DISEÑO

Afilar los cuchillos en el London Design Festival

Pese a que cada vez es más evidente el viraje comercial de una cita que no está a la altura de la ciudad que lo alberga, el London Design Festival todavía presenta algunos fogonazos en los que se reflexiona sobre una disciplina que se reinventa

Vista de la exposición «Dutch Invertuals», de diseño holandés ABC

Ana Domínguez Siemens

Inspirada por una conversación mantenida con el más crítico de los críticos de la cultura contemporánea, Alfonso Berardinelli , el hombre que agita las mentes y anima al riesgo, se siente la tentación de afilar los cuchillos para hablar sobre el London Design Festival . Pero todo lo bueno que el festival tiene condujo a la moderación. Es verdad que su deriva apunta a ser más y más comercial , incluso a pesar de que muchos de los eventos que allí suceden se apoyan en pequeños ciclos de conferencias y mesas redondas. Pero no resulta suficiente: el contenido también adolece en muchos casos de pensamiento y espíritu crítico del diseño, porque, si bien es cierto que la discilplina es una industria, también lo es que es una expresión cultural, y que ese aspecto no está tan potenciado como debería en un festival de tan gran calibre como el londinense.

Así y todo, por esa vertiente cultural, es de ensalzar el trabajo que hace cada año el , que siempre aporta interesantes instalaciones a la cita. Ross Lovegrove, Flynn Talbot y Elias y Yousef Anastas fueron algunos de los importantes artífices de esta edición, pero la que más llamó nuestra atención fue la labor de la diseñadora Lubna Chowdhary , que abrió el estudio que tiene en el museo como residente del departamento de cerámica. Allí pudimos comprobar su inmenso bagaje en el conocimiento del color, de una paleta sorprendente, y su interés por la geometría y la modularidad.

Paletas limitadas

Su instalación «Metropolis», hecha de cientos de elementos cerámicos que reproducen en miniatura objetos de nuestra vida cotidiana, era una intrigante reflexión sobre la producción llevada a cabo por el hombre y sobre cómo los objetos nos informan sobre nuestra Historia. En una línea con ciertas similitudes se sitúa el trabajo que Hella Jongerius mostraba en la galería Kreo. En paralelo con su exposición sobre el color del Design Museum , Jongerius mostraba piezas como las mesas «Tile», a base de azulejos de color que son el resultado del uso de una paleta limitada tanto en la arcilla como en los vidriados que, en sus combinaciones, dan resultados sorprendentes.

Silla «Axyl», de Benjamin Hubert para Allermuir ABC

En Somerset House se celebraba «Design Frontiers», un grupo de presentaciones diversas que exploran el diseño en su sentido más amplio, desde la nueva marca de ropa Jijibaba diseñada al alimón entre Jasper Morrison y Jaime Hayón (dos polos que al final no son tan opuestos), hasta la creación de piezas usando hongos como material («Mycelium and Timber»), de Sebastian Cox junto a la investigadora Ninela Ivanova, o la silla «AXYL», de Benjamin Hubert, a partir de materiales reciclados.

Pero fueron las pequeñas exposiciones quizá las más impactantes. Como «Dermapoliesis», de Matteo Cibic en Seeds, una visión alternativa a un futuro no dominado por los robots; un mundo imaginado y fantástico, tomado por organismos vivos que proveerán nuestras necesidades. De un cariz más pragmático destacó la colección en madera «Round & Square», creada por Martino Gamper a partir de un complejo y bellísimo sistema de ensamblaje.

Rigor y método

Otro material, el vidrio templado, es el protagonista de la colección «Glas.Mekano», de Thomas Lemut en Fumi, construyendo las piezas de manera heterodoxa, con el vidrio cortado en tiras, unidas a base de tornillos de un modo que desprende rigor y método. Lo contrario que las piezas «Antarctica», de Fredrikson Stallard en David Gill, elaboradas en un material acrílico que parece hielo y como si fueran el resultado de un desordenado y fluido azar. Los diseñadores holandeses tuvieron una presencia señalada debido a una gran selección en el contexto de la London Design Fair donde vimos la siempre escogida selección de Dutch Invertuals .

Otra exposición grupal de especial interés era «The Graduate(s)», en la galería Carpenters Workshop , con diseñadores salidos de diversas escuelas de diseño, comisariada por Li Edelkoort , que, de toda la vida, donde pone el ojo pone la bala. El gigantesco armario «Elemental» de Kostas Lambridis , una especie de monstruo híbrido de piezas acumuladas en el contexto de una arqueología contemporánea, era el hilo conductor de la muestra.

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