Sergio Scariolo, en el Espacio 2014, donde se encuentra el museo del baloncesto español
Sergio Scariolo, en el Espacio 2014, donde se encuentra el museo del baloncesto español - José Ramón Ladra
Selección Española

Sergio Scariolo: «Navarro tiene que ser un fijo en la selección»

A pocas horas de dar la lista de convocados para el Eurobasket, el seleccionador da pistas en una entrevista para ABC

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Sergio Scariolo (Brescia, 1961) recibe a ABC pocos días antes de ofrecer la lista de elegidos para el Europeo de este verano. Elegante como siempre, parece como si el paréntesis de tres años entre su marcha y su regreso al banquillo de la selección no hubieran pasado.

–¿Cómo se ha encontrado la federación tras este tiempo?

–Las cosas no han cambiado mucho en la federación. Obviamente, hay una austeridad que viene dada por la situación económica del país, pero la buena gestión ha permitido que se mantenga la organización y la logística de calidad. Ha habido algún cambio de roles, que afecta a la toma de decisiones, pero sin mucha importancia.

–¿Y Scariolo ha cambiado?

–Creo que tampoco mucho. Realmente todos cambiamos y aprendemos.

A nivel personal y profesional han sido años de aprendizaje, sobre todo el último, que ha sido especialmente productivo para mí en ese sentido. Pero a mi edad, con 54 años, es muy complicado que se pueda cambiar radicalmente.

–¿Segundas partes pueden ser buenas?

–En «El Padrino» lo fue… pero en otros casos no. Pueden ser buenas, sí. ¿Por qué no? En este caso, además, no es una segunda parte como tal, porque hay un fluir de un ciclo que es continuo, caracterizado por un grupo de jugadores que siempre han estado ahí por encima de otras figuras como la del seleccionador. Ellos y el presidente son los grandes referentes de este ciclo exitoso del baloncesto nacional.

–¿Cómo le convenció el presidente? Porque al principio usted era reacio a volver

–A final de 2014, hablamos un poco por encima de las cosas, pero no era el momento para ninguno de los dos- Cuando en primavera lo hablamos seriamente, no necesitamos disfrazar las cosas para entendernos. Tenemos una relación franca y directa. Obviamente, había cosas favorables que me han animado a decir que sí y otras menos atractivas que intentaré minimizar, que están ahí, pero que espero que se queden ahí.

«Claro que las segundas partes pueden ser buenas, la de 'El Padrino' lo fue»

–¿Qué es lo que menos le atraía del proyecto?

–Creo que es tiempo de enfatizar lo positivo. Digamos que las dudas han sido digeridas. Entiendo que hay un margen de riesgo. Todos los que han ganado grandes cosas en un sitio y vuelven, tienen que asumirlo. Pero también creo que no es momento de pensar en ello. Ha pesado más la necesidad de que todos los que hemos recibido tanto de este equipo, teníamos que dar ahora algo ahora en un momento de dificultad. La complejidad después del Mundial es innegable. El recuerdo está ahí en todo el mundo y no es cuestión de minimizarlo. Al revés. No hay que pensar que fue un día en el que no entraron los tiros. Hay que darle la perspectiva justa y a partir de ahí mirar hacia adelante.

–¿Una de las tareas principales es borrar esas dudas recientes del equipo?

–Hay que utilizarlas de manera positiva, aunque es algo muy individual de los que estuvieron. Cada uno tiene que pensar en ello y asumir lo que pasó. No todos los que estuvieron allí van a estar ahora en el Europeo. Malo sería olvidarlo, pero también sería negativo pensar demasiado en ello. Creo que todo el mundo ha aprendido ya de lo que pasó y ha llegado el momento de pensar en una situación nueva, un equipo nuevo y un reto diferente, con rivales distintos. Hay tanta energía que canalizar en el objetivo, que tiene que quedar poca para mirar atrás.

–¿Ha hablado sobre eso con Orenga?

–He hablado bastante con él. Me ha dado un punto de vista sobre las cosas, que en la totalidad de los casos han confirmado sensaciones que había tenido desde fuera.

–Los jugadores están contentos con su vuelta a pesar de aquel inicio dubitativo con ellos...

–Yo no recuerdo un inicio difícil. Desde la concentración de los primeros días, percibí un respeto y una aceptación importante por parte de este grupo. Luego está claro que a lo largo de cuatro años tú puedes excluir a uno, dejar a otro en el banquillo, jugar más para un tercero… y en un momento determinado es humano que uno pueda estar más o menos contento. Pero eso pasa en un equipo de baloncesto y en una familia o en una oficina. Ese respeto y esa consideración, siempre los he percibido. No he tenido ningún momento en el que he creído que no fuera así. Es obvio que partir con esa aceptación ahora es un buen punto de salida. Pero no estoy aquí para que la gente esté contenta, estoy aquí para ayudarles a conseguir los objetivos. Está claro que es un motivo de orgullo que jugadores que han tenido los mejores entrenadores y que tienen ellos mismos un nivel de conocimiento del baloncesto tan alto, tengan una opinión tan positiva de ti.

«He hablado mucho con Orenga sobre el equipo»

–Hablaba de volver a ganar, que es el primer objetivo para un Europeo que viene con la presión de lograr una plaza para los Juegos de Brasil del próximo verano.

–Creo que tenemos todos muy claro que hay que valorar y ser conscientes de la dificultad de la tarea. Minimizar la altura del obstáculo podría llevarnos a no poder saltarlo. Además, no solo es uno, sino que serán muchos los obstáculos que nos vamos a encontrar. Tenemos que ser humildes y a la vez ambiciosos. Reencontrar esa consciencia de que hará falta un máximo esfuerzo, porque menos no será suficiente y todo ello con la necesidad de hacerlo como equipo, de manera conjunta.

–¿Le ha quitado el sueño la lista de convocados para el Europeo?

–No, porque los jugadores que forman el núcleo tradicional de la selección los tengo claros. Los tengo claros yo y la mayoría de la gente. Hay algunas elecciones que hay que tomar, había alguna disponibilidad que había que comprobar y otras que aún están en el aire por la competición. La única diferencia es que no vamos a tener una lista predefinida al 90 por ciento de sus elementos como ocurría otros años. Esta vez, la concentración misma nos dará las respuestas que todavía nos faltan.

–¿Tiene pensado dar más de los doce nombres habituales?

–Seguramente sí.

–Respiró con alivio cuando Pau Gasol le dio el sí a España

–Sí, porque la excelencia de la selección empieza con Pau Gasol y no estoy hablando solo de la cancha. Estoy hablando de liderazgo, de representatividad, de respeto fuera desde fuera hacia nuestro equipo... La presencia de Pau es una piedra angular y más habiéndose comprometido de una forma tan clara, incluso con una muestra de humildad importante, declarándose elegible para un posible preolímpico que es una posibilidad que es real. Todo eso demuestra la grandeza de Pau.

«Navarro es un jugador que aún está capacitado para ofrecer minutos de calidad»

–Hablando de Gasoles, el otro nombre propio es Marc. ¿A él se le esperará hasta el final, cuando descifre su futuro en la NBA?

–Es obvio que aunque demos la lista el martes, ese día Marc no habrá podido todavía contrastar su opinión con la de su club, por temas de fechas. Yo opino que ya lo ha elegido, porque no creo que un jugador como Marc tome esa decisión el 1 de julio. Está claro que hay una norma que tiene que cumplir y estando así las cosas para él se puede hacer perfectamente una excepción y creo que todo el mundo lo entendería.

–¿Van a tener protagonismo ya los jóvenes en el Europeo?

–Esa es una tarea, sobre todo, para después de los Juegos Olímpicos, pero a la vez tendremos que dar ya pasos adelante. Ya sea dando a algún joven un rol un poco más importante que el año pasado o sea introduciendo en el grupo algún jugador que, cuando alguno de los que están ya no venga, pueda ocupar un papel cada vez más relevante.

–La pregunta del millón: ¿Mirotic o Ibaka?

–Estamos esperando el último reconocimiento médico de Ibaka para ver si tiene el alta o no. Como todos esperamos que esté bien, tendremos que tomar una decisión y no se basará solo en criterios deportivos. Son dos jugadores diferentes. Dos grandes jugadores. Nos encanta la posibilidad de que en el futuro puedan estar los dos si se cambia la norma, pero también en este sentido tenemos que tener en cuenta que hay un después de este Europeo y de este miniciclo Europeo-Olimpiadas. Será una decisión difícil, porque decantarte por Niko o por Serge siempre te deja una duda, no por la calidad del que eliges, sino por la calidad del que dejas fuera. Luego habrá que tirar hacia adelante, confiando en la solidaridad y el compromiso con la selección del que esta vez no pueda estar con nosotros.

–¿Valora la posibilidad que estén los dos en la concentración y se elija ahí al que mejor lo haga?

–Todas las posibilidadades están ahí, pero en su caso específico no creo que sea la opción más probable.

«Entiendo que alguien conciba su identidad de manera diferente, pero no la falta de respeto»

–Usted fue el que dio la alternativa a Llull en la selección, ¿cuál será su papel este año en el equipo?

–En su momento, cuando en teoría Llull iba de invitado, fui yo el que vi algo más de lo que le parecía a todo el mundo y tuve que darle un lugar desde mi primer año. Es un jugador al que le tengo una admiración importante y su rol está destinado a crecer desde ya y es obvio que este año, por culpa de las ausencias en el puesto de base, tendrá que actuar en esa posición.

–¿Le preocupa el estado físico de Navarro? ¿Es un fijo en su lista?

–No solo por lo que ha dado, que también, sino por lo que está capacitado aún para ofrecer aún en la cancha, es un jugador que tiene que estar. Obviamente, su situación es ley de vida. Hasta que llegue el momento de cerrar esta página, tiene que tener un sitio en la selección. Yo, que he vivido cuatro años en este banquillo con él, sé el peso y la importancia que conlleva tener a Juan Carlos en el vestuario. Estoy convencido de que si le respetan las lesiones todavía puede tener minutos de calidad e importancia dentro de la cancha. Claro, cómo no estar preocupado tras una temporada en la que las lesiones no le han respetado. Hay tiempo de sobra para que se recupere y haga una valoración propia de su estado y de lo que le rodea a nivel físico. Yo le espero y ojalá Juan Carlos pueda estar.

–¿Le preocupa la desilusión en la afición? Algunos hablan incluso de un equipo que está acabado

–Viendo la temporada de Pau, decir que están acabados, me parece un disparate. Te digo Pau, porque es de la generación de los más veteranos, pero Felipe Reyes es otro caso parecido. Está claro que un resultado negativo conlleva un desencanto, pero no se puede tomar la referencia del último resultado para hacer una valoración global. Hay que mirar las cosas por lo que han sido y no ir más allá. Toca pensar en el futuro y la afición reaccionará a la realidad. Si somos capaces de volver a darles buen juego y resultados, volverán a estar ilusionados con nosotros como siempre lo han estado.

«Enfrentarme a Italia será poco 'divertido' al principio, pero que nadie dude de mi profesionalidad»

–¿Qué es España para Scariolo?

–El país donde he elegido vivir, que no es el que te toca por nacimiento y al que estás vinvulado para siempre con el recuerdo. España la he elegido yo con el cerebro y con el corazón. Es el país de mi mujer, de mis hijos... Diría que realmente es donde más cómodo me encuentro, aunque en Italia, Estados Unidos o Canadá son lugares en los que he vivido o donde creo que estaría bien si llegara a vivir allí.

–¿Entiende que haya gente de un país que se posicione en contra de su bandera o su himno?

–Entiendo que haya gente que pueda sentirse o concebir su identidad de una forma más local, pero no entiendo la falta de respeto. La falta de respeto siempre es una forma equivocada de manifestarse. Creo que hay muchas maneras legales, civilizadas y más respetuosas para manifestar las propias opiniones y que no hacen daño, no a un jefe, sino a mucha gente que piensa de forma diferente. Entiendo las diversidades, pero entiendo menos que se manifiesten de una forma irrespetuosa.

–¿Podría pitarse el Himno en Italia?

–(Se lo piensa). Yo creo que sería muy, muy complicado. No ha pasado nunca y sinceramente me costaría pensarlo. Claro que hay sitios donde existe la sensación de que se viviría mejor separado del resto del país, como mi propia región, la Lombardía, que es quizá la región más autónoma en ese sentido. No tanto hacia una identidad nacional, sino sobre la sensación económica de estar manteniendo al resto del país. Es una acepción bastante diferente a la que hay aquí.

–¿Las playas de Málaga o las montañas de los Alpes?

–Desde luego, que donde he elegido vivir es aquí y aunque me gusta volver a Italia cuando puedo y eso signifique respirar un aire diferente, de recuerdos, el presente es el que es y no lo cambio.

–¿Qué sentimiento tendrá cuando se enfrente a Italia en el Europeo?

–Será la primera vez y creo que habrá algunos momentos que no serán, digamos, “divertidos” antes del encuentro, pero cuando empiece no habrá ningún tipo de duda. No me influirá profesionalmente. A nivel personal, que nadie piense que reniego de mis raíces porque intente ganar a mi país. Soy un profesional e intentaré hacerlo muy bien porque creo además que es uno de los grandes tapados de este Europeo.

–¿El sueño de la NBA es posible para un entrenador europeo?

–Para mí, más que un sueño es una opción deportiva que ya está ahí, pero me llegó en un momento de mi vida en el que hay que tener en cuenta factores que no tendría en otra época. Me refiero a mi familia. La opción era solo de un año y así era muy complicado plantearse el cambio a nivel familiar. No era lo que necesitábamos para movernos y creo que el año olímpico (toquemos madera) es un año que puede ocupar tu concentración más de lo habitual. A partir de ahí, volverá a ser una opción. Durante este año mantendré un contacto estrecho, no sé si solo con Toronto como hasta ahora o con otras franquicias y sí, espero que pueda cristalizarse después de los Juegos.

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