Vacío de poder en los Juegos Olímpicos

La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río 2016 va a ser tristemente recordada por la enorme cantidad de dirigentes políticos que van a faltar a la cita. Las personalidades confirmadas hasta hoy apuntan a que las cifras estarán muy lejos de las que se alcanzaron en Londres 2012, donde unos cien Jefes de Estado y de Gobierno se encontraron presentes en la apertura de dichos Juegos.

Hace un año, antes de la convulsión y la corrupción política que ha azotado Brasil, el Palacio de Gobierno esperaba unos números similares a los de la capital británica.

Sin embargo, el optimismo inicial se ha ido rebajando a pasos agigantados: si hace una semana se estimaba que llegarían unos 50 altos cargos, ahora Reuters asegura que solo 28 dirigentes políticos han confirmado su presencia, un 14% del total de mandatarios de los 206 países que participarán en Río 2016.

Obama y Merkel, entre las «bajas»

Los dos últimos presidentes de Brasil y artífices de que los Jeugos se celebren en el país no asistirán a la ceremonia. Ni Lula da Silva -salpicado por el escándalo de corrupción de Petrobras- ni Dilma Rousseff -suspendida del cargo de presidenta desde el mes de mayo y con un juicio político abierto-. Rousseff afirmó que, tras haber sido una de las principales partícipes en los preparativos para los Juegos, no quiere ir con un papel secundario. Sí que estará en Maracaná Michel Temer, presidente interino del país.

Esta crisis política ha repercutido en algo muy habitual en los Juegos Olímpicos y en eventos de semejante magnitud: las reuniones entre Jefes de Estado o entre miembros de los distintos gobiernos que coinciden en ellos. La propia Reuters afirma que Temer solo se encontrará con el presidente de Armenia durante el evento deportivo. La inestabilidad y la ausencia de un presidente con plena autoridad parecen haber hecho que muchos dirigentes se hayan pensado dos veces el ir a Río de Janeiro.

Entre los presidentes confirmados, solo dos proceden de países sudamericanos, lo que indica la mala relación del gobierno brasileño con los países vecinos: Mauricio Macri, argentino, y Horacio Cartes, paraguayo. En el ámbito europeo, es seguro que asistirán el mandatario francés, François Hollande; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el presidente de Alemania, Joachim Gauck.

Faltarán dirigentes tan importantes como Barack Obama -aunque sí estará John Kerry, secretario de estado estadounidense, que se reunirá con el ministro de Relaciones Exteriores brasileño-, Angela Merkel o los de India, China y Rusia, socios de Brasil en el foro BRICS de economías emergentes.

Sin los Reyes ni miembros del ejecutivo

En el caso de España, los Reyes no acudirán a la inauguración al encontrarse en Palma de Mallorca con motivo de la Copa del Rey Mapfre de Vela, aunque es muy probable que conforme avance la cita olímpica se personen en Río de Janeiro.

Tampoco lo hará ningún miembro del gobierno en funciones presidido por Mariano Rajoy. Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes, será la máxima autoridad española en el palco.

También estará Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español y que lidera a la delegación española en Brasil, y Juan Antonio Samaranch hijo estrenará su cargo de vicepresidente del Comité Olímpico Internacional en la ceremonia de apertura.