Iglesias traiciona su discurso y defiende la compra de su chalet sin transparencia

Dice que no hay que criticar a los políticos por «gastarse el dinero en lo que quieran mientras lo hagan de forma honrada»

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias EFE
Alexis Romero

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La compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero por 615.000 euros le han abierto varios frentes a los líderes de Podemos, y la prueba de ello es el comunicado conjunto que el secretario general y la portavoz de la formación en el Congreso difundieron ayer, un texto con detalles que aclaran determinadas cuestiones generales, pero que se deja en el tintero otras más específicas sobre la operación.

Se sabe, porque así lo quisieron los dirigentes, que para pagar el chalet han contraído una hipoteca de 540.000 euros que irán pagando «poco a poco» durante 30 años a la Caja de Ingenieros, una cooperativa de ahorro y crédito que en los últimos meses ha tenido un importante crecimiento gracias a los clientes fugados de otras entidades que abandonaron Cataluña tras el 1-0. En la Caja de Ingenieros, que decidió no dejar la comunidad, está alojada una de las cajas de resistencia del soberanismo con que se pagó por ejemplo la fianza de Carme Forcadell. También se sabe que afrontarán esa hipoteca a medias y que, según sus cálculos, eso se traduce en que pagarán «algo más de 800 euros» al mes cada uno.

Otro de los detalles que revelaron es que la entrada de la hipoteca y las reformas las han costeado con una parte de sus ahorros. «Irene ha necesitado para ello pedir un préstamo a su padre», justificaron. El comunicado también explica que Iglesias, además del sueldo de diputado, «una vez hecha la donación correspondiente, presenta Fort Apache y Otra Vuelta de Tuerka y recibe derechos de autor por los libros que ha escrito . Hace dos semanas él tenía muchos ahorros».

Otros detalles que se dan, y que van más allá de la operación de compra del inmueble, es que la pareja llevaba tiempo buscando un lugar para vivir cerca del campo «donde poder avanzar en nuestros proyectos como familia» y poder disfrutar de intimidad, o que en Galapagar, donde está su nueva casa, viven «muchos» de sus amigos. Pero hay otros detalles sobre la adquisición del inmueble que Montero e Iglesias han pasado por alto y que podrían ser más trascendentes que el hecho de que hayan acudido a sus familias o de que quieran vivir cerca de sus amigos . No se conoce el tipo de interés de la hipoteca y si está dentro de los valores medios del mercado, lo que despejaría cualquier duda sobre si los líderes de Podemos han podido contraer una hipoteca en condiciones ventajosas o si, por el contrario, lo han hecho en condiciones similares al común de los hipotecados.

Esta información que todavía no ha sido desvelada, podría conocerse en los próximos días, cuando actualicen sus respectivas declaraciones de bienes en los portales de transparencia de Podemos y del Congreso de los Diputados. Montero e Iglesias remitieron la nueva información a la Cámara Baja el pasado viernes a las siete de la tarde, según fuentes parlamentarias. Ayer, la Mesa del Congreso revisó las declaraciones y les dio el visto bueno, por lo que deberían estar disponibles en los próximos días. Sin embargo, aunque en Podemos las declaraciones no tienen que pasar este tipo de trámites, ayer los servicios informáticos del partido todavía no habían actualizado la información en el portal de transparencia.

Vivir y especular

Otro de los frentes abiertos a raíz de la compra de la vivienda tiene que ver con el discurso del partido. Si el miércoles se lanzaron algunas críticas por el hecho de que Iglesias hubiera cargado contra el exministro De Guindos por comprarse un ático de lujo por un precio similar al de su casa -o porque hubiera criticado a los políticos que viven «aislados» en chalets-, ayer los dirigentes cambiaron el mensaje en su comunicado y defendieron que «a los ministros y a cualquier cargo público hay que criticarles por sus políticas o eventualmente por su corrupción, no por gastarse su dinero en lo que quieran mientras lo hagan de forma honrada».

Lo que no cambió fue el discurso sobre «los poderosos» y sus «mayordomos». Montero insistió en que compraban una casa «para vivir» y no «para especular». «Si me preguntan si en Podemos pensamos que la economía debe estar en manos de la gente y no de los mayordomos de los poderosos, le digo que sí, lo pensaba ayer y lo pienso hoy. De Guindos ha demostrado en multitud de ocasiones que no está para servir a la gente».

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