Real Oviedo-Cádiz CF: El poder de la fe para la Reconquista amarilla

Covadonga. Año 722 de nuestra era. En tierra asturiana, un puñado de pastores se refugiaba en las montañas del invasor musulmán. Con palos y piedras, en inferioridad absoluta y solo amparados en su fe, iniciaban la Reconquista de sus antiguos dominios ante el ejército más poderoso de la época. Contra la adversidad, sin miedo. La creencia en su destino doblegaba al poder de las armas, de la fuerza y la riqueza.

Apenas los cobardes repararon en la posibilidad de una derrota. Y ellos no tienen el hueco en la Historia, se traspapelaron con los incrédulos, los desmoralizados, los faltos de esperanza. El recuerdo eleva a esos locos de entonces, héroes nacionales años después, que desafiaron la supremacía de un enemigo más vigoroso para la conquista de su sueño.

El Cádiz CF, por costumbre emperador en su reino, afronta esta batalla en posición de inferioridad. Novedad para el cadismo de la que debe aprovecharse. En suerte (por azar mejor dicho) le tocaba el adversario más feroz. A tenor de los números. El que más puntúa, el que más marca, el delantero más goleador, la afición más nutrida y desesperada por su dilatada odisea en el desierto…

La vuelta en el Ramón de Carranza, con la posibilidad de cocinar el ascenso en el horno del coliseo amarillo, igualaba las fuerzas. El equipo de Claudio ya cojeaba por la derecha, herido merced a la lesión de Óscar Rubio y la ausencia de un recambio natural. El plantel lleva tiempo mentalizado en que Mantecón cumplirá en ese carril, ocultando sus carencias con su experiencia, su inteligencia táctica y su buen toque de balón.

Sin embargo, el disparo en la otra pierna, la izquierda, derrumbaba al conjunto amarillo. Andrés se rompía el peroné y quebraba al grupo. La reacción ha sido tan inmediata que se firmaba a un lateral zurdo para paliar la baja de larga duración del murciano, que al infortunio con sus tobillos le añade el peor de los males.

Alberto Prada, recién descendido con el Zamora pero vencedor en el Tartiere y con muy buenos informes, ha sido llamado a filas. Tendrá muy poco tiempo para ganarse el sitio, y es más una opción para una posible repesca que para este ‘play off’ con el Oviedo.

Claudio pocas veces ha sido tan tajante. En el estadio azul jugarán Tomás y diez más. Espaldarazo necesario para un chaval de 20 años al que han deslumbrado con todos los focos que le apuntan desde este martes, cuando caía su compañero. Sobre su espalda carga el peso de un sueño de miles de personas y necesita de la confianza para que su empuje no ceda ante los nervios.

El canterano se ha consagrado esta temporada y su pugna con Andrés ha fortalecido tanto a los competidores como al propio Cádiz CF. Ha alcanzado su madurez y no admite dudas. Sufre más en defensa pero asegura carácter, descaro y mucha brega. No será fácil superarle. Es su momento.

Los otros diez solo se manejan en la cabeza de Claudio. Aulestia en puerta, Mantecón, Servando, Josete y el mencionado Tomás son las opciones casi por obligación en la zona de seguridad. En la medular Garrido es incontestable y la fuerza y el músculo de Navarrete pueden imponerse a la calidad de un Juanma Espinosa en busca de su mejor versión.

Villar y Jona aseguran el gol (30 tantos en liga entre ambos), Machado será el mediapunta en el 4-2-3-1 del míster. En la izquierda, lo lógico sería ver a Kike, en un excelso estado de forma, y la sorpresa a la que acostumbra el de Manises sería Hugo Rodríguez. Más velocidad al contragolpe, más trabajo defensivo para apoyar al carrilero.

Toda la plantilla a excepción de Andrés se ha desplazado vía aerea hacia la localidad asturiana, y el técnico realizará los dos descartes antes de saltar al terreno de juego del Tartiere.

No solo las gafas de Sergio Egea le hacen tener una mirada más clara. Dioni es la única ausencia por lesión y el arsenal en ataque le permite no lamentar su ausencia. Del Oviedo todo se ha dicho en una semana en la que se ha diseccionado al plantel azul. Dominador absoluto del Grupo I, máximo goleador de los cuatro grupos con el pichichi de la categoría de bronce, y ese intangible llamada entorno (entre el que reina la afición) que parece empujar para que este club histórico, más de una década después, recupere su merecido lugar en el fútbol profesional.

El baluarte Esteban en el arco (por oviedismo bajó de Primera a Segunda B) soporta a una zaga donde radican algunas dudas, pero que son las típicas pues la fortaleza arriba es brutal. Falta por comprobar quién acompañará a Erice en la medular: Ogmba o Generelo, que ha ido entrando desde el banquillo en las últimas semanas después de su lesión para ponerse a punto de cara esta eliminatoria.

Del Oviedo se ha hablado demasiado. En Cádiz se han mordido la lengua. Sin lamentaciones, el discurso se ofrece sobre el campo, donde se espera un debate tremendo entre los dos principales candidatos justo para romper el bipartidismo en la jornada electoral.

Desde verano llevan mirándose de forma desafiante. Oviedo, Cádiz, tanto monta. Condenados a luchar. La Reconquista pasa por Asturias, allí se gestó una página gloriosa y el Cádiz CF necesita escribir una más para engrosar su ajado libro de triunfos. Contra todo pero con el poder de uno mismo, en un estadio con 30.000 gargantas apretando y 1.000 fieles resistiendo, en plan espartano. Ni un paso atrás.

Ficha del Real Oviedo – Cádiz CF

Real Oviedo: Esteban, Nacho López, Jonathan Vila, David Fernández, Dani Bautista, Erice, Ogmba o Generelo, Susaeta, Héctor Font, Borja Valle y Linares.

Cádiz CF: Aulestia, Mantecón, Servando, Josete, Tomás, Garrido, Navarrete o Espinosa, Villar, Machado, Kike Márquez o Hugo y Jona.

Árbitro: Alfonso Vicente Moral (Colegio castellano-leonés).

Campo y hora: Carlos Tartiere. 17.00 horas (Canal Sur Televisión).

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