Cádiz CF

Desde el desconocimiento, ¡pónganse las pilas!

Hoy por hoy, el actual Cádiz CF da la sensación de ser mucho más inferior al que cerró la pasada campaña en Tenerife

Alfonso Carbonell

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Quique Pina y Juan Carlos Cordero charlan con el cuerpo técnico en una imagen de archivo.

Ando muy perdido. Posiblemente, demasiado como para ejercer mi derecho a opinar. Pero da igual, es lo que tiene desconectar en vacaciones e informarse casi que de rebote en alguna barra de algún chiringuito de esos que aún mantiene la saludable costumbre de comprar la prensa para sus clientes. Para colmo, no controlo a todos los jugadores del planeta fútbol como muchos ‘proyectos de Maldini’ que andan por ahí juzgando igual a Messi que a un chaval que despunta en el filial del Llagostera. Es más, me cuesta controlar a un fútbolista incluso viéndolo jugar tres o cuatro veces en Carranza como para atreverme a analizarlo porque alguna vez lo vi marcando un golazo en uno de esos resúmenes de domingo por la noche.

Vuelvo al grano. Ando muy perdido. Demasiado. Pero una cosa me ha quitado el sueño estas vacaciones entre cerveza y cerveza. Este Cádiz CF, lo que se conoce hasta el día de hoy, me resulta de muy dudosa catadura, muy frágil, vulnerable, malo. No he visto un amistoso, apenas he leído crónicas, pero se me ha caído el alma a los pies tras enterarme que, a juicio de los compañeros que siguen la actualidad del equipo, Eddy Silvestre está siendo de los más destacados. Cómo no estará la cosa…

No hay que ser muy listo para asegurar que el Cádiuz CF que cerca estuvo de ascender el año pasado ha perdido notablemente el peso de lo que valía. Aketxe, Ortuño, Aridane y hasta Jesús Fernández se han ido dejando al cadismo con la carita del ‘gracias por sus servicios, campeones’ pero ¿a qué diablos nos enfrentamos ahora sin ellos? Porque lo que ha venido, al menos ahora, no se arrima lo más mínimo a lo que se ha ido. Puede, ojalá, que los Moha Traoré, Barral, Marcos Mauro, Perea y Romera nos sorprendan gratamente pero a bote pronto parece claro que el Cádiz CF de ayer se lo explica al Cádiz CF de hoy. Por eso mismo, Cordero tiene por delante la misión de incrementar notablemente el nivel de una plantilla que ha despedido a cuatro potenciales titulares y a la que han llegado nuevas incorporaciones con hambre pero sin garantía alguna. Por supuesto, que no hay más garantía posible que tener a Pina al timón , pero hoy por hoy el equipo pide a gritos la contratación de tres hombres que no solo ilusionen al respetable desde el primer día, sino que incluso sean capaces de hacer olvidar a Aridane, Ortuño y Aketxe para que las esperanzas del cadismo se mantengan a flote un año después de lo vivido el pasado curso. Así que ya saben, hagan ‘er favó’, ¡déjense de peleítas y pónganse las pilas!

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