Los investigadores sugieren que la monogamia tendría la capacidad de reducir la dispersión de las ETS
Los investigadores sugieren que la monogamia tendría la capacidad de reducir la dispersión de las ETS - FOTOLIA

El peligro de las enfermedades de transmisión sexual llevó a los hombres a ser fieles a una pareja

Un estudio sugiere que las ETS redujeron la fertilidad de los hombres que se reproducían con más mujeres en grupos sociales prehistóricos. Consideran que esto favoreció la supervivencia de normas sociales que castigaban la poligamia

MADRID Actualizado: Guardar
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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) tuvieron la capacidad de cambiar el comportamiento de los humanos prehistóricos y llevarles a favorecer la monogamia en detrimento de la poligamia. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado hoy en la revista « Nature Communications», y elaborado por científicos de la Universidad de Waterloo, en Canadá.

«Esta investigación muestra cómo algunos eventos, como la dispersión de enfermedades contagiosas, pueden influir fuertemente en el desarrollo de normas sociales», ha dicho Chris Bauch, profesor de matemáticas aplicadas y uno de los investigadores que ha participado en el estudio.

Este investigador sugiere que, cuando las poblaciones humanas llegan a un determinado tamaño, la presencia de enfermedades de transmisión sexual disminuye la tasa de fertilidad de los hombres que se reproducen con más parejas.

En esas poblaciones, de hecho, sus datos indican que lo más beneficioso para el grupo y para el propio individuo es ser monógamo.

Por ello, los científicos sugieren que los grupos sociales que crearon normas sociales para a adoptar este comportamiento se vieron favorecidos en comparación con los que no las desarrollaron.

La naturaleza favorece ciertas normas sociales

En este sentido, el profesor Bauch ha añadido que «nuestras normas sociales no son independientes de lo que ocurre en nuestro medio natural. Al contrario, creemos que no es posible entender las normas sociales sin entender sus orígenes en el medio natural».

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han usado modelos matemáticos para simular la evolución de comportamientos de selección de pareja dentro de poblaciones humanas, basándose en datos demográficos y de transmisión de enfermedades.

Sus datos y modelos sugieren que los humanos prehistóricos, que eran cazadores-recolectores, pasaron de ser polígamos a monógamos cuando comenzaron a agruparse en poblaciones mayores y sustentadas sobre la agricultura.

En ese contexto, sostienen que para los hombres ya no sería tan ventajoso tener descendencia (y transmitir sus genes) con varias mujeres, sino disminuir la probabilidad de tener enfermedades terribles, capaces de poner fin a su vida reproductiva. En un momento en que evidentemente no había antibióticos ni preservativos, la sífilis, la clamidia y la gonorrea pudieron tener un gran impacto.

Por ello, Bauch cree que no solo podría ser más ventajosos para el individuo ser monógamo, sino que el grupo que aprendiera a castigar a los hombres «infieles», auténticos vehículos de transmisión de enfermedades, tendrían ventaja sobre otros grupos que no tuvieran estas normas sociales.

Aparte de esto, los investigadores reconocen que en realidad hay otros muchos factores que también tendrían contribución en ese paso de la poligamia a la monogamia, como las preferencias de las mujeres, la presión de las enfermedades o el avance de la tecnología de aquellos grupos sociales prehistóricos.

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