» que la gestora liderada por Javier Fernández está imponiendo en el PSOE y añadió que «mantiene una posición imparcial que todos le agradecemos».