El PP sube en todas las ciudades populistas y Carmena pierde 150.000 votos

Podemos retrocede en seis de las siete capitales en las que gobierna

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El batacazo electoral de Unidos Podemos se firmó en las principales capitales donde Podemos, o sus marcas blancas, ostentan cargos públicos desde las elecciones municipales celebradas en mayo de 2015. Podemos gobierna en Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz, Zaragoza, La Coruña y Santiago de Compostela.

En todas ellas, a excepción de Barcelona, los resultados muestran una pérdida de votos sustancial para la formación morada y sus confluencias que, en la mayoría de los casos, se suman a las listas del Partido Popular. Solo en Madrid, el PP estuvo cerca de doblar en votos a Podemos, a pesar de ser una de las ciudades que se considera bastión de la formación y donde la participación tan solo bajó tres puntos respecto al 20-D

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«Las marcas blancas»

En la capital, el PP obtuvo en las elecciones generales del 26-J un 40,17 por ciento de los votos frente al tímido 21,18 por ciento de Unidos Podemos. Una cifra que extrapolada a los resultados obtenidos por ambas formaciones en mayo de 2015 poco se parecen. En las elecciones municipales, en Madrid capital, el PP consiguió un 34,55 por ciento y Ahora Madrid, la marca blanca de Podemos, un 31,85, motivo por el que necesitó el apoyo del PSOE para alcanzar la alcaldía. Comparando estos datos entre sí se deduce que la gestión de Manuela Carmena al frente del consistorio ha desgastado el crecimiento de la formación morada en la ciudad.

La Coruña es otra de las capitales donde Podemos se desinfla. Marea Atlántica, marca coruñesa de la formación, fue la segunda lista más votada en las elecciones municipales, y el PP la que más apoyo obtuvo. La diferencia entre ambos partidos, que empataron con un 30,39 por ciento de apoyos, fue únicamente de 29 votos. Una distancia ínfima que se magnificó el pasado domingo. Los populares consiguieron en La Coruña la primera plaza con un total del 35,90 por ciento de los votos, mientras que En Marea arañó un 26,30 por ciento, resultado inferior al conseguido en el 20-D cuando la franquicia gallega obtuvo un 31 por ciento de los votos.

La misma dinámica se sigue en otra gran ciudad coruñesa: Santiago de Compostela. Allí, En Marea también se vio doblegada por el PP en el 26-J a pesar de que Compostela Aberta ganó las elecciones municipales (34,58% de los votos, apenas un punto por encima de los populares).

En Aragón, el discurso populista tampoco sirvió de paleativo para que el PP superase en la noche del 26-J a la coalición Unidos Podemos. Algo que ya ocurrió en las pasadas elecciones municipales de 2015 cuando los populares obtuvieron el 26,88 por ciento de los votos y Zaragoza en Común un 24,57%. Aunque como en otras capitales, en Zaragoza, la confluencia liderada por Pedro Santiesteve gobierna, en minoría, gracias al voto de investidura de PSOE y la Chunta Aragonesista.

Este es el caso de Cádiz donde el PP obtuvo la victoria en mayo (33,68 por ciento), pero los pactos y conversaciones entre partidos entregaron el gobierno municipal a Por Cádiz sí se puede (27,98 por ciento). Ahora, el resultado fue el mismo: el PP ganó el 26-J en la capital gaditana con el 32,99 por ciento.

El eje del Mediterráneo

Durante toda la campaña la costa mediterránea fue protagonista en los discursos y actos de Unidos Podemos. Ya en la presentación de la campaña, Podemos advirtió que modelo de producción que los gobiernos valencianos, tanto municipales como el autonómico, pusieron en marcha desde su toma de posesión era «el modelo que quieren para España».

En las pasadas elecciones municipales, Podemos y Compromís eligieron no acudir en una misma lista a las urnas. En aquella ocasión Compromís y Valencia en Comú (franquicia de Podemos) consiguieron, sumando sus porcentajes de votos obtenidos, un 33,09 por ciento del apoyo. Una cifra superior al 25,71 por ciento del PP, que fue la fuerza más votada. Ahora, y aunque en Valencia Compromís colocó a Joan Ribó en la alcaldía, el Partido Popular fue primera fuerza y ganó la pasada noche electoral con un 36,14 por ciento, y superó además a la coalición de «A la valenciana» por más de nueve puntos.

Un voto de castigo a la gestión «del cambio» que solo suma en positivo en Barcelona, a pesar de los problemas en la gestión de Ada Colau. En la ciudad condal, en las municipales, Barcelona en Comú sumó un apoyo del 25,21 por ciento situándose hasta tres puntos por encima de fuerzas como CiU o Esquerra Republicana de Catalunya. Los resultados del 26-J dieron la mayoría a En Comú Podem con un 25,68 por ciento, lo que convierte al proyecto de Xavier Domènech en el partido de referencia. Ni siquiera los partidos soberanistas alcanzan a la marca de Podemos en Barcelona: ERC consiguió el 17,37 por ciento de los votos y CDC un 13,49 por ciento, lo que dibuja el desgaste de su discurso.

Además de la consolidación de la marca de Podemos en Cataluña -y Barcelona en este caso-, otro de los partidos que salió beneficiado el pasado 26-J fue el PP. Allí donde en 2015 fue la sexta fuerza política, superando tan solo a la CUP con un 8,70 por ciento de los votos, ahora, en estas elecciones generales, se ha convertido en el quinto partido más votado. Un resultado que pasaría desapercibido de no haberse producido el trasvase de votos de Ciudadanos al PP. Mientras que la formación de Albert Rivera fue la tercera fuerza en mayo de 2015 con un apoyo del 11,05 por ciento, en el 26-J registró un 11,34 por ciento de los votos en Barcelona capital, una caída de dos puntos respecto a sus resultados del 20-D que, además, coloca a la formación naranja cuatro puntos por detrás del PP.

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