poster Vídeo
AFP

Así ha sido en gestos el balance de Mariano Rajoy

El presidente del Gobierno se ha mostrado prudente, sereno y contenido en el tono general de su último discurso de 2014

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Prudente, sereno y contenido ha sido como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha mostrado al hacer balance este viernes del año 2014, en donde los temas económicos se han llevado buena parte del protagonismo, seguidos de la lucha contra la corrupción y el desafío independentista catalán. [ Así hemos contado al minuto la comparecencia de Rajoy]

Un rápido análisis de la comunicación no verbal del presidente muestra cómo, en la primera parte de su intervención, su mirada no estaba dirigida a los asistentes, sino a la lectura del discurso, algo propio de personas más intelectuales que emotivas. Su discurso ha resultado así muy contundente en la parte informativa, aunque poco emocional. Una tendencia que el presidente del Gobierno ya ha mostrado en anteriores ocasiones.

No obstante, para apoyar los datos económicos a los que ha hecho referencia, en varias ocasiones ha utilizado sus manos, especialmente la derecha (indicativo de control, dominio, fuerza y poca cercanía, según señalaba para ABC la experta Joaquina Fernández en un análisis anterior), así como su tono de voz.

Un ejemplo de cómo Rajoy ha utilizado la expresión corporal para resaltar las mejoras económicas de cara a los ciudadanos se ha producido cuando ha afirmado que «algo» sí que mejorará el nivel adquisitivo de los españoles con la subida del salario mínimo interprofesional y la subida media de las pensiones.

En la segunda parte de su intervención, en la que los periodistas han podido hacerle preguntas al presidente del Ejecutivo, Rajoy ha dejado de lado el papel y se ha mostrado más espontáneo y expresivo, aunque manteniendo siempre el tono de prudencia.

Entre los temas que le preocupan, ha destacado el de la estabilidad política. En algunas ocasiones lo ha trasladado con parpadeos y otras, con el tono de la voz grave y el rostro serio.

Otros momentos reveladores o, al menos, curiosos en el plano de la comunicación no verbal durante el último discurso del presidente han tenido lugar cuando ha sido preguntado sobre una posible reforma de la Constitución. En ese momento se ha encogido de hombros a la vez que aseguraba que ni era su intención y ni veía clara la propuesta de la oposición.

Preguntado sobre ETA y la propuesta del Gobierno vasco: «La solución del problema de ETA pasa por la disolución de la banda. Es lo mejor para todos, empezando por ellos. Hay mucha gente que se ha dejado su vida por culpa de otros que han atentado contra ellos. Lo que hay que hacer es disolverlos y entregar las armas».

Al ser preguntado por el desafío independentista de Artur Mas, Rajoy se ha mostrado seguro de sí mismo y algo más relajado que en otras ocasiones. Tanto que tras asegurar que no iba a hablar de soberanía nacional, se ha permitido una pequeña broma y se ha relajado por unos segundos: «No voy a hablar de la soberanía nacional, ni de la unidad de España, porque si no, no sería yo. Y, de momento, quiero seguir siéndolo».

Ver los comentarios