Mamadou Basirou Sow
Mamadou Basirou Sow - EFE
Violencia en el fútbol

«Es increíble la agresividad de algunos padres»

Mamadou Basirou Sow, árbitro de 20 años, denunció los insultos racistas de los que es objeto en partidos de niños

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Tiene 20 años, lleva viviendo cinco en España y esta es su cuarta temporada como árbitro de fútbol. Originario de Guinea Conakry, Mamadou Basirou Sow ha sufrido en primera persona la violencia y la agresividad de padres que acuden a ver jugar a sus hijos en partidos de niños. El pasado enero llegó a tal punto que decidió denunciar lo ocurrido. Por aquellos hechos, dos padres que se encararon con agresividad contra él, con reiterados insultos racistas, provocaciones y violencia verbal, están imputados por un presunto delito de odio. «Negro de mierda» fue una de las frases que escuchó, pero no la única ni quizás la más grave. Prefiere no recordarlas, no reproducirlas. «Fueron palabras muy dolorosas», afirma mientras se confiesa apasionado del fútbol y del arbitraje, pese a todo lo que ya le ha tocado vivir sobre el terreno de juego.

«Es increíble e inexplicable el comportamiento agresivo de algunos padres en partidos de niños, de infantiles y de alevines», afirma este joven árbitro. «Es una pena, y por desgracia es un ambiente que se da en no pocas ocasiones».

«Desahogo» con el árbitro

Explica que él mismo ha sido testigo de situaciones desagradables, de padres que en partidos de niños se encaran y arremeten contra los árbitros -a menudo adolescentes- mientras sus hijos disputan un partido. «Hay padres que parecen venir a desahogarse con los árbitros», lamenta Mamadou.

«Lo primero que sientes cuando estás arbitrando, incluso en categorías de niños, es la presión del público», afirma. «Hay padres que acuden y se comportan ante encuentros de infantiles o de alevines como si fuera un partido de Primera división, y lo más triste es que lo acaban sufriendo los chavales, porque sienten una presión que les impide disfrutar sobre el terreno de juego», explica Mamadou Basirou Sow. «Hay padres que presionan a sus hijos porque quieren que sean estrellas del fútbol, cuando son niños y lo que tienen que hacer es disfrutar en el terreno de juego».

Este joven árbitro zaragozano asegura que él mismo ha sido testigo de cómo se enzarzaban en el público varios padres y llegaban a las manos. «Sí, he visto pegarse a padres en la grada».

Son unas actitudes que está convencido de que acaban afectando psicológicamente a los chavales que están jugando al fútbol. «No hay que olvidar que para todo niño sus padres son un referente, un modelo a seguir. Y hay un riesgo muy alto de que acaben emulando esas actitudes que ven en ellos». De hecho, este joven árbitro afirma que él mismo percibe cómo cuando los padres increpan al árbitro o meten presión a sus hijos desde la grada, hay pequeños a los que les vence el nerviosismo y les lleva también a encararse con el árbitro. «Y eso sin contar con lo que ese tipo de comportamientos va influyendo negativamente en la personalidad de los chavales a futuro», advierte.

Mensaje contundente

Y ¿cuál es la solución para atajar este tipo de situaciones, este ambiente de tensión en las gradas en partidos de niños y adolescentes? El joven Mamadou lo tiene claro: el antídoto han de ser los propios padres y, en gran medida, los clubes en los que juegan los chavales. «En estos clubes saben perfectamente quién se comporta de forma inadecuada, y los presidentes y directivos deberían encargarse de no tolerar ese tipo de actitudes, de lanzar un mensaje contundente de que no se admiten comportamientos de ese tipo», afirma. «Y, por supuesto, también hay una responsabilidad compartida por el resto de padres, que también deberían tomar partido ante actitudes que nunca deberían producirse en las gradas durante un encuentro, pero mucho menos aún cuando se trata de partidos de fútbol entre chavales y de salidas de tono protagonizadas por padres de esos niños».

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