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Cádiz CF-Celta (0-3): Ilusión indebida

Un cuarto de hora de esperanza y el resto para asumir las diferencias entre ricos y pobres; la Copa ya (casi) es historia

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Ilusión indebida. El Cádiz CF soñaba con prolongar su gesta en la Copa. Y la esperanza se reducía a un cuarto. De hora. Quizás algo más. En esos primeros minutos, el cuadro gaditano ofrecía esa imagen que anhela todo aficionado que presume de su equipo: competitividad, descaro, carácter, alegría...

Gestos que permitían soñar con otra noche mágica, esta vez repitiendo sobre el césped el resultado cosechado en los despachos, entre denuncias y apelaciones. Pero la crisis ha acentuado la diferencia entre ricos y pobres, también en el fútbol, y pronto el Celta le explicaba que con muy poco le podía robar sus sueños.

Guidetti frenaba la pujanza cadista, y la templanza llegaba tras el descanso al compás de los goles gallegos.

Jonny y Guidetti de nuevo aplacaban la furia amarilla, reducida a cenizas ante tal diferencia manifiesta. La vuelta en Balaídos ya no es más que un incómodo paréntesis en la ecuación liguera, donde de verdad se exigen resultados. Al menos, que cuadren los números. La economía.

Sin embargo, pese a la resignación final, había momentos de ilusión. ¿Por qué? Porque es Copa. Copa del Rey. La que niebla los sentidos, la que desinhibe al tímido y tambalea al grande, cegándole. El torneo de Su Majestad ahora en decadencia pero que tantas tardes de gloria ha dado al fútbol. Con ese espíritu combativo ingresaba el Cádiz CF en su templo de Carranza, ansioso por seguir alimentando la ilusión de toda su parroquia.

Cuero hacía el primer favor al resentirse de un problema en el pubis durante el calentamiento y ofrecerle la oportunidad a Lolo Plá, pujanza y descaro al servicio amarillo. Andrés saltaba a pierna cambiada con Pavez en la zurda y David Sánchez debutaba en su nuevo plantel en compañía de Mantecón.

Al margen de nombres, el Cádiz CF aceleraba desde el túnel de vestuarios y pisaba a fondo desde el inicio, arrollando a un Celta superado por los acontecimientos. Salvi apuñalaba por diestra, provocando chispas al unirse con Lolo y Machado. Los locales merodeaban con mucho peligro por las inmediaciones de la meta gallega, y la retaguardia debía multiplicarse para impedir en última instancia el remate.

David obligaba a sudar a Rubén en un córner muy cerrado que repetiría en varias ocasiones y casi se convertía en gol olímpico. El Cádiz CF se aferraba a la intensidad llevada al límite para ennerviar a la escuadra del Toto Berizzo.

El paso de los minutos tranquilizaba la contienda e igualaba fuerzas. El Celta tocaba, intentando apagar la chispa gaditana. Los de Claudio buscaban la contra. Sin embargo, el Cádiz CF escribía esa página tan propia de estos encuentros.

Josete erraba en la salida de balón y en un santiamén Guidetti encaraba en solitario a Ballesté, que rozaba su disparo sin desviar la trayectoria a gol. 0-1. así, casi sin querer.

El tanto celtiña sí que amansaba a la fiera, que sólo aceleraba cuando el esférico tomaba contacto con Salvi. La velocidad del sanluqueño se convertía en el principal arma cadista, malograda después por sus centros sin destinatario aparente.

Con los gritos de 'Cheryshev te quiero' caía el telón tras una primera escena en la que el Cádiz CF sufría un año esperado y algo inmerecido. Excelente imagen de un equipo inferior que competía, el máximo exigible.

Mas relajados saltaban los amarillos en la reanudación, con el Celta mandando y sus pies en campo gaditano. La historia era bien diferente. Los del Toto se gustaban, con paredes y taconazos, y la superioridad del Primera se imponía sobre un Segunda B.

Es más, por momentos se enrarecía el ambiente festivo. Dos acciones erráticas de Mantecón, marca de la casa, exasperaban a parte de la afición que ya no perdona una. Silbidos que se multiplicaban instantes después cuando Claudio retiraba al madrileño del terreno de juego, con enfado tremendo del centrocampista. Como broche, el segundo tanto de los vigueses que restaban la mínima emoción que por entonces existía en el choque.

El Cádiz CF se quedaba sin fuerzas y con ello el equipo se desintegraba. Ya cada uno hacía la guerra por su cuenta, un imposible ante un conjunto bien armado de mayor calidad. Además, perdía fuerza en la medular al quitar a un efectivo para dar alas a Álvaro por la izquierda, con Quintana y David completamente rebasados.

Con latigazos enganchaba el cuadro gaditano a su afición, que ya pensaba en la Liga y en esos siete puntos que le saca el Murcia. Claudio daba entrada a Abel para equilibrar la pelea en la zona ancha, al menos en cuanto a efectivos. La relajación del Celta propiciaba ese paso adelante.

Ilusiones. Guidetti agrandaba la herida al remachar con la testa en un despeje de Ballesté a chilena de Señé. Epílogo para una noche a la que resta el duelo de Vigo, pero con un destino ya escrito. Eso sí, que al Cádiz le quiten lo 'bailao' con Cheryshev.

FICHA TÉCNICA

Cádiz CF: Pol Ballesté, Luis Pavez, Josete, Aridane, Andrés, Mantecón (Álvaro García, 56'), David Sánchez, Machado (Abel Gómez, 74'), Alberto Quintana, Salvi y Lolo Plá (Dani Güiza, 77').

Celta de Vigo: Rubén Blanco, Radoja (Wass, 75'), Guidetti, Orellana (Señé, 60'), Drazic, Madinda, Jonny, Sergi Gómez, Planas, Cabral (Hugo Mallo, 46'), Borja Fernández.

Goles: 0-1: Guidetti define por bajo de disparo cruzado en el mano a mano con Ballesté (24'); 0-2: El disparo de Jonny golpea en Machado y cambia la trayectoria (58'); 0-3: Ballesté despeja como puede la chilena de Señé y Guidetti cabecea en el rechace para marcar (78').

Árbitro: Undiano Mallenco (colegio navarro). Amarilla a Andrés

Incidencias: Ramón de Carranza. Unos doce mil espectadores. Minuto de silencio en recuerdo del exjugador cadista fallecido Jaime Barrachina.

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