Genios de la caricatura política de hoy

Plantu

Jean Plantureux, Plantu, caricaturista de «Le Monde», es «un referente» en Francia, «la cuna del humor político moderno», señala Juan García Cerrada. Para el secretario ejecutivo del Instituto Quevedo del Humor, la asociación Cartooning for Peace de apoyo a dibujantes políticos en todos los países que Plantu impulsó junto con Kofi Annan en 2006 «le ha dado además una proyección muy grande en el panorama internacional».

Jean Plantureux entró en 1972 en «Le Monde» con un primer dibujo sobre la guerra de Vietnam y a sus 63 años, Plantu sigue publicando en esta cabecera francesa, en su portada desde 1985. En esos más de 40 años en «Le Monde» ha visto cómo el periódico dejaba de salir en Marruecos durante tres días por una de sus caricaturas que se consideró ofensiva para la familia real marroquí, ha sido criticado en numerosas ocasiones, pero también se enorgullece de contar con el único documento firmado por Simon Peres y Yaser Arafat, su caricatura favorita, según relató a El Comercio.

«Cuando cogemos un rotulador, vamos hasta el final de nuestras opiniones pensando que, a nuestros amigos lectores, los conocemos», señalaba hace unos días Plantu a Euronews. «Pero, a veces, no hay solo lectores. En la esquina, puede haber un chalado que nos espere. Y no es únicamente un problema para los dibujantes. Es un problema para los periodistas. Y, no solo para ellos, es un problema para los ciudadanos europeos y también para todo el planeta. Hay que pensar que, ahora, nuestros dibujos los ve gente que no llegamos a controlar. No hay que bajar los brazos. Hay que ser más inteligente. Como en el ajedrez, hay que estar por delante de ellos».

Peter Brookes

El caricaturista Peter Brookes (1943) lleva más de 20 años vinculado a « The Times», en concreto desde 1992, aunque ha trabajado para otras publicaciones como «New Society», «New Statesman» y «The Spectator».

Ha ganado el premio al Dibujante del año en los Premios de la Prensa Británica en 2002, 2007, 2010, 2011 y 2012.

Desde su mesa en el famoso diario londinense retrata de forma irreverente la actualidad política del día, siguiendo la larga tradición del Reino Unido por la sátira gráfica cuyos ejemplos se pueden contemplar en el Museo de la Caricatura, cerca del Museo Británico.

En una de sus recientes caricaturas, que Peter Brookes compartió en su cuenta de Twitter, responsabilizó a Vladimir Putin del derribo del avión de Malaysia Airlines en Ucrania con una provocativa imagen junto al epígrafe «El recuento mortal de Putin en Ucrania».

Para Brookes, lo más difícil es dar con la idea que está detrás de la caricatura, dibujarla después es «tan solo mecánica», según recuerdan en el Wolfson College Cambridge.

Gerald Scarfe

Gerald Scarfe (Londres, 1936) es el caricaturista político del diario «The Sunday Times» de Londres desde hace 44 años y ha trabajado para la revista «The New Yorker» durante 21 años. Su trabajo aparece regularmente en muchos periódicos en el Reino Unido y en todo el mundo.

Suya fue la ilustración de la tapa del disco «The Wall» de Pink Floid (1979) o los diseños de la película «Hércules» de Disney. Fue nombrado CBE por la Reina en 2008.

« Siempre me he sentido Daumier», señalaba Scarfe en un artículo en el que se refería a la primera exposición importante en el Reino Unido del artista francés (1808-1879). «Me ha influido tremendamente. Le debo mucho», admitía el caricaturista que se calificaba a sí mismo como «impetuoso» y veía al prolífico Honoré Daumier como un precursor de su forma de trabajar. «Dibujo en mi estudio de Chelsea, escaneo las imágenes y las envío zumbando a las bandejas de entrada de los editores de todo el mundo».

En 2003 Scarfe colaboró con la National Portrait Gallery con una serie de caricaturas de famosos británicos, representados con sus atributos heroicos y villanos. En primavera expondrá en el Museo Bowes, en Durham, sus ilustraciones sobre Margaret Thatcher.

Forattini

En 1973, tras haber realizado todo tipo de trabajos en una refinería, como vendedor y director comercial o en el mundo de la publicidad, Giorgio Forattini (Roma, 1931) publicó su primera sátira política en el semanario «Panorama», donde colaboró durante diez años. En 1975 fichó por «La Repubblica». Después aparecerían sus viñetas satíricas sobre la política italiana en «L’Espresso», «La Stampa» e «Il Giornale». «Su característica y la razón de su éxito es que asocia a políticos actuales con figuras conocidas, como a Craxi al que vestía como Mussolini», señala la asociación Cartooning for Peace de la que también él es miembro.

Desde 2008 a finales de 2009 Forattini colaboró con el grupo QN-Periódicos Nacionales. En su larga trayectoria publicado numerosos libros y ha recibido premios como Il Premiolino, el premio de Humor de Bordighera, el premio Hemingway, el Pannunzio de Torino, el Premio Especial Ischia Internacional de Periodismo, o el premio Acqui Storia.

En 1997 recibió el Ambrogino de Oro por la ciudad de Milán y en 2011 recibió el Premio Nacional Cultural de Torre di Castruccio.

Desde octubre de 2014 colabora con la web de noticias online www.affaritaliani.it. El pasado noviembre salió a la venta su último libro, el número 58, titulado «C'era una volta un pezzo di legno».

Antonio Antunes

Muchos le definen como el mejor caricaturista político portugués de la Democracia. Antonio Antunes es también uno de los dibujantes más internacionales del país vecino, con exposiciones dentro y fuera de las fronteras y ha sido jurado en diferentes salones de diseño humorístico en varios países. Se dedica igualmente al diseño gráfico, a la escultura y a la medallística y es el director del salón de humor gráfico World Press Cartoon.

Natural de Vila Franca de Xira (1953) comenzó a publicar en los periódicos casi como un juego, sin pensar que se convertiría en su profesión ya que se trataba de una actividad poco desarrollada en el Estado Novo. Publicó sus primeros dibujos en el diario lisboeta «República» en marzo de 1974 y antes de acabar el año ingresó en el semanario «Expresso» donde continúa publicando sus obras. Ha trabajado también para «Diario de Noticias», «A Capital», «A Vida Mundial» y «O Jornal». Su trabajo polémico y talentoso se ha exhibido en las más variadas exposiciones nacionales e internacionales. Su más famosa y controvertida caricatura ha sido «El Preservativo papal» (Expresso, 1993).

Entre sus obras más importantes y recientes se encuentra la decoración de la estación de metro del aeropuerto de Lisboa. Allí ha diseñado la caricatura de 53 personalidades portuguesas entre las que se encuentran Fernando Pessoa, Amalia Rodrigues, Eusebio y Carlos Paredes. Ha recibido numerosas condecoraciones, entre ellas la del Gran Premio en el XX y XXIII Salón Internacional del Cartoon en Montreal (1983 y 1986, respectivamente).

Portugal cuenta igualmente con otros grandes caricaturistas, como es el caso de André Carilho, quien colabora con diferentes publicaciones internacionales, entre ellas «Vanity Fair».

Por Belén Rodrigo, corresponsal de ABC en Lisboa

Forges

Mucha gente se cree que el humor tiene que hacer reír «y eso es la gracia. El humor lo que tiene que hacer es hacer pensar», sostiene Forges, toda una institución en el humor gráfico español. Antonio Fraguas de Pablo lleva más de medio siglo publicando sus dibujos, primero en el diario «Pueblo» e «Informaciones», después en «Diario 16» y «El Mundo» y desde 1995 en «El País» así como en revistas de humor como «Hermano Lobo» o «El Jueves», entre otras publicaciones.

«Con sentido del humor, se transmiten mejor los mensajes que dejándose llevar por la ira», cree este humorista gráfico, escritor y director de cine y televisión que el pasado noviembre ganó el Premio Latinoamericano de Humor Gráfico Quevedos. Fue el último galardón de una larga lista entre los que destacan el Premio a la Libertad de Expresión de la Unión de Periodistas de España, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo o el Premio Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón, en reconocimiento a toda su trayectoria.

Con motivo de la celebración del 50 aniversario de la publicación de su primer dibujo en 1964 en el diario «Pueblo», recopiló algunas de sus mejores viñetas en «El Libro (del los 50 años) de Forges» aunque su última publicación ha sido «Coloréitor. El Libro Antiestrés De Forges». Desde «El libro de Forges» de 1972, Fraguas no ha dejado de publicar libros de diversa temática, como álbumes sobre historia de España en cómic, sobre informática para torpes, e incluso una novela («Doce de Babilonia»).

«Las viñetas de Forges son destellos de fina ironía, ácida crítica y aguda reflexión; profundos análisis sobre la realidad resumidos en unos breves dibujos que nunca dejan indiferente», afirmaba en «El Libro (del los 50 años) de Forges» el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El Roto

«El humor es un ingrediente más de la sátira. Y en la sátira lo más importante no es tanto el humor como la capacidad para ver las cosas desde otro ángulo» es una reflexión recurrente de Andrés Rábago García, más conocido como El Roto, para quien «una viñeta es un concentrado» donde refleja lo que ve.

Algunas de ellas las reunió en el libro «A cada uno lo suyo» (Mondadori) que presentó en 2013, un año después de ganar el Premio Nacional de Ilustración por «su visión crítica, poética, aguda e inteligente que nos ayuda a reflexionar sobre cómo somos y cómo vivimos; además de por su defensa del libro en particular y de la cultura en general como herramientas imprescindibles para la construcción de una sociedad avanzada».

Pintor y dibujante, Andrés Rábago (Madrid, 1947) comenzó a publicar viñetas e ilustraciones en 1968. En sus inicios utilizó el seudónimo OPS y colaboró en medios como «Hermano Lobo», «La Codorniz», «Triunfo» o «Madriz», pero con la llegada de la democracia pasó a firmar sus sátiras como El Roto en periódicos como «Diario 16» o «El Independiente» y, desde hace años, en «El País».

Gallego y Rey

José María Gallego (Madrid, 1955) y Julio Rey (Madrid, 1955) se conocieron en la redacción de «Diario 16» en enero de 1980 y un año después formaron el dúo inseparable «Gallego & Rey» en el que Rey hace el papel de guionista y Gallego el de dibujante.

Durante 16 años publicaron sus trabajos en «Diario 16», con incursiones en la televisión -realizaron una tira de humor en el informativo de máxima audiencia de Tele 5 de 1992 a 1997- y un paréntesis en «El País» en 1989. A mediados de 1996 trasladaron sus lápices a «El Mundo» donde publican desde entonces su viñeta política, junto a otros medios en «Marca», «Semana» o «El Jueves».

«Podemos tratar todos los temas, por más terribles que sean porque no somos exactamente humoristas», señalaban en una entrevista en la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares. «La viñeta de los periódicos hay veces que arranca la sonrisa, pero hay muchas más veces que lo que buscamos es que la gente reflexione con nosotros, son una especie de reflexiones en voz alta».

Gallego confesaba a Gerardo Vilches en Entrecomics la influencia que han tenido sobre ellos Chumy Chúmez y su revista «Hermano Lobo» o el inglés Ralph Steadman y afirmaba que «Hay cosas con las que no se puede usar el humor. Hay noticias de las que nos ocupamos que son terroríficas, sobrecogedoras. Son hirientes para las víctimas… Y ahí Julio no utiliza el humor. Utiliza una especie de síntesis gráfica, un lenguaje publicitario, donde expresa por ejemplo la solidaridad de todo el mundo que se ha producido en ese momento, el horror que nos ha producido determinado acontecimiento, el 11 M, por ejemplo. Y eso, cuando la gente lo ve dibujado, se identifica con ello y le conmueve, que es lo que quiere hacer el humor, conmover de una manera o de otra».

Han recibido numerosos premios, entre ellos el Premio de la Asociación Nacional de informadores Gráficos de Prensa, el Premio Estrellas del Humor, Caballeros de L’Academie du Trait d’Humeur, el Primer premio de humor grafico del salón del cómic de Gijón, el Premio Internacional de humor Gat Perich o el Premio de Periodismo Salvador de Madariaga.

Pat Oliphant

«Es un grande», señala Miguel Ángel Jimeno, profesor de la Universidad de Navarra y alma del blog « La buena prensa». Pat Oliphant es uno de los caricaturistas políticos más influyentes del mundo. Pilar de las páginas de opinión estadounidenses de los últimos 50 años, este australiano que emigró en 1964 ha caricaturizado a 10 presidentes de EE.UU. Ganador del prestigioso Premio Pulitzer en 1967, ha sido premiado en siete ediciones del Premio de Dibujo de prensa de la Sociedad Nacional de dibujantes. A sus 79 años, todavía produce tres caricaturas a la semana para el Uclick Universal.

«El humor hace los asuntos apetecibles e induce a la gente a ver de otro modo cosas en las que no pensarían sin el humor», considera este caricaturista que siempre incluye en sus historietas a Punk, un pequeño pingüino sabelotodo.

Con sus dibujos se ha ganado críticas de diversos ámbitos como la de la Asociación Americana de Periodistas Asiáticos, que en 2001 y 2007 describieron como «ofensivas» sus caricaturas sobre el comercio con China y la seguridad de los alimentos. O la del comité contra la discriminación árabe, que en 2005 lo criticó por utilizar falsos estereotipos. El Centro Simon Wiesenthal de Los Ángeles denunció como «antisemita» una viñeta que aludía a la invasión israelí de Gaza en diciembre de 2008.

En una entrevista el pasado septiembre en The Atlantic, Pat Oliphant se quejaba de que «la influencia de los dibujantes ha disminuido en gran medida» cuando «es una especie noble y vital de arte» que «se remonta a Leonardo, y las figuras grotescas de Goya».

Patrick Chappatte

Nacido en Pakistán de madre libanesa y padre suizo, Patrick Chappatte fue criado en Singapur, residió durante unos años en Nueva York y actualmente vive en Ginebra, una trayectoria vital ya de por sí «interesante» para un caricaturista, a juicio del secretario ejecutivo del Instituto Quevedo del Humor.

«Tal vez esto explica su forma de ver los acontecimientos mundiales, aplicando sin trabas la perspectiva del humor a lo trágico, la farsa y el absurdo», según se señala en la web de la plataforma de ideas TED.

Chappatte, que ha trabajado para «The New York Times Book Review» y para «Newsweek Internacional», dibuja para «The International Herald Tribune» y para los periódicos suizos «Le Temps» (en francés) y «NZZ am Sonntag» (en alemán), y «en los tres idiomas, la perspicacia sutil de sus caricaturas te roba constantemente una risa, o más», añaden en TED, donde recogen una conferencia suya sobre «El poder de las caricaturas» de 2010.

«Sabemos que las caricaturas pueden ser usadas como arma», señalaba Chappatte en esta intervención, citando las polémicas caricaturas de Mahoma. «Y aquí estamos ahora. En las Naciones Unidas, la mitad del mundo está presionando para sancionar la infracción a la religión - lo llaman la difamación de la religión - , mientras que la otra mitad del mundo está contraatacando en defensa de la libertad de expresión. El choque de civilizaciones está aquí, y ¿las caricaturas se encuentran en el medio de él? », se preguntaba antes de constatar que predicar la libertad de expresión «es fácil aquí», pero en contextos de represión o de división, «¿qué puede hacer un dibujante?».

«Él tiene que mantener su trabajo», proseguía, pero «en cualquier contexto en cualquier lugar, siempre tiene la elección, al menos, no hacer una caricatura que alimentará el odio». En sus proyectos en el Líbano, África Occidental y Gaza, Chappatte ha mostrado con éxito el poder de las viñetas para promover el diálogo. «Es una buena manera de abordar asuntos serios», defendía.

Chappatte ha relatado gráficamente la guerra en Gaza, los suburbios de Nairobi o el levantamiento en Túnez. En 2011, fue el primer no estadounidense en ganar el premio Thomas Nast que otorga el Overseas Press Club of America.

Jeff Danziger

Jeff Danziger «es todo lo que un gran caricaturista político debe ser en este mundo demasiado reverencial: salvaje, implacable, preciso, procaz y bendecido con un precioso ojo y con la mano». Así ha descrito John Le Carré a este caricaturista de Nueva York del CWS Syndicate y el New York Times Syndicate.

Danzinger ganó el Premio Herblock el mismo año en que se publicaron las polémicas caricaturas de Mahoma que desataron violentos disturbios en los que perecieron cuatro personas. En su discurso, el caricaturista estadounidense se lamentó de los hechos y las amenazas a los editores, aunque señaló que «nunca he hecho ninguna caricatura sobre Mahoma. Y nunca lo haré».

Este célebre caricaturista, que sirvió en el Ejército estadounidense en Vietnam y fue galardonado con la Estrella de Bronce y la Medalla Aérea, también cuenta con el premio Thomas Nast y el Pulitzer.

Ann Telnaes, también premio Pulitzer, mostraba el pasado junio en una entrevista su admiración por Pat Oliphant («es un dibujante increíble» y «el trabajo duro, ese golpeo constante de Jeff Danziger».

Kevin Siers

Kevin Siers, el último premio Pulitzer de Cartoon Editorial, crea cinco caricaturas editoriales de la semana para «The Charlotte Observer» y sus trabajos se distribuyen a más de 400 periódicos de todo el país por King Features Syndicate. También se han publicado en «The New York Times», «The Washington Post», «Newsweek» y «USA Today».

Nacido en Minnesota, comenzó su carrera dibujando caricaturas en un periódico local entre turnos de trabajo en las minas de hierro locales. Mientras estudiaba en la Universidad de Minnesota, se unió al «Minnesota Daily» como caricaturista y ganó el primer premio anual John Locher. Ha dibujado para «The Observer» desde 1987.

Dilem

Ali Dilem, el dibujante más conocido de Argelia, ha sido objeto de un edicto religioso que pedía su muerte y condenado en diversas ocasiones por sus caricaturas , que se publican en el diario argelino « Liberté» y en la cadena de televisión internacional francófona TV5.

En 2003 fue condenado a una multa y a seis meses de cárcel por una caricatura, después de que en 2001 se enmendara el código penal en Argelia con la que fue bautizada como «enmienda Dilem». Fue la primera sentencia en este sentido, pero no la última.

En 2006 fue sentenciado a un año de prisión y el pago de una multa por publicar 10 viñetas del presidente argelino Abdelaziz Buteflika en el diario «Liberté» en 2003.

Un año después señalaba en un debate sobre libertad de expresión organizado por la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo: «Simplemente nos gusta denunciar lo que nos parece inaceptable o falso, y no tenemos más armas que el papel y el bolígrafo, mientras que otras matan a miles de jóvenes».

Zapiro

De Jonathan Shapiro « Zapiro» (Ciudad del Cabo, 1958) se dice que tiene el lápiz más afilado de Sudáfrica y para muchos de todo el continente africano. «Encarcelado en la década de los 80 por su lucha contra el régimen del apartheid, curiosamente, sus obras han sido calificadas por el ANC en numerosas ocasiones de «racistas». Sin embargo, en su currículum no suele dejar títere con cabeza». Así lo describía el corresponsal de ABC Eduardo S. Molano después de que el presidente sudafricano, Jacob Zuma, retirara la demanda contra el caricaturista, que lo representó en el inicio de una violación a la diosa Justicia.

Una exposición de sus dibujos subvencionada por el Centre for Conflict Resolution en 2003 fue clausurada después de que varios congresistas criticaran la imagen que daba de los ex presidentes estadounidenses Bill Clinton y George W. Bush. Años después, Zapiro fue uno de los dibujantes que recibió amenazas de muerte por caricaturizar a Mahoma.

Ni siquiera Mandela se libraba de las críticas y caricaturas de Zapiro, aunque éste disfrutaba con ellas, según suele recordar el humorista gráfico.

Tras el atentado a Charlie Hebdo, Zapiro se ha mostrado preocupado por la autocensura que estos ataques pueden provocar. «Espero que esto no tenga un efecto intimidador sobre los caricaturistas, los comentaristas y los periodistas, así como sobre los librepensadores de la sociedad. Pero temo que esto sea inevitable, probablemente», indicó al diario «Mail & Guardian», para el que trabaja.

El humorista gráfico, que ha sido uno de los «protagonistas en la lucha por la democracia en su país», según Juan García Cerrada, publica también en el «Sunday Times« y «The Times» de Sudáfrica, así como en «Courrier International» y cuenta con numerosos libros publicados.

Paresh Nath

Paresh Nath (1970) es un dibujante de prensa indio caricaturista desde 2005 en el diario «Khaleej Times» publicado en inglés en Dubai y los Emiratos Árabes Unidos. Con anterioridad publicó sus trabajos en el «Herald Tribune» en India desde 1990 a 2005. En 2000 y 2001 recibió el premio Ranan Lurie concedido por la ONU.

Sus dibujos se han publicado en numerosos medios en todo el mundo, como «The New York times», «International Herald Tribune», «Los Angeles Times», «World Press Review», «The Guardian», «Ouest France», «Time», «Courrier International»…, según su perfil en la asociación Cartooning for peace de la que es miembro.

En 2000 y 2001 recibió el premio Ranan Lurie de Naciones Unidas que se concede «por las mejores caricaturas políticas que reflejan el espíritu y los principios de las Naciones Unidas».

Sábat

El caricaturista del diario «Clarín» Hermenegildo Sábat participó el pasado 12 de enero en la repulsa a los ataques a Charlie Hebdo que se celebraron en el Museo del Humor de la capital argentina, junto a Quino, Carlos Garaycochea, y Fernando Sendra. Quería «dejar un testimonio ante la barbarie» e instar a que «la gente se movilice para acompañar a la libertad».

«Es una bestial involución, el sacrificio irracional de la libertad, la muerte como culpa por juzgar a los adictos al fanatismo», escribió en una columna en el diario argentino.

A sus 81 años, este uruguayo de nacimiento y residente en Argentina desde 1966 ha tenido problemas por algunas de las caricaturas que publica desde hace más de 25 años en «Clarín».

Inmortalizó al general Leopoldo Galtieri aferrado a un vaso de whisky y a Cristina Fernández de Kirchner con dos tiritas cruzadas sobre los labios.

«La Jefa del Estado consideró el chiste golpista, lo calificó de mensaje cuasi mafioso y armó tal alboroto que fue peor el remedio que la enfermedad: CFK se convirtió en motivo de chacota en los programas de humor argentinos», relataba en 2008 la corresponsal Carmen de Carlos en su blog.

Otra caricatura de Kirchner, esta vez con un ojo golpeado, tras un fallo judicial desfavorable para una ley impulsada por la presidenta suscitó de nuevo rechazo entre los diputados kirchneristas en 2012.

Helioflores

«Disfrutaba y sigo disfrutando la caricatura. Aparte de que es un medio muy efectivo para comunicar ideas, hacerla implica escoger el tema, resolver, tener la idea que quieres decir y transformarla en dibujo, preferentemente sin texto. Cada día tienes que seguir el ritual, todos los pasos. Pero con el tiempo, uno mismo tiene caminitos andados para no empezar de cero. No hay buenos arquitectos precoces, tampoco hay buenos caricaturistas precoces, hace falta experiencia, madurez, sobre todo práctica para hacer buenas caricaturas». Así opinaba el mexicano Helioflores (Xalapa, 1938) tras medio siglo publicando caricaturas, una trayectoria que recogió en una antología de su trabajo con 300 obras. «Sin duda alguna, Helio Flores es uno de los más grandes caricaturistas contemporáneos», señalan en la web Humoristas por los Objetivos del Milenio.

Sus trabajos aparecen desde 1971 en el diario « El Universal», donde relatan cómo «la vena de caricaturista de este veracruzano nacido en 1938 se manifestó desde la escuela primaria, cuando empezó a caricaturizar a sus profesores, y aunque se convirtió en "el alumno incómodo", nunca lo pudieron expulsar». A los 17 años ya publicaba sus ilustraciones en un diario local.

Cofundador de la revista satírica «La Garrapata», algunos de sus trabajos se exhiben en el Museo Internacional del Humor Gráfico en Basilea (Suiza), y otros se encuentran en la Biblioteca del Congreso en Washington (Estados Unidos).

En 1971 y 1988 fue ganador del Grand Prix de Canadá y ha obtenido el Premio Nacional de Periodismo en caricatura en 1986, 1996, 2001 y 2003. También colabora en la revista de humor « El Chamuco», donde publicaba el célebre Rius.

En un vídeo en repulsa por el atentado contra «Charlie Hebdo», Helioflores afirma que «la herida entró por Francia, pero la sangre y el dolor corren por todo el planeta». Los caricaturistas «somos una gran familia» y «nos han herido, pero nunca nos matarán» porque «las ideas libremente dibujadas nunca mueren», dice el humorista gráfico mexicano.

Naranjo

Rogelio Naranjo (Morelia, Michoacán, 1937) recibió en 2013 el Premio Nacional de Periodismo en México por ser «uno de los artistas y caricaturistas más trascendentes en la historia de la caricatura mexicana, por su nivel conceptual, técnico, su congruencia y compromiso social».

«Si volviera a nacer o estuviera en una edad en la que pudiera decir, seguramente que yo iba a meter la pata en el mismo hoyo», señalaba aquel mismo año a El Universal este caricaturista que publica en este diario mexicano y en la revista «Proceso» y que lleva casi medio siglo como caricaturista político.

«He tenido tantas satisfacciones durante el tiempo que tengo haciendo caricatura para periódicos... que estoy feliz. Yo me muero tranquilo en cualquier momento... no perdí el tiempo», aseguraba Naranjo.

En 2009 obtuvo el Gran Premio de la V edición del « World Press Cartoon» con una caricatura titulada «In the same ship» (En el mismo barco), publicada en «El Universal» en 2008, en la que representó un pequeño bote a punto de hundirse, con la figura del Tío Sam y un personaje retratado por una calavera y un sombrero mexicano.

Un año antes había recibido el Premio «La Catrina», en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, durante la Feria Internacional de Libro de Guadalajara.

El caricaturista ha colaborado en «Excélsior», «El Día», «Proceso» o «Siempre», además de en «El Universal». Cuenta con el Premio «Manuel Buendía» a la trayectoria periodística, la Gran Orden de Honor Nacional al Mérito Autoral o la medalla «Ezra Jack Keats Award» del IBBY, en Nueva York.

Ziraldo

A Ziraldo Alves Pinto le impregnaron el sentido del humor desde la cuna, desde que sus padres, Zizinha y Geraldo, mezclaron sus nombres para regalarle su nombre único. «Aunque ahora no trabaja para ningún medio de gran tirada, aunque publica de vez en cuando como freelance, ha publicado para los más grandes y ha sido uno de los luchadores más importantes por los derechos en Brasil y más reconocido a nivel internacional», señala García Cerrada.

Padre de personajes como Jeremías el bueno, la Supermadre, el Minerito o Meninho Maluquinho (el niño loquito) muy populares en Brasil, su tira de humor diaria en el «Jornal do Brasil» durante más de 20 años se convirtió en una referencia para la sociedad brasileña.

«Durante el periodo de dictadura militar (1964-1984) Ziraldo realizó un trabajo intenso de resistencia a la represión. Fundó junto con otros humoristas el periódico inconformista más importante de la prensa brasileña: O Pasquim», señala el perfil del humorista gráfico que reseña la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares.

Ziraldo (Minas Gerais, 1932) sostiene que hay dos grupos de humoristas: «aquellos que se convierten, por ejemplo, en muralistas o ilustradores, y los que juntan a esta calidad una visión crítica del mundo». Entre estos segundos se sitúa este brasileño comprometido con la infancia y la educación, para quien «leer es más importante que estudiar».

Premio Internacional del 32º Salón de Caricatura de Bruselas en 1969, y Premio Merghantaller, de la Prensa Libre de América Latina, patrocinado por la Asociación Internacional de Prensa, fue el primer latino en ser invitado a realizar Cartel anual de Unicef y entre sus galardones cuenta con el Premio Internacional Hans Cristian Andersen.

Fue el primer ganador en lengua no hispana de un «Quevedos» en 2009 por «la enorme calidad de su trabajo, la importancia de su obra, su compromiso social permanente y la gran repercusión internacional». «No existe humor sin una cierta crueldad, aunque existe mucha crueldad sin humor», señaló agradecido por este premio considerado el Cervantes del humor.

Pedro León Zapata

El venezolano Pedro León Zapata (La Grita, Táchira, 1929), padre del carismático Coromotico, es un gran referente en la sátira política latinoamericana. «Zapata es la gran figura querida y respetada, el maestro de generaciones en Venezuela», según relató a Efe en 2010 el profesor Ildemaro Torres, autor de los libros «El humorismo gráfico en Venezuela» y «Zapata».

Publicó sus primeras caricaturas en la revista «Fantoches» al tiempo que se daba a conocer como pintor en el grupo La Barraca de Maripérez. En 1964 comenzó a publicar en el diario « El Nacional» sus viñetas, que fueron bautizadas como «zapatazos».

«Los Zapatazos proyectaron a Pedro León como el mejor caricaturista de Venezuela y uno de los mejores de Hispanoamérica. Dos fueron los factores determinantes para ese logro. En primer lugar, su amplia cultura humanística y esa capacidad suya para hilvanar ideas complejas en los términos más sencillos. Y en segundo término, su condición de excelente artista plástico con sobrada habilidad para realizar un trabajo dentro de los parámetros artísticos de su tiempo, colmado además de originalidad», escribía Eddy Reyes Torres el pasado 17 de enero en el artículo «Pedro León Zapata y sus 50 años en El Nacional».

El astuto y desconfiado Coromotico, con el que representaba a los más pobres de la sociedad venezolana, se convirtió en un personaje popular. Zapata siempre ha denunciado las discriminaciones que provocó el desarrollo de la Venezuela petrolera.

«Yo he estado siempre en la oposición. No es por pose, es por convicción. El humor siempre ha estado en esa posición (...) y lo ideal es que la víctima se disguste», señalaba Zapata en 2010.

A Hugo Chávez le molestó uno de sus dibujos publicado en el año 2000 que mostraba el temor por la militarización del país con la frase «A mí la sociedad civil me gusta firme y a discreción» acompañada de un sable. El entonces presidente venezolano lo criticó en televisión.