Lemmy Kilmister (1945-2015)
Lemmy Kilmister (1945-2015) - ABC

Los viejos rockeros también mueren

Empieza el ocaso de la generación que dio forma a la edad de oro de la música popular

MADRID Actualizado: Guardar
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«La progresiva desaparición de los músicos me parece un auténtica mierda. Perdón por la expresión, pero estoy totalmente en contra de la finitud de la vida». Estas contundentes palabras las pronunció Andrés Calamaro en una entrevista publicada el pasado miércoles en ABC. Pone en evidencia la desazón que provoca la reciente desaparición de algunos de los más significativos representantes del mundo del pop y del rock. Lemmy Kilmister (Motörhead), David Bowie, Glenn Frey (Eagles), George Martin... y ayer mismo llegaba la noticia del suicidio de Keith Emerson (Emerson Lake & Palmer); más un susto: el avión que conducía al grupo Iron Maiden de gira sufrió un pequeño accidente cuando despegaba. Parece una maldición.

Llama la atención que, exceptuando al productor de los Beatles, de 90 años, el resto eran demasiado jóvenes según los estándares modernos para exhalar el último suspiro: Emerson era el mayor, y apenas alcanzaba los 71.

Además, junto a estos nombres más populares han caído en los primeros compases de 2016 Long John Hunter (84), Alfredo «Chocolate» Armenteros (87), Black (53), Paul Kantner (de Jefferson Airplane, 74), Nana Vasconcelos (71)... y este mismo sábado Alejandro Espina (45), bajista de Ilegales, de un infarto.

Un caso aparte, pero especialmente sangrante por el hecho de ser todos veinteañeros, fue el de la desaparición al completo de la banda británica Viola Beach y su manager en un accidente de tráfico en Suecia el pasado 13 de febrero. Estaban empezando a saborear las mieles de la vida bohemia.

Quizás estamos asistiendo a la no tan lenta desaparición de una generación prodigiosa que dio forma a la edad de oro de la música pop y rock, entre los años sesenta y primeros setenta. Unos años en que todo estaba por hacer y los músicos avanzaban a golpes de experimentación y genialidad. Bob Dylan, The Beatles, The Rolling Stones, The Who, The Kinks, The Beach Boys, The Doors, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Frank Zappa, The Velvet Underground... a un ritmo endiablado de publicación de discos y cada uno llevando la música a una nueva dimensión... y un David Bowie que dio signos de genialidad hasta en sus últimas obras. Una locura.

La eterna juventud

En aquellos momentos en que el rock se asociaba de forma indisoluble a la juventud y en que se vivía cada día como si fuera el último, nadie hubiera imaginado ni en su más loco viaje de LSD que un geriatra terminaría acompañando a Mick Jagger y compañía a sus conciertos, cuando incluso en 1972 se pensaba que, con treinta años ya cumplidos, seguramente estaban protagonizando su última gira por ser demasiado viejos (según contaba Robert Greenfield en «Viajando con los Rolling Stones»). O que Malcolm Young tendría que abandonar AC/DC debido a demencia senil. Esta misma banda ha tenido que sus pender sus recitales por Estados Unidos por riesgo de sordera de su cantante, Brian Johnson. El rock & roll, está claro, no era el elixir de la eterna juventud.

Hasta ahora estábamos acostumbrados a que los grandes ídolos caían por motivos ajenos a la edad. El 13 de febrero de 1959 se inauguró el martirologio del rock cuando una avioneta se cayó con Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper en su interior. A partir de entonces ha habido accidentes de coche (Mark Bolan de T. Rex y Eduardo Benavente de Parálisis Permanente), de aviación (varios miembros de Lynyrd Skynyrd, Otis Redding, John Denver), ahogados (Brian Jones, Jeff Buckley), tiroteados (Sam Cooke, John Lennon, Marvin Gaye), suicidio (Kurt Cobain)... y sobre todo, el exceso de drogas, aunque fueran legales (barbitúricos o alcohol): desde Elvis Presley a Michael Jackson, pasando por John Bonham, Bon Scott, Keith Moon, los españoles Enrique Urquijo y Antonio Vega y la mayoría de los miembros del club de los 27: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse. Otros sí cayeron más o menos pronto por enfermedad, como Bob Marley, Frank Zappa y George Harrison por cáncer, y la llegada del sida causó estragos, empezando por Freddie Mercury. Los Ramones suponen un caso de especial dramatismo: no queda ninguno de sus cuatro miembros fundadores : Joey, Joe y Tommy por cáncer, y Dee Dee por sobredosis.

¿Es la mala vida asociada a la profesión de músico la responsable de las últimas muertes? Habría que ir caso por caso, pero en algo se debe notar el abuso de sustancias poco recomendables. Bowie abusó de la heroína, Glenn Frey de la cocaína y Kilmister abusó de todo en general. Pero también es verdad que el rock & roll es un fenómeno que comenzó su andadura hacia la mitad de los años cincuenta, y tanto los pioneros como los inmediatos seguidores se encuentran ya en una edad de alto riesgo, sobre todo, efectivamente, si se ha fumado, bebido y abusado de otras sustancias tóxicas, sin contar con la imposibilidad de llevar una dieta sana cuando se viaja de forma constante. Las enfermedades coronarias atacan con especial virulencia: David Bowie sufrió cuatro infartos antes de morir, y un infarto fue también el motivo de la muerte de Paco de Lucía con 66 años. Pero sobre todo, está la amenaza del cáncer. Así, son frecuentes en los últimos tiempos las noticias de músicos diagnosticados con esta enfermedad. El último, Bill Wyman, exbajista de los Rolling Stones, de 79 años, que pelea contra un cáncer de próstata, y Tony Iommi (Black Sabbath) con un linfoma. Por su parte, Bruce Dickinson (57) tuvo que suspender en 2014 una gira de Iron Maiden por culpa de un cáncer de lengua que, según sus explicaciones, tiene su origen en el abuso de la práctica del sexo oral (una explicación muy heavy). Hoy ya está repuesto y en la carretera.

Salvados

Porque frente a este macabro goteo, hay que felicitarse por aquellos músicos que han superado la terrible prueba. Son los casos, entre otros, de Charlie Watts, Rod Stewart, Morrisey, Sheryl Crow y Kylie Minogue. También tenemos casos en España, como los de Joan Manuel Serrat y Luz Casal, mientras que Pau Donés se encuentra en plena lucha por su supervivencia. Wilko Johnson, fundador Dr. Feelgood, merece una feliz mención aparte. En noviembre de 2012 le dieron «nueve o diez meses de vida». Hoy en día se encuentra de nuevo ofreciendo sus explosivos directos.

No tuvieron tanta suerte y han muerto en los últimos años por culpa de diversos tumores malignos Donna Summer, Ray Manzarek (The Doors), Syd Barrett (Pink Floyd), Luis Alberto Spinetta, Joe Cocker y Ronnie James Dio.

Es ley de vida: ocurre con el rock lo que pasó en su momento con los tótems del jazz –Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker, Billie Holiday, John Coltrane, Thelonious Monk, Miles Davis, Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie, ...– y más recientemente del flamenco –la Paquera de Jerez, Chano Lobato, Enrique Morente, Paco de Lucía...–. Detrás han venido artístas magníficos, pero nada será como antes.

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