Pablo Iglesias quiere ser dueño y señor de Podemos

En su primera cita para organizarse ante las próximas convocatorias electorales, Podemos, el partido liderado por el eurodiputado Pablo Iglesias, decidió vetar ABC. La organización de la asamblea impidió al fotógrafo Óscar del Pozo entrar en el Palacio de Vistalegre para hacer su trabajo informativo. Podemos le invitó a acceder a las gradas del público, pero no a la zona reservada para los fotógrafos de los medios de comunicación.

Este gesto, calificado por la Asociación de la Prensa de Madrid como un «intolerable desprecio a un oficio cuya misión primordial es garantizar el derecho a la información de los ciudadanos», pone en evidencia a una formación que carga contra los partidos políticos -la «casta»- desde una «supuesta pureza democrática».

Una forma de «populismo» criticado por numerosos dirigentes políticos.

Pero Pablo Iglesias no es ajeno a las estructuras de poder que tanto critica. Frente al modelo de tres portavoces propuesto por Pablo Echenique, Teresa Rodríguez y Lola Sánchez. El líder de Podemos exigió a sus contrincantes que se echaran a un lado si su modelo no resultaba elegido. Iglesias amenazó con hacer eso en caso de perder.

Defiende un liderazgo claro, centrado en una sola persona. En él. Las papeletas de Podemos en las pasadas elecciones europeas llevaban su cara y no el logo del partido. «En las elecciones se puso mi cara en las papeletas y eso no me gustó, pero fue lo que permitió que, en lugar de conseguir un eurodiputado, consiguiésemos cinco», justificó.

La asamblea de Podemos se celebró durante todo el fin de semana. El domingo, las diferencias entre los dos bandos se hicieron más evidentes. Pablo Iglesias se vio obligado a matizar su amenaza de «echarse a un lado» si su propuesta no encontraba apoyos suficientes. «No soy imprescindible, soy un militante, no un macho alfa». La cabeza visible de la joven formación intentaba así maquillar su modelo jerárquico puro al estilo tradicional, tan parecido a lo que hace la «casta».

Iglesias, en otra iniciativa que puso de relieve su personalidad, desafió a la audiencia a seguir su intervención sin un solo aplauso. Pretendía demostrar que no tienen que aplaudir todo lo que hace, que él no es Podemos. Y no aplaudieron. El domingo, eso sí, Podemos permitió la entrada de los informadores de ABC al Palacio de Vistalegre, donde hubo menos de media entrada por parte de los asistentes.

Ante este escenario de división, Iglesias impuso a última hora un cambio en el sistema de votación que le favorece. El popular tertuliano consiguió que los tres documentos para organizar el partido y para dotarlo de unos principios éticos y políticos tengan que ser votados de forma conjunta, y no individualmente. De esta manera, votar por uno de sus documentos implica aceptarlos todos conjuntamente, sin poder optar por otras opciones.

El hecho de elegir presentar sus propuestas como un bloque implica que, en el caso de que un simpatizante decida apoyar, por ejemplo, el modelo de Iglesias para organizar el partido, votará también de forma automática por sus propuestas políticas y éticas, no pudiendo marcar la opción de otro equipo, ni al contrario. La definición del sistema se acordó el lunes a solo unas horas de que diera comienzo la votación, a las diez de la noche.

Los simpatizantes que quieran aprobar el modelo de Iglesias lo harán dando su voto a sus tres borradores, no podrán elegir documentos de otros equipos en alguna de sus categorías. El eurodiputado solo liderará la formación si triunfa su modelo, ideado por su equipo de colaboradores, formado por Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Luis Alegre. Las votaciones se cerrarán el domingo 26. El lunes la formación dará a conocer las propuestas ganadoras y la forma en la que se organizará de aquí en adelante, con la que deberán hacer frente a los retos que tienen por delante los próximos meses, entre ellos, las elecciones municipales, autonómicas y generales.