España quiere la revancha

Una mala segunda parte contra Eslovenia provocó la ausencia de España en los Juegos de Río 2016. Irreparable el pasado, España encuentra en el partido de hoy una forma relativa de resarcirse de aquel mal recuerdo. Tras el sorprendente empate de los eslovenos ante Túnez, a la selección le vale el empate para terminar la fase de grupos del Mundial como líder del grupo B, pero quieren ir más allá.

A pesar de que solo han pasado 24 horas desde el exigente encuentro ante Macedonia, España se prepara a conciencia para terminar esta fase con un pleno de victorias. Hay piernas todavía porque las rotaciones de Ribera han otorgado descanso y reparo suficiente para atacar el segundo paso de este maratón.

Todavía duele esa ausencia, un «palo muy duro» para los jugadores y todo el balonmano español. Pero la selección ha llegado a este Mundial de Francia con la lección aprendida y, sobre todo, con las energías para volver a hacer algo grande. Un objetivo que pasa por superar a Eslovenia, un equipo parecido al español en cuanto a repertorio de ataques, pero que cuenta con algunas bajas importantes en sus filas. No están ni Uros Zorman ni Dean Bombac, y tampoco Gozard Skof.

Aunque los relevos demuestran que la calidad sigue muy alta, han ganado tres de los cuatro partidos disputados, España sabe que si se mantiene fiel a su filosofía de buena defensa y contragolpe, tiene muchas papeletas para triunfar. Se aprendió en el preolímpico que la precipitación no encuentra portería -España solo anotó dos tantos en toda la segunda parte-, y se añadió ante Macedonia, que si la selección juega como sabe, no hay rival que dificulte el camino, por mucho ataque con siete jugadores que presente.