Casillas, el impacto económico de un fichaje mediático

Si el año pasado tuvo que pagar dos millones de euros para regularizar sus deudas con Hacienda (como Xabi Alonso y David Villa), ahora la situación fiscal de Íker Casillas también tendrá sus complicaciones. De hecho, los impuestos han estado sobre la palestra en todo momento durante las negociaciones entre el Real Madrid y el Oporto. Un traspaso que revoluciona el fútbol portugués con su indudable tirón mediático y popular en una liga donde sólo tres equipos tienen capacidad económica real para competir de tú a tú con los grandes clubs europeos: Benfica, Sporting y los pupilos de Julen Lopetegui, gran baluarte de la operación que lleva al portero de la selección española al norte del país vecino.

La venta de camisetas con el número 12

, el que lucirá Casillas en Do Dragao, ya se ha disparado y la escuadra lusa se frota las manos ante la locura desatada entre los aficionados, que relanzará el «merchandising» a orillas de la desembocadura del Duero.

De hecho, la jugada comercial no ha hecho más que arrancar, pues los 77 euros que cuesta una camiseta oficial del Oporto suben hasta los 98 en caso de optar por la indumentaria del arquero, que hace sólo tres años tenía un valor de mercado de 42 millones de euros y hoy se asienta al otro lado de la frontera tras acordar el Real Madrid desprenderse de él por un montante que ronda los 13 millones por dos temporadas.

La cifra supera con creces las cotas habituales (al menos, hasta ahora) en el fútbol portugués, donde su llegada tiene un impacto comparable al de Cristiano Ronaldo cuando cambió el Manchester United por el Real Madrid.

Su deber con la Hacienda española se limitará a la segunda parte de la temporada pasada: desde Año Nuevo hasta junio, cuando se gestó el cambio de aires del guardameta. Ese dinero tributará al 43,5%, pues el 45% a nivel nacional se reduce un punto y medio en el caso de la Comunidad de Madrid. Lo que gane a partir de este momento estará sujeto al 20% en Portugal en el ejercicio que se resolverá en 2016. No así un año más tarde ya que Portugal da un vuelco a esa norma a partir del próximo uno de enero, lo que hará que el tipo impositivo se incremente para él hasta el 53%.

Diversos patrocinios

Pero sus ingresos no se limitan al sueldo que cobrará en el Oporto. Así, las marcas que le patrocinan ya piensan en tomar posiciones a su alrededor en el país vecino. Son Hyundai, Adidas y Mahou, puesto que BBVA se ha retirado. Y es que se encuentra en plena retirada del país vecino, como acaba de demostrar cerrando el grifo de la concesión de hipotecas.

Sus tres Champions, un Mundial de Clubs, dos copas intercontinentales, cinco ligas y dos copas del Rey se suman al Mundial y las dos Eurocopas con la selección española. De ahí que el marketing se arremoline ante él, pues él sólo quintuplica el número de seguidores en redes sociales de Oporto, Benfica y Sporting. Por citar un ejemplo ilustrativo: el equipo tiene 2,9 millones de fans en Facebook (al menos hasta su fichaje), mientras que el guardameta arrastra a 23,8 millones. Ahí radica el germen de su proyección publicitaria.

Según Daniel Sa, del Instituto Portugués de Administración y Marketing, «es una apuesta acertada porque va a generar numerosos beneficios económicos y de márketing, además de los deportivos». «Se van a multiplicar las audiencias de las retransmisiones por televisión de los partidos del Oporto, la venta de entradas en el Estadio Do Dragao y, por supuesto, la atención mediática», concluye este experto.