Las explosiones en las inmediaciones del Estadio de Francia mantienen retenidos a los aficionados

La selección gala y Alemania se medían en un amistoso en el Estadio de Francia mientras París se enfrentaba a un nuevo ataque terrorista. Las autoridades, que evacuaron al presidente Hollande durante el choque, no quisieron dar por terminado el partido para no crear alarma social, pero ante la gravedad de los acontecimientos se decidió mantener al público dentro del estadio tras el final del choque.

La ingenuidad entre los seguidores tras el pitido final fue total. Los que intentaban abandonar el estadio se dieron cuenta de que las puertas permanecían cerradas en un intento de las autoridades de evitar que una nueva explosión afectara a la salida de los aficionados.

Las explosiones ocurridas en las inmediaciones del estadio se pudieron escuchar perfectamente durante el transcurso del mismo, aunque la mayoría pensaba que se trataba de algún tipo de petardo.

Fue al terminar el encuentro (que acabó con victoria francesa por 2-0) cuando se anunció por megafonía la gravedad de la situación y se pidió a los aficionados que no abandonaran el estadio. Se produjo entonces la invasión del césped, a la espera de que la Policía dé el visto bueno a la evacuación.