Destacadas figuras republicanas no apoyarán a Trump si es finalmente el candidato

El Súpermartes, tradicional cita en la que las primarias estadounidenses empiezan a ser realmente de ámbito nacional, con una docena de estados en competición, presenta a dos favoritos: en la pugna demócrata, Hillary Clinton, reforzada por su gran victoria en Carolina del Sur, puede dejar encarrilada la nominación; entre los republicanos, si se confirman las encuestas, Donald Trump daría un paso importante hacia ella. No decisivo, porque, a diferencia del próximo 15 de marzo, cuando quien gane un estado se llevará a todos los delegados, hoy el reparto es proporcional. No es descartable que, salvo en Texas, donde Cruz puede derrotarle, el magnate gane en todos los estados.

La posibilidad de que el magnate sea el nominado final ha empezado a provocar rebeliones.

El senador por Arkansas Ben Sasse fue ayer el primer alto representante del partido que anuncia que rechazará a Trump como nominado en la convención de julio si tiene la mayoría. Sasse fue más allá al plantear que el Partido Republicano elija a otro candidato, que sea «constitucionalista», en contraposición a Trump.

El congresista salía ayer al paso de la creciente radicalización del millonario, que en un fin de semana de polémica eludió rechazar al Ku Klux Klan y apoyó en Twitter una cita del dictador italiano Benito Mussolini: «Prefiero vivir un día como un león que cien años como un cordero».

Aunque ningún representante del partido se ha pronunciado, uno de sus grandes rivales, el hispano Marco Rubio ha evitado decantarse sobre un apoyo a Trump en caso de que obtenga los 1.237 delegados teóricamente necesarios para la nominación.