Doncic, en el partido contra el Bilbao Basket
Doncic, en el partido contra el Bilbao Basket - ACB
Baloncesto

Luka Doncic, un prodigio con cara de ángel

El joven canterano del Real Madrid, de 16 años, maravilla en la Euroliga y en la ACB y ya es uno más para Pablo Laso

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Es en las crisis deportivas donde los genios encuentran una oportunidad prematura para lucir su talento. Jugadores especiales como Ricky Rubio, que debutó con el Juventud en medio de una década aciaga para el histórico club verdinegro, o Nikola Mirotic, rescatado por Messina cuando peor le iban las cosas en el Real Madrid, son un ejemplo reciente de esa situación, que tiene ahora en Luka Doncic (Ljubljana, 1999) a su último exponente.

Las lesiones y los malos resultados han obligado a Pablo Laso a darle al esloveno galones dentro del equipo antes de tiempo. Minutos y responsabilidad que él ha asumido con una normalidad impropia de sus 16 años. Un veterano más en el cuerpo de un niño. Porque la mirada de Doncic se transforma cuando entra en una pista de basket.

El rostro angelical de este joven escolta formado en las categorías inferiores del Madrid no se altera, pero su instinto natural comienza a funcionar con un balón en las manos. Ante el Bilbao Basket, el pasado fin de semana, ya dio muestras de su potencial firmando una actuación histórica para un júnior, el más joven de la ACB; y el jueves, contra el Fenerbahçe, se bautizó a lo grande en Europa con un segundo cuarto para enmarcar que le situó en el radar de los ojeadores de la NBA.

El idilio de Doncic con el baloncesto era inevitable. Su padre, jugador del Olimpia de Ljubjliana y de Eslovenia, y su madre, campeona del mundo de danza, le inculcaron una mezcla genética difícil de igualar. Pasión inmensa por este deporte y una facilidad de movimientos innata, que le ayuda a moverse por la cancha como si flotara.

Fueron Alberto Angulo y Herreros los que se enamoraron de él en 2011 por su facilidad para dominar todas las facetas del juego. Anotaba, reboteaba y asistía con una pasmosa serenidad para sus doce años. Una invitación a la Minicopa de 2012 terminó por convencer al club, que se lanzó a por su fichaje. «Su sueño era jugar en el Madrid», aseguraba a ABC un año después su padre, Sasa Doncic, mientras veía a su hijo asombrar al mundo en la Minicopa disputada en Vitoria.

Fue entonces cuando comenzaron las comparaciones con Ricky, Petrovic, Mirotic... talentos precoces que terminaron siendo estrellas. Alejado de los focos, mimado con celo por el club, Doncic fue quemando etapas en las categorías inferiores. El premio le llegó la temporada pasada, cuando pudo debutar con el primer equipo con 16 años recién cumplidos.

Talento y polivalencia

Integrado totalmente en la vida de la capital, Doncic es uno más en la residencia de jugadores del Real Madrid. Allí convive con el vivero de jóvenes talentos que ha atesorado el club en los últimos años. Una camada especial que el año pasado arrasó, al igual que lo hizo el primer equipo. Tímido y sin grandes aficiones más allá de la canasta, el esloveno vive por y para el baloncesto. Y más aún, desde que Laso le confirmó que contaría con él.

«Es muy humilde y trabaja mucho en cada entrenamiento. Creo que tiene un gran futuro», señala Felipe Reyes. El capitán es uno de los que más tiempo pasa con él, pero no es el único. El esloveno cuenta con el apoyo del vestuario, donde tiene grandes espejos donde reflejarse. «Poder jugar a este nivel con la edad que él tiene demuestra una madurez increíble. La calidad la tiene, pero aún le queda mucho por desarrollar. Va por el buen camino», apunta Nocioni, otro de los veteranos.

Su rol varía en cada partido y es esa adaptación al puesto de base o escolta la que le hace aún más valioso. Ante el Fenerbahçe, con el Madrid descolocado en el primer cuarto, Laso decidió darle la manija del equipo y el esloveno respondió con una actuación soberbia. «Tiene una inteligencia baloncestística que le permite jugar en cada posición y hacerlo bien. Sergio Rodríguez y Llull se complementan muy bien con él, que lee el juego y busca a su compañeros», apunta Laso, que está encantado con él.

Los cantos de sirena de la NBA aún están lejos. Al jugador le gustaría jugar en Europa varios años antes de probar en la liga estadounidense. Dominar el continente y luego dar rienda suelta a su ambición. Sin límites en el horizonte, la buena noticia para el Madrid es que Doncic no podrá aspirar a jugar en la NBA hasta 2018, cuando haya cumplido 18 años. La lesión de Rudy Fernández le ha abierto la puerta de los minutos y solo le queda aprovechar la oportunidad. El futuro es suyo.

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