Río 2016 | NataciónSolo David Cal tiene más medallas en unos Juegos

Mireia Belmonte creció admirando a Nina Zhianevskaya, la nadadora rusa de origen que le dio a España la primera medalla femenina en la piscina. En los 100 metros espalda y en Sidney 2000. Mireia tenía diez años y luego fue su compañera de habitación con el equipo de España. Su amiga. Son las dos únicas nadadoras españolas que lucen en el medallero olímpico. La catalana ya tiene cuatro: las dos platas de Londres 2012 (200 mariposa y 800), más el bronce de Río en los 400 estilos y el oro de esta madrugada en los 200 mariposa. Y le queda en la noche del viernes al sábado otra de sus mejores pruebas, los 800 metros. El oro parece reservado para la estadounidense Katie Ledecky.

Mireia peleará por las otras dos plazas del podio, pese al cansancio acumulado en las cinco pruebas anteriores.

Con cuatro medallas ocupa casi la cúspide en el historia del deporte olímpico español. Solo el piragüista gallego David Cal tiene más, cinco: uno oro y cuatro platas. Mireia ha alcanzado a los inquilinos del cuarto piso: el ciclista Joan Llaneras (dos oros y dos platas), la nadadora de sincronizada Andrea Fuentes (tres platas y un bronce) y la tenista Arantxa Sánchez Vicario (dos platas y dos bronces). Con el éxito de esta madrugada, Belmonte ha dejado atrás a los triples medallistas Gervasio Deferr (gimnasia), Conchita Martínez (tenis), Herminio Menéndez (piragüismo) y Demetrio Lozano (balonmano).

El oro de Mireia es un símbolo, como lo fue el triunfo de Fermín Cacho en Barcelona. De ahí, de los Juegos de 1992 viene el último título olímpico de la natación española: el de Martín López Zubero en los 200 metros espalda. Casi tres décadas de distancia. La piscina no es una mina de metal en el deporte español: bronce de David López Zubero en Moscú 1980, bronce en Seúl 1988 de Sergi López y bronce de Nina Zhivanevskaya en Sidney 2000. Nada más. Mireia ha cambiado esa parca historia con sus cuatro medallas. Dice su entrenador, Fred Vergnoux, que esto es un mensaje, que Mireia es la prueba de que «con trabajo y pasión» se puede llegar a la cima. «Mireia es el ejemplo. Se puede ser español y ser campeón olímpico».