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Los cuervos preferían unas fichas a un premio porque sabían que más tarde las cambiarían por un premio mayor - Science

Los cuervos planifican el futuro como los humanos

Unos experimentos demuestran que estas aves están dispuestas a renunciar a una recompensa inmediata para obtener otra mejor más tarde

Madrid Actualizado: Guardar
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Muchas de las decisiones que tomamos cada día están guiadas por los recuerdos que nuestro cerebro guarda sobre acontecimientos pasados. Desde que es necesario hacer la compra para que no falte nada el domingo cuando el súper cierra (fue muy desagradable ese fin de semana sin provisiones en casa) hasta que no debemos hacerla cuando estamos demasiado hambrientos si queremos que nos sirva el bañador del año pasado. Hasta hace poco, los científicos creían que solo el ser humano era capaz de planificar el futuro de esta forma, a partir de la experiencia, y que el resto de animales se dedicaba a satisfacer sus necesidades inminentes y nada más. Pero estudios con otros primates y córvidos demostraron que esa capacidad cognitiva no nos es única, y que algunas especies pueden planear las cosas más allá del presente como lo haría un niño de 4 años.

Ahora, un nuevo trabajo publicado en la revista Science muestra que los cuervos, las inteligentes aves de las fábulas de Esopo, son capaces de tomar decisiones planificadas de forma similar a los humanos, eligiendo herramientas para conseguir un premio mejor en el futuro en vez de dejarse llevar por una satisfacción inminente, aunque más pobre. Hasta ahora, esta habilidad en los cuervos solo se había probado por su costumbre de almacenar alimentos para comerlos más tarde, pero lo que han comprobado los científicos es mucho más complejo.

En un experimento, los investigadores de la Universidad de Lund en Suecia mostraron a cinco cuervos previamente entrenados una selección de objetos. Solo uno de ellos era una herramienta funcional, que podría ser utilizada para recuperar el alimento de una caja rompecabezas. Las aves eligieron correctamente no solo cuando se les ofreció la caja, sino también cuando tenían que escoger la herramienta para utilizarla el día siguiente.

Otra prueba consistió en entrenar a los cuervos para intercambiar fichas por comida. Cuando los cuervos aprendieron que el intercambio solo ocurriría al día siguiente, escogieron y almacenaron las fichas tan pronto como se las ofrecieron, rechazando la recompensa inmediata menos atractiva.

Los resultados de los dos experimentos muestran que los cuervos tienen en cuenta la distancia temporal entre la elección del elemento y la recompensa, el ejercicio del autocontrol y que toman decisiones de cara al futuro en lugar de arbitrarias. Por lo tanto, optan por una gratificación más distante pero más alta en lugar de una inmediata pero inferior y lo hacen de manera flexible en todos los comportamientos.

Dos hipótesis para la inteligencia

En un artículo que acompaña el estudio en Science, Markus Boeckle y Nicola S. Clayton, de la Universidad de Cambridge, explican cómo animales tan distantes como son los primates y los cuervos han podido llegar a habilidades tan similares para resolver problemas. En los años 90, los científicos descubrieron que los mamíferos y las aves tienen estructuras cerebrales homólogas, el fundamento neurobiológico para la cognición compleja.

Hay dos principales hipótesis para explicar la evolución de la inteligencia. De acuerdo con la hipótesis de la inteligencia física, complejas capacidades cognitivas evolucionaron de acuerdo con las demandas físicas del medio ambiente, como la necesidad de memorizar la ubicación, el tiempo y la disponibilidad de los alimentos o cómo se pueden extraer con herramientas. La hipótesis de la inteligencia social, sin embargo, se centra en el entorno social y en el requisito de anticipar y manipular el comportamiento de individuos de la misma y de otras especies.

Estos mecanismos no necesitan ser mutuamente excluyentes. Para Boeckle y Clayton, la evolución de la planificación futura en los cuervos puede proporcionar un buen ejemplo de cómo estas presiones selectivas están entrelazadas. Los cuervos suelen almacenar los alimentos perecederos, que sólo consumen mientras están frescos. Por lo tanto, deben entender las características físicas de lo que almacenaron y cuándo y dónde lo hicieron. Por otro lado, estas aves son sociales; pueden seguir la mirada de los demás, recordar donde otros han guardado la comida, y utilizar su memoria de observación para robarla más tarde. También engañan tácticamente a los congéneres que tratan de robar sus escondrijos de comida y anticipan su comportamiento.

De esta forma, lo cuervos han desarrollado habilidades cognitivas complejas para lidiar con el entorno social y físico, pero utilizan su inteligencia de manera flexible según las situaciones, dicen los investigadores. Los cuervos son los dinosaurios aviares que compartieron un ancestro con los mamíferos hace aproximadamente 320 millones de años. Las similitudes con los grandes simios en el rendimiento de tareas como estas abre pistas para la investigación de los principios evolutivos de la cognición y muestra lo que los cerebros de algunas aves son capaces de hacer.

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