REUTERS
Juegos Olímpicos | Balonmano

Que el bronce no sea solo un bonito recuerdo

La selección femenina de balonmano afronta con más madurez los Juegos de Río, otra oportunidad de crear éxitos por ellas y por ellos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Gloria bendita. Así definía Begoña Fernández ese bronce atrapado después de un sufrimiento tremendo alargado en dos prórrogas ante Corea del Sur. Un premio a un equipo compacto, generoso, alegre y bien avenido que se ganó el cariño de todos con sus sonrisas contagiosas. Ganaron la medalla un diez de agosto de 2012, pero la disfrutaron mucho más después, cuando vieron que su espíritu y su esfuerzo había calado en la sociedad.

«Allí, en la Villa Olímpica, como estábamos concentradas, no nos dábamos tanta cuenta. Pero claro, llegas a casa y el recibimiento en el aeropuerto, en tu ciudad... Es una de las sensaciones más bestias que he sentido en mi vida. Aunque si me preguntas por la primera imagen después del partido fue...

las caras de cansancio de mis compañeras. Como si no supiéramos si había terminado ya o no», recuerda para ABC Eli Pinedo, una de las protagonistas de esa preciosa historia olímpica. «Se dieron cuenta de la importancia de unos Juegos, por la repercusión y porque serán recordadas siempre por eso», señala Jorge Dueñas, seleccionador nacional y director de esta orquesta que tocó en bronce.

Han pasado casi cuatro años. Pinedo reconoce que guarda la medalla en un cajón porque es un desastre y teme perderlas. Pero quiere que haya más: «Esa siempre estará ahí, pero no queremos que se convierta solo en un recuerdo. A Río no vamos de vacaciones», avisa. En estos cuatro años, señala que el grupo ha crecido en madurez, aunque algunas de sus compañeras hayan tenido que crecer profesionalmente en el «exilio». Solo cinco de las dieciséis convocadas para el último torneo jugaban en España. Una triste realidad que comparten con sus compañeros de la selección masculina a la que no tienen más remedio que acostumbrarse, por el momento, porque es la única solución para poder vivir de lo que les gusta con ciertas garantías de calidad. «La crisis nos ha hecho tener que irnos y nos gustaría volver. Esperemos que no vaya a peor porque parece que, con los éxitos, vamos un poquito mejor cada día», suspira Pinedo, jugadora del Bera Bera. «Y cuando las reúnes ahora es más difícil imprimir la misma filosofía porque en Europa juegan a otros balonmanos. A veces se nos hace muy justo el tiempo de preparación», se resigna el seleccionador.

La medalla contribuyó a darles unos focos que merecían y un apoyo mediático y social que reclamaban desde hace mucho tiempo. Tienen la oportunidad de repetir la experiencia olímpica, un plus de motivación para todas, en palabras de Dueñas: «Para muchas, Londres fue una novedad y a veces es difícil concentrarse en ese ambiente. Tantos deportes, tantas estrellas, todo tan grande, con tanta atención. En Río se mezclará lo mejor de ambas situaciones: la frescura de quien descubre todo por primera vez y la veteranía de quien lo vive por segunda vez, con más calma».

Respeto y personalidad

Conseguir la plaza para Río por su subcampeonato de Europa, y sin pasar por un preolímpico, les ha dado tiempo. Que deberán invertir en canalizar el esfuerzo, las ilusiones, la motivación y la presión. «Después de todos los éxitos que han conseguido en los últimos tiempos ya son respetadas y reconocidas por los rivales. Pero son muy profesionales, saben que las mirarán con lupa y en su trabajo también está saber administrar la tensión», confirma Dueñas. Pero les faltará algo. «Todavía no concibo que tengamos que ir sin ellos. En Londres nos apoyaron muchísimo y fue genial», habla Pinedo sobre la selección masculina, apartada de los Juegos con un penalti en los últimos segundos del torneo Preolímpico de Suecia. «El desenlace fue muy triste. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Llevas cuatro años para llegar ahí y es un palo muy grande. Porque además son de las mejores selecciones del mundo», se lamenta. «Hay muy buen ambiente entre ellos y nos resta energía positiva. Por eso tenemos que ir a Río a dejar el pabellón bien alto. Somos representantes del equipo masculino también», dice Dueñas.

«Aspirábamos a luchar con las dos selecciones. Tenemos uno solo, pero vamos a por todo. Es el equipo de las guerreras, con una ilusión enorme por llegar a los Juegos. Es una generación estupenda que sabe que es su ciclo. Y se han conseguido meter a la gente en el bolsillo, por lo que estoy seguro de que van a pelear hasta el final por esa medalla olímpica. Es su oportunidad por ellas y por ellos», confirma Francisco Blázquez, presidente de la Federación. En Río 2016 el balonmano español está en sus manos.

Ver los comentarios