Ficha técnica
Era la tarde de Andrea Pirlo, uno de esos jugadores elegantes e inteligentes, de los que hacen correr el balón y no realizan esfuerzos extras de cara a la galería. A sus 34 años, ya muy desgastado pero con la ventaja de vivir del cerebro y del toque más que del músculo, el timón de la Juventus y de Italia, cumplía su partido 100 con la ‘azzurra’. Y lo hacía en Maracaná, su estadio favorito, transformado pero legendario. Tres dígitos como míticos compatriotas suyos: Fabio Cannavaro, Paolo Maldini, Dino Zoff y el portero Giggi Buffon, aún en activo y titular indiscutible en el combinado de Cesare Prandelli.
A Pirlo no se le pueden exigir continuidad, chispa y frescura, pero sus detalles siguen asombrando. Ofreció una pincelada y una obra de arte en el primer acto. Fue objeto de un penalti, ya que Guardado le derribó cuando ya había perdido el balón, y luego firmó un lanzamiento de golpe franco maravilloso. Es una de sus acciones favoritas y no podía dejar escapar la ocasión en una fecha tan señalada. El balón golpeó una rosca preciosa y Corona, el portero del Cruz Azul, contribuyó al homenaje. Inició la estirada y se encogió al ver que no llegaba. Desistió a mitad de vuelo. Todos los honores para Pirlo, que se marchó al vestuario junto a Chicharito, su sombra todo el partido.
Chicharito, gol
México se veía dominado entonces por los transalpinos pero no era un grupo muerto. Parece que no está pero un equipo con el delantero del Manchester United, con Giovani y con Guardado siempre puede tener su ocasión. Se metió de lleno en el partido fruto de un error de bulto de Barzagli, impropio en un zaguero italiano. El central juventino se confió hasta dormirse y Giovani le robó la cartera y el balón. Penalti y gol de Chicharito, que engañó a Buffon. Era la segunda llegada de los centroamericanos, que con 0-0 lamentaron el lanzamiento al travesaño del valencianista Guardado, después de un internada del mallorquinista Giovani.
Mismo ritmo y similar guión después de la reanudación. Más posesión de Italia y ligero dominio pero sin grandes ocasiones. Y México esperaba. Pirlo, el protagonista estelar, seguía su exhibición a balón parado y con algún bailecito con el cuero pegado al pie. Precisamente, un desvío de la barrera a disparo suyo dejó a Montolivo tan solo que no se lo esperaba y se la regaló al portero. Y otro lanzamiento pasó cerca de la escuadra, con Corona como una estatua. Mientras, Balotelli jugaba otro partido, el suyo. Se encaraba con Torrado, que se la robó bien pero le dejó la pierna, lanzaba luego una bota...Hasta que le llegó un balón al área, porfió por él, minimizó al central Francisco Rodríguez y no perdonó. Se quitó la camiseta, mostró su torso, se llevó la tarjeta pero condujo a Italia a un triunfo que, salvo sorpresa, le llevará a luchar con Brasil por el liderato del grupo. Los del Chepo de la Torre siguen deprimidos, por detrás de Estados Unidos y Costa Rica en las eliminatorias para el Mundial.
