Iniesta, despedida a lo grande

El Camp Nou disfrutará esta noche por última vez de Andrés Iniesta en un clásico. Sin más objetivos azulgranas que disputar los cuatro partidos que le quedan sin perder para lograr un hito sin precedentes en la historia de la Liga, el anuncio del capitán confirmando que esta temporada pone punto y final a su trayectoria como culé , convierte cada partido en una despedida por fascículos que vivirá su punto álgido en la última jornada ante la Real Sociedad, cuando levantará su novena Liga, el título número 32 de su palmarés , y pisará por última vez el césped del jardín sobre el que ha estado jugando los últimos 14 años.

Antes podrá celebrar el doblete logrado estas dos últimas semanas ante su rival favorito, el Real Madrid, dejando el número de clásicos disputado en 38 . Ni el propio Andrés se podía imaginar aquel lejano 20 de noviembre de 2004, cuando Frank Rijkaard le dio entrada en su primer Barça-Madrid, que figuraría en el top-10 de futbolistas que más partidos ante el eterno rival jugaría, superando a mitos como Santillana (35), Hierro, Casillas o Raúl (37) . Coetáneos como Sergio Ramos y Leo Messi le rebasarán, e inalcanzables quedarán ya Paco Gento (42), Xavi Hernández (42) y Manolo Sanchís (43). No habrá jugado tantos partidos ante nadie más y deshará el empate que mantiene con el Atlético de Madrid , al que también se ha enfrentado en 37 ocasiones.

Poco familiarizado con el gol, el centrocampista destaca más por sus asistencias y visión de juego , aunque ha sabido escoger los momentos en los que batir a un portero (la semifinal ante el Chelsea que dio el paso para la final de Roma o la final de Sudáfrica ante Holanda que permitió a España ganar su primer Mundial). No obstante, ha convertido al Madrid también en una de sus víctimas favoritas, marcándole tres tantos de los 57 realizados con la camiseta del primer equipo azulgrana . Solo el Málaga (5) ha recibido mayor castigo.

«Si en vez de Andrés Iniesta se llamase Andresinho igual tendría dos Balones de Oro» , aseguraba hace un par de semanas Sergio Ramos. El elogio del capitán madridista ejemplifica y resume el sentimiento de la práctica totalidad de las aficiones que le tributan aplauso y reconocimiento en los campos que visita. «Quiero ser recordado como un gran futbolista y como una gran persona . El fútbol pasa pero las personas quedan», explicó recientemente al dar oficialidad a su salida del Barça. Y lo está consiguiendo. No deja de recabar reconocimientos de contrarios y rivales. Y en buena parte por gestos sinceros y ejemplarizantes como acordarse de Dani Jarque, capitán del Español fallecido un año antes, al marcar el gol de la final del Mundial, u otros menos mediáticos como pedirle disculpas a Gil Manzano tras reclamarle airadamente que no pitara una falta en la reciente final de Copa ante el Sevilla.

Hoy Andrés Iniesta empezará a despedirse del Camp Nou , ante una afición que se está quedando huérfana de ídolos, de jugadores formados en las categorías inferiores y que representan los valores y filosofía del Barça. Se unirá a la leyenda de Xavi o Puyol y permanecerán Gerard Piqué, Leo Messi y Sergio Busquets para salvaguardar su memoria.