Andrés Amorós

Una trampa evidente

«Quieren prohibir los toros pero, por si no pueden, prefieren desnaturalizarlos radicalmente, sin varas, banderillas ni espada»

Andrés Amorós
Madrid Actualizado: Guardar
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La corrida «a la balear» es una trampa tan evidente que daría risa, si no diera pena. Quieren prohibir los toros pero, por si no pueden, prefieren desnaturalizarlos radicalmente, sin varas, banderillas ni espada: una lamentable parodia, para disfrazar de compasión por el animal lo que es, como en Cataluña, puro odio a algo porque «huele a España».

Quiero subrayar ahora dos datos básicos. Ante todo, que es algo claramente anticonstitucional, como ya advirtió el informe de la Dirección General de Bellas Artes, que el Gobierno remitió al Parlamento balear, por dos razones: la primera, porque invade competencias del Estado. La segunda, porque lo que define la Ley estatal como Patrimonio Cultural Español, digno de ser protegido en todo el territorio nacional, es – subrayo- «la corrida de toros moderna y el arte de lidiar, que incluye, sin ningún género de dudas, el empleo de picas, banderillas y estoque, durante los tres tercios de la lidia, que desemboca en la muerte del animal».

Está claro que el Tribunal Constitucional tumbará esta Ley balear, cuando le llegue el Recurso. ¿Quién puede plantearlo? El Gobierno, sea directamente o – como hizo en el caso catalán – por medio de más de cincuenta diputados o senadores.

El señor Puigdemont, entre otros, da, cada día, motivos de Recursos constitucionales mucho más graves y urgentes. Esto no libera al Gobierno de la obligación de presentar este Recurso cuanto antes; ni, al PSOE, del papelón que – también en este tema – está haciendo.

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