Cádiz CF

El balón parado lanza al Cádiz CF

La pizarra de Cervera ha sido desempolvada y ya brilla gracias a los últimos goles

Alfonso Carbonell

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El balón de la Liga suele mudar el color en invierno en amarillo. Este año lo hará el Nike Merlin.

El Cádiz CF ha pasado de buenas a primeras a marcar goles a balón parado después de sufrir un largo y preocupante tiempo de carencia. Han tenido que pasar trece jornadas para que ello haya podido darse, pero en cuanto ha entrado el primero, han venido dos más de seguidos.

Las cosas no salían, eran otros tiempos y el Cádiz CF se adentraba en una crisis de resultados que lo dejaba a poca distancia de los puestos de descenso. Todo eran males. Lesiones, penaltis fallados, actos de indisciplina y un entrenador que no terminaba de dar con la tecla por culpa de la cantidad de bajas que tenía una semana tras otra. Y para colmo, no se marcaba a balón parado ni en pintura.

De todo ello se daba cuenta una plantilla que entre sus filas cuenta con poderosos dominantes del juego aéreo pese a que el gran Sankaré se encontraba y encuentra en el dique seco. Centrales de la talla de Marcos Mauro, Servando, Villanueva, Kecojevic, centrocampistas como Garrido o delanteros como Carrillo no olían una posibilidad y la cosa comenzaba a oler mal. Pero no solo los rematadores pasaban horas bajas porque es sabido que las lesiones de Perea y José Mari, dueños y señores de la pelota parada también complicaban la misión. Precisamente, fue Marcos Mauro el jugador que en una rueda de prensa hacía autocrítica en este aspecto. Pues bien, fue decirlo el argentino y en el siguiente partido comenzar el Cádiz CF a ver puerta en este tipo de jugadas.

Tuvo que llegarse a la decimocuarta jornada para que el Cádiz CF marcase un gol a balón parado. Su responsable directo fue Carrillo, que cabeceó a gol con fuerza y potencia superando a todos los defensas por alto un centro medido de José Mari desde el saque de esquina. Un gol y tres puntos.

Pocos días después, en El Molinón, llegaría el segundo y no menos importante porque abriría la goleada al Sporting de Gijón. En esta ocasión fue Garrido el autor del cabezazo que acabaría en gol. Otra vez José Mari ponía un balón de oro en el área pequeña asturiana para que el vasco rematase de cabeza completamente solo. Nuevo gol y nueva victoria.

El último gol tras una jugada a balón parado ha llegado el pasado domingo ante el Valladolid. Cierto es que no ha sido de cabeza pero sí que la jugada de gol tiene su origen en la pizarra de Cervera. José Mari sacó en corto a la banda de Salvi para que el sanluqueño profundizara y centrara al área donde esperaban los centrales del Cádiz. De hecho, fue en segunda instancia Villanueva el que prolongó el balón hacia atrás para que Álex Fernández chutase a puerta para conseguir el gol de la victoria tras un rechace en un defensa.

En apenas tres jornadas, el Cádiz CF se ha puesto al día y está rentabilizando al máximo su mejora en esta suerte.

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