Fosun adquirió a Caixa Geral de Depósitos la mayor asegurador lusa por 1.000 millones de euros
Fosun adquirió a Caixa Geral de Depósitos la mayor asegurador lusa por 1.000 millones de euros - reuters

La inversión china coloniza Portugal

El gigante asiático aprovecha las condiciones ofrecidas por la necesidad de liquidez del país, convertido en puerta de entrada a otros mercados lusófonos

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China ha desembarcado con fuerza en la Península Ibérica. La inversión del país asiático ha tomado Portugal en un proceso de crecimiento exponencial que se ejemplifica en cifras como la de los más de 1.000 millones de euros de beneficio (con un rotundo incremento del 24,2%) que el gigante chino Fosun logró el año pasado en el país vecino. El grupo asiático, propietario de la división de seguros de Caixa Geral de Depósitos y del 20% de la española Osborne, no es más que un ejemplo del desembarco de las empresas de Pekín, Shanghái, Hong-Kong y Macao en el país vecino. Un proceso que se extiende a firmas de todos los sectores y tamaños, con el trasfondo de unas condiciones ventajosas garantizadas por el Gobierno de Passos Coelho.

La crisis y el consiguiente rescate al que fue sometido Portugal (por un valor global de 78.000 millones de euros) dispararon las alarmas sobre la necesidad acuciante de inyectar liquidez. Y China se ha revelado como un cliente de primer nivel, pues además ofrece la contrapartida de que las firmas lusas se expandan allí. Según un estudio del despacho de abogados Baker & McKenzie, Portugal fue el cuarto país europeo -tras Reino Unido, Italia y Países Bajos- que más inversión directa recibió de China en 2014, con una inyección récord de 1.800 millones de euros. Desde el año 2000, el país vecino ha recibido unos 6.150 millones desde el gigante asiático.

El primer gran negocio se produjo en 2011, cuando la mastodóntica Three Gorges Corporation (constructora de la enorme presa en China con la central hidroeléctrica más grande del planeta) invirtió 2.963 millones en la adquisición del 21,35% de EDP (Energías de Portugal). Sólo unos meses después, el consorcio chino State Grid se hizo con el 25% de REN (Rede Energética Natural), mientras que la citada Fosun copó el 80% del capital de Caixa Seguros para controlar nada menos que el 30% del sector luso. Dos años atrás Beijing Enterprises Water Group desembolsó 95 millones por Veolia Water Portugal, responsable del abastecimiento de agua en municipios como Paredes, Mafra, Ourém o Valongo.

También chino es el flamante dueño de EDC Mármores do Alentejo, tras adquirir el 35% de su volumen por 24 millones. El 80% de su producción se exporta a la potencia asiática. Las muestras se incrementan mes a mes con la intención no sólo de acumular inversiones sino de multiplicar la capacidad de influencia, además de asegurarse nuevos socios empresariales.

Así lo dejó claro el propio embajador de China en Portugal, Huang Songfu, cuando describió que esta serie de operaciones «son proyectos de inversión que unen a los dos países». Nada extraño si tenemos en cuenta que el oasis comercial de Macao fue colonia portuguesa.

En todos estos ejemplos, la financiación procede de dos de los bancos chinos más reconocidos: Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), que abrió sede en Lisboa en 2012, y Bank of China.

Portugal se erige en puerta de entrada para otros mercados lusófonos como Brasil, Angola o Mozambique. Y, de esta forma, China avanza en su estrategia de plantar cara desde Europa a Estados Unidos.

Con semejante trampolín, el mapa de estos «business» a gran escala no hace sino extenderse. Así, la firma financiera Haitong puso sobre la mesa 379 millones para quedarse con la división de inversiones de Novo Banco, que gestiona los «activos saludables» del extinto Espirito Santo.

Proceso de privatizaciones

El grueso de las privatizaciones favorecidas por el Gobierno de Passos Coelho, cuyo montante supera los 8.000 millones, corresponde a operadores chinos. Como paso previo al proceso, en 2009 se celebró el Global China Business Meeting en Lisboa. Un encuentro crucial que rubricó la conveniencia de las inversiones en la Comunidad de los Países de Lengua Portuguesa (CPLP).

La presencia china se traduce en las calles lisboetas con las adquisiciones del emblemático cine Londres o el restaurante Belcanto, con una estrella Michelin. Calles como Rua da Palma y Avenida Almirante Reis se inundan de bazares y supermercados chinos, además de tiendas de móviles, ropa de hogar y artilugios varios. Todo un «Chinatown» en pleno centro de la ciudad, pues el enclave se halla muy cerca de la plaza de Rossio y la Avenida da Liberdade, arterias de la vida lisboeta.

Gran influencia han tenido en toda esta explosión las denominadas «visas doradas», autorizaciones de residencia para quienes apuesten por crear al menos diez puestos de trabajo o efectúen depósitos bancarios superiores a un millón de euros. El 75% de estos permisos se concedieron a chinos.

Otras dos iniciativas que actúan como alicientes tienen que ver con sendos portales de internet: «Cutting Red Tape» informa sobre las medidas acordadas desde 2005 para reducir la burocracia y «Empresa Na Hora» ofrece las claves para fundar una sociedad en menos de una hora.

¿Ventajas de invertir en Portugal? El bajo coste de la mano de obra, una ubicación geográfica que tiende puentes entre tres continentes (Europa, África y América), un buen clima, la seguridad y una moneda estable.

«Los amigos portugueses ya se han dado cuenta de que los chinos tienen mucho interés en los visados de oro», ha saludado el embajador ante un movimiento de capitales llamado a ir a más. Las bodegas de vino y las productoras de aceite ya se han percatado de que ambos sectores pueden copar la próxima oleada de compras con origen Pekín. El siguiente paso es la captación de turistas chinos.

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