Gran Premio de Bahréin

Setenta días para avivar el McLaren

El coche de Fernando Alonso es el que más puede mejorar, pero necesita hacerlo antes de que comience el verano

Fernando Alonso, en Bahréin AFP
José Carlos Carabias

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Apenas toma impulso el Mundial de Fórmula 1 y la urgencia ya aprieta a McLaren , a sus propietarios, a Fernando Alonso como punta de lanza. Es lo que corresponde a la segunda escudería con más éxitos de la historia, exponente del ecosistema inglés en el que se mueve este deporte. La alianza con el motor Renault ha impulsado al equipo desde el hoyo en el que se encontraba y, a la vista de las sólidas prestaciones del coche en la primera carrera en Australia, el entusiasmo ha crecido en la sede de Woking . Este fin de semana se corre en Bahréin , emirato longilíneo del Golfo Pérsico, apéndice geográfico de Arabia Saudí donde Alonso ha ganado tres veces. No lo hará esta vez salvo debacle de los tres favoritos (Mercedes, Ferrari y Red Bull).

Alonso recibió con cierto alivio el resultado de Australia, no por el quinto puesto sino por la sólida base de partida. El monoplaza, sin ser uno de los más rápidos, sí es consistente . Carece de la velocidad que le gustaría al asturiano en las rondas a una vuelta de las clasificaciones de los sábados, pero mantiene un buen ritmo de crucero el domingo en la carrera.

A un moderado optimismo se suma el hecho de que los entrenamientos invernales en Barcelona retrasaron la preparación del coche. Pequeños detalles, una fuga, la tuerca mal apretada de la rueda, un problema hidráulico, impidieron que en ocho días McLaren completase el programa previsto de ensamblaje con el nuevo motor Renault. Esas mínimas carencias unidas a las evoluciones dispuestas por los ingenieros representan la posibilidad de mejora en los próximos sesenta o setenta días.

Dijo Alonso el jueves que «los dos próximos meses son cruciales» para McLaren. Y lo aseguró porque en este periodo es cuando los ingenieros, de su equipo y de todos los demás, pueden fijarse en los detalles aerodinámicos de los otros coches, en los pormenores del motor, en aquellas soluciones técnicas que se aprecian en la competencia. Siempre ha sido así en la Fórmula 1. Una vez los coches destapan la lona y se presentan al público, los ingenieros retratan a los rivales, captan cada átomo del chasis enemigo, se fijan en cuitas invisibles para el resto de los humanos. Unos se copian a otros . Y se trata de acertar en las evoluciones.

Músculo financiero

McLaren dispone de músculo financiero como para enriquecer el rendimiento de su bólido. Aunque ha perdido la fuente de financiación que suponía Honda (no solo proveedor de motores, sino también patrocinador principal), su presupuesto es aún potente. Según AutoBild y Bussines Book GP, tiene más de 250 millones para afrontar el curso . Esto no pasa con otros equipos, como Williams, Force India, Toro Rosso o incluso el sorprendente Haas. Pueden acertar, como Haas, en la fabricación del coche, pero carecen de recursos económicos para mejorar. McLaren, no. Tiene recursos, ingenieros, medios, instalaciones y dinero para crecer.

El equipo tiene previsto introducir progresos técnicos en todas las carreras hasta el verano . En Bahréin, llegarán las que no pudieron en Australia. En China prepara una evolución notable del monoplaza. También en Barcelona. Y así durante dos o tres meses, hasta que llegue el verano. Si el coche no ha conseguido su propósito, alcanzar a Red Bull (el teórico tercero), tal vez se empiece a pensar en la próxima temporada.

En ello no solo está Fernando Alonso, sino la cabeza visible de McLaren, Zak Brown , un patrón con ideas innovadoras en la Fórmula 1 como americano que es y que aspira a devolver al equipo a los títulos.

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