Cádiz CF-Racing: Carranza quiere seguir creyendo

Rin, rin, suena la campana. Otra vez. ¿Quién lo diría? Tercer asalto para un Cádiz CF que se presentó en los combates finales hecho un guiñapo y anda ahora con el cuerpo erguido y la cabeza bien alta. Así, mirando a los ojitos al rival que se le presente por delante. Con humildad, con respeto, con vergüenza, sí, con todas esas virtudes que hacen más grande a quien las atesora. Pero también este Cádiz Cf es capaz de mirar de frente con decencia, con orgullo, con coraje y con la confianza de no saberse inferior a nadie. Vale que se han hecho las cosas mal. Fatal. También es cierto que durante la temporada regular se han cometido muchos errores.

Todo eso es verdad. Todo eso y más. Pero a nadie se le puede olvidar que el corazón de este escudo irrumpe siempre cuando menos se le espera. El escudo late porque laten sus jugadores. Y si el escudo late porque el equipo lo siente qué demonios no va a sentir una afición que ve en el terreno de juego alma, compromiso, solidaridad, vergüenza y venganza. No con el Racing ni con nadie. Solo con el destino. A aquel que se desafió en A Malata y a ese que el cadismo tiene entre ceja y ceja desde hace años.

Porque no se han subido en años en los que sí se ha merecido. No ha llegado recompensa alguna cuando más y mejor trabajo se ha hecho. Ha venido la muerte vestida de árbitro muchas veces. Ha habido veces, incluso, que la guadaña estaba dentro del propio vestuario. Ahí, esperando. Pero el cadismo se ha revelado. Lo ha hecho gracias a unos jugadores que han sacado a flote su orgullo y su vergüenza cuando ha llegado un entrenador, pequeñito y con cara de catequista, que les ha dicho tres verdades a la cara. A Cervera, que tiene nombre hasta de profesor, no le ha temblado el pulso para defenestrar a uno de los ídolos de parte de la grada que endiosa sin tener que endiosar. A Cervera le marca su trabajo solamente su instinto. Pasa del entorno. Le trae al pairo los galones si el que los lleva no los merece. Solo se mueve por su coherencia y por el club que le paga. Porque eso es lo que hay que entender. Le da igual que le tachen de defensivo. Pff, se ríe incluso. Hace por ignorar todo y se centra en su equipo, en el rival y en las circunstancias que pueda crear para que sus talluditos se encuentren lo mejor posible en el campo. Sabe que sufren, él sufre con ellos. Por eso los pone a jugar de noche.Por eso los cambia al poco de pasar los 60 minutos de juego. Con esa mentalidad, Álvaro Cervera ha conseguido que todos sean uno. Y en este todos también se encuentra cada aficionado que va a Carranza. Lo ha conseguido él. Un tipo pequeño que ha llegado a Cádiz sin bufanda ni bandera ni con frases grandilocuentes que encadilan al más pintado.Lo ha conseguido él que no vende cadismo sin sentirlo.

Lo ha conseguido él que tantas dudas comenzó dejando. Lo ha conseguido él que viste con alzacuellos y que huye del mensaje tribunero. Y lo ha conseguido con hechos y razones. Es verdad que han costado que lleguen estas últimas, pero han llegado a tiempo justo. Y lo más importante. Lo ha conseguido porque ha concienciado a los suyos de que si no se esfuerzan a hierro durante cada minuto de los 90 son unos auténticos patanes. Y esa mentalidad inferior va camino de hacerles grandes.

Porque con esa mentalidad se salió a disputar el partido de ida en Carranza. Muchos vieron un planteamiento defensivo pero que sabrían ellos de cómo estaba de tocado en lo moral y en lo físico un equipo que dos semanas antes era burla de su propia afición. Aquel Cádiz CF sacó un importante empate sin goles que se convirtió en oro en A Malata. Allí, en Ferrol, se comenzó a creer dentro de un vestuario donde se asegura que los pies siguen bien pegados al suelo.

Y con esa humildad, con la misma que se jugó ante el Racing de Ferrol, se enfrentará el Cádiz CF a todo un Racing de Santander, de similares características al once amarillo. Los cántabros vienen tocados en lo moral tras el repaso que les ha metido el Reus, pero siguen siendo los primeros de su grupo. Por contra, los de Cervera saben que no han conseguido nada y que sigue sudando tinta china para sacar adelante los partidos. Cervera era un exquisito y pequeñito extremo zurdo y como tal confía en dos bandas sujetadas por dos criaturas a los que la afición quiere llevar en volandas. Hoy por hoy, Salvi y Alvarito son la gran esperanza amarilla en estos ‘play off’. Porque sí, porque Güiza, David Sánchez y demás veteranos están para lo que están. Que no es poco, pero tampoco es mucho.

Los cadistas desean que a Güiza le llegue un balón, solo uno. Y que el jerezano lo transforme en gol. Todos en esta casa asumen que el gitano está ‘cascao’, pero también que es clave para que sus compañeros, con tan solo verlo de amarillo en el campo, se vengan arriba. Cervera no variará mucho el once de Ferrol. Fran Machado (lesionado) dejará su puesto a Abel. Por lo demás, los mismos que jugaron unos primeros y excelentes 45 minutos en A Malata.

Carranza estará con su equipo. Lo estuvo ante el Racing de Ferrol y lo estará más aún ante el Racing de Santander. La impaciencia no debe hacer acto de presencia. Ni en el campo, ni en la grada. Será un partido para sufrir. El cadista ya está acostumbrado, pero es importante que no pierda la fe, que crea.

FICHA TÉCNICA:

Cádiz CF: Cifuentes, Carmona, Aridane, Migue González, Servando, Mantecón, David Sánchez, Salvi, Álvaro García, Lolo Plá y Güiza.

Racing de Santander: Óscar Santiago, Borja San Emeterio, Santamaría, César Caneda, Migue García, Dani Rodríguez, Borja Granero, Álvaro Peña, Óscar Fernández, Artiles y Dioni.

Árbitro: Isidro Díaz de Mera Escuderos, manchego

Incidencias: Primer partido de la segunda eliminatoria del 'play off' de ascenso a Segunda A.

Campo y hora: Ramón de Carranza. 20.00 horas. PPV on line en la web del Cádiz CF.