Bartomeu y Rosell
Bartomeu y Rosell - EFE
Fútbol

Sandro Rosell, el espía que surgió del frío

Jaume Roures denuncia al expresidente del Barcelona y al club de robar sus emails desde 2009 y 2011; el objetivo era controlar todo el entorno del Barça

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Tranquilo, reflexivo, Jaume Roures tiene fama de gran negociador. Suele ser comedido en las palabras. Ayer rompió el molde. La indignación exigía golpear duro. El directivo de Mediapro presentó ante los Juzgados de Instrucción de Barcelona una querella criminal contra Sandro Rosell, expresidente del Barcelona, y contra el club, presidido hoy por Jospe María Bartomeu, que conocía los hechos, por «un delito continuado de revelación de secreto empresarial, un delito continuado contra la intimidad de Roures y un delito continuado de hurto agravado».

Rosell quería controlar todo lo que se opinaba sobre el club, desde Roures a Guardiola, pasando por Tito Vilanova y representantes de jugadores

El dirigente televisivo denuncia ante la Justicia que Rosell espió diariamente su correo electrónico durante al menos tres años, desde 2009 a 2011, y controló todas sus actuaciones en las negociaciones financieras y en sus litigios televisivos con Sogecable, Audiovisual Sport y la Comisión Nacional de la Competencia, así como intercambios de emails con Guardiola, Vilanova, Joan Laporta, jugadores, representantes, el Banco de Sabadell y el bufete Garrigues.

A todos ellos invita, como víctimas, a sumarse a la querella. «Rosell supo todos mis movimientos y los de muchos profesionales del Barcelona en todo momento. Y Bartomeu sabía lo que Sandro hacía. No sé si participaba, pero lo sabía. Me lo ha admitido».

La querella se presenta también contra Joan Carles Raventós, director de de las secciones del Barcelona con Rosell; contra Robert Cama, ejecutor del pirateo del correo; y contra las empresas de ambos, Bonus Sport Marketing y Socktel Servicios Informáticos.

Conocer todo sobre el club

Rosell espió al dirigente de Mediapro desde 2009, cuando Laporta presidía todavía el club catalán. La primera razón era clara: su empresa Bonus Sport Marketing competía en ciertos negocios con ese gran grupo mediático. Elegido presidente en 2010, su objetivo posterior fue también saber todo lo que Roures abordaba en sus acciones televisivas y conocer lo que hablaba con Guardiola, Vilanova, representantes y jugadores. «Yo le dije a Pep», especificó Roures, «lo que Rosell hacía, para que supiera con quien estaba». El presidente de Mediapro reflexiona que espiaba también los correos del técnico y de todo el club. «No sé si eso influyó en la marcha de Guardiola».

Robert Cama era el brazo ejecutor. Trabajaba en Mediapro. Cuando Roures supo que robaba su correo, en 2011, le despidió. Y Rosell, presidente del Barça en 2010, le fichó inmediatamente. Percibió ciento sesenta mil euros por sus servicios. «Dinero que cobró por medio de una empresa fantasma», denuncia el presidente de Mediapro.

Era extraño ver a Roures tan molesto, sin perder la compostura. Solo mencionarlo le enoja. «Me he tragado esta mierda durante cuatro años, sin denunciarlo, hasta que acabó la guerra del fútbol contra Prisa, porque abrir dos frentes era demasiado».

Solución a la catalana

Conocidos todos los hechos, la pregunta es: ¿Por qué no fue directamente a Rosell a decirle lo que hacía?: «Lo hice. Se lo comenté a Sandro en su despacho. Me dijo que recibía mis correos, pero que le daba al «delete». Se pasó tres años dándole a una tecla. Me dijo que había que solucionarlo a la catalana. Soy catalán, pero no gilipollas».

Indicó que todo los hechos son graves y desvelan en manos de quienes están muchas veces los equipos de fútbol. «Un club puede ser dirigido por un miserable que tenga labia. Se creen que están capacitados para hacer cualquier cosa. ¿Qué puedes esperar de alguien que le pone al museo del Barcelona el nombre de un chorizo como Núñez. Chorizo porque está condenado por sobornar a funcionarios. Lo que no sé es si ha sobornado a alguien más para tener tan poca cárcel».

Su análisis de lo sucedido le hace explotar ante un nivel tan rastrero de actuaciones: «Este comportamiento no tiene que ver con negocios, es una cuestión puramente mezquina, una actitud miserable. Esperamos que los jueces y la Policía se dediquen al caso e investiguen a esta gente, por no llamarlos gentuza. Los discos duros están bajo notario. Comenzamos a tener indicios de lo que sucedía porque Rosell, además de un miserable, es un bocazas que iba fardando de lo que sabía por lo que leía en mis correos».

El Barcelona ha manifestado en un comunicado que es «totalmente ajeno a los hechos que han motivado esta querella, que pasaron entre los años 2009 y 2011, y por ello comparecerá de forma inmediata en el procedimiento para solicitar el archivo del caso en todos aquellos aspectos que hacen referencia a la entidad». La entidad «exige respeto para los expresidentes y la presunción de inocencia para todos los tabajados que han sido querellados».

Ver los comentarios