De izquierda a derecha, Federico Ayala, Ana Gavín, Myriam Seco, Javier Martínez Babón, Alicia Gómez Navarro y Carmen Pérez Die
De izquierda a derecha, Federico Ayala, Ana Gavín, Myriam Seco, Javier Martínez Babón, Alicia Gómez Navarro y Carmen Pérez Die - José Ramón Ladra
Historia

Los vínculos de Tutankhamón y España, rescatados en un libro

«Tutankhamón en España: Howard Carter, el duque de Alba y las conferencias de Madrid» relata la influencia que tuvieron las visitas del descubridor de la tumba del faraón a la capital

Madrid Actualizado: Guardar
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«Señores; si la memoria no me es infiel, la última vez que tuve el honor de dirigirles la palabra acerca de la tumba de Tut-Ankh-Amen y de sus contenidos, les indiqué hasta dónde habían llegado nuestras exploraciones, o sea hasta el gran sarcófago de cuarzo; les relaté cómo levantamos la tapa, cómo apartamos las envolturas y mortajas y pusimos al descubierto el ataúd exterior del rey».

El párrafo que encabeza estas líneas corresponde a la primera de las dos conferencias pronunciada por el arqueólogo inglés Howard Carter en Madrid, en mayo de 1928. El susodicho es nada menos que el descubridor de la tumba de Tutankhamón, y asistía a la capital española como respuesta positiva a la invitación del comité hispano-inglés que presidía el XVII duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart.

De ello, y de todos los detalles que dibujan los avances en el estudio de la tumba y el ajuar funerario de Tutankhamón, versa el libro «Tutankhamón en España: Howard Carter, el duque de Alba y las conferencias de Madrid» (Fundación José Manuel Lara), escrito por Myriam Seco Álvarez y Javier Martínez Babón, ganador del premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos y presentado ayer en el Museo Arqueológico de Madrid.

Los autores, doctores en Historia por la Universidad de Sevilla (Seco) y la Autónoma de Barcelona (Martínez), desgranan la trascendencia que estas visitas, acaecidas en 1924 y 1928, tuvieron para España, remarcándolas como un episodio «significativo» para nuestra historia. «Aquellas visitas, organizadas por el Comité Hispano-Inglés y la Residencia de Estudiantes, tuvieron un enorme éxito, si atendemos a la asistencia de público y a la gran cobertura que le dio la prensa de la época», explicó Seco, que calificó como «hito» que España acogiera tan pronto el relato de las novedades de un hallazgo arqueológico de tal importancia.

Idea

Según detallaron los escritores en la presentación, la idea surgió de unas palabras pronunciadas por Cayetana de Alba en Sevilla en 2009 ante el egiptólogo Zahi Hawass, al que contó que, cuando era niña, viajó a Egipto con su padre debido a la amista que lo unía con Carter.

«Ella contó que vivió durante meses en El Cairo y que, desde entonces, tenía un gran interés por Egipto y fue ahí cuando, como testigos de ese encuentro, comenzamos a investigar la relación», apuntó Seco. La Casa de Alba ha cedido mucha de la documentación con la que se ha elaborado el libro, entre la misma, muchos documentos inéditos, como las cartas que intercambiaron el duque de Alba y Howard Carter.

«El interés (por las conferencias) fue máximo, incluso el rey Alfonso XIII quiso conocer personalmente al arqueólogo. La afluencia fue masiva y el aforo de teatros y salas donde estuvo siempre se superó», relató Martínez Babón, quien señala que las diapositivas que se trajo Carter a Madrid fueron demandadas en toda España, incluso en Latinoamérica, aunque no ha quedado vestigio de ellas.

Los autores de este libro han lamentado que ese interés por la egiptología, que se desbordó con la presencia de Carter, no se haya mantenido en España, donde ha predominado, según ellos, el interés por la antigua Roma o, incluso, Grecia.

Misiones

Ambos forman parte de una de las 300 misiones arqueológicas internacionales que se mantienen en Egipto para destapar restos arqueológicos y cumplen diez años de trabajos en el templo de Tutmosis III, al oeste de Luxor, que ya ha aportado grandes cantidades de materiales.

«En realidad, nos hemos sentido muy identificados estudiando el trabajo de Carter en la tumba de Tutankhamón porque, aunque hayan evolucionado las tecnologías, la labor sigue siendo casi la misma e, incluso, el sistema de organizar a los obreros y las cuadrillas», destacó la arqueóloga.

Sobre aquel descubrimiento y aquella tumba de Tutankhamón siguen existiendo muchas leyendas, algunas asociadas a maldiciones. El libro aporta un posible origen: que el patrocinador de la excavación, lord Carnavon, murió poco después del hallazgo.

«Lord Carnavon había vendido la exclusiva del descubrimiento a The Times, y eso provocó que los demás periódicos recelaran y, tras su muerte, avivaron la leyenda de la maldición», relató Martínez Babón, quien cree que este hecho se avivó en los años 60 del pasado siglo cuando los ocupantes de un avión militar británico que transportaba algunas de las piezas contrajeran enfermedades.

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