Artur Mas contempla a David Fernández e Isabel Vallet, diputados de la CUP, abandonar el hemiciclo catalán
Artur Mas contempla a David Fernández e Isabel Vallet, diputados de la CUP, abandonar el hemiciclo catalán - inés baucells

La CUP y Artur Mas se enzarzan en una disputa por el liderazgo antisistema

El líder de CDC exhibe querella; la izquierda radical recuerda su proceso por desobediencia con la Generalitat como acusación

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Los resultados de las elecciones autonómicas del domingo pasado han provocado una curiosa pugna entre Artur Mas y la CUP sobre el liderazgo antisistema. Se trata de una lucha de legitimidades independentistas con la negociación de la investidura del líder de CDC como telón de fondo.

Como se sabe, el presidente en funciones necesita de los votos de la formación encabezada por Antonio Baños para revalidar el cargo, pero este partido identificado con la izquierda radical rechaza investir a un dirigente que identifican con el capital, la corrupción y los recortes. Ante esta situación, Mas saca pecho de su querella por la organización de la consulta secesionista del 9 de noviembre, por la que tendrá que prestar declaración como inculpado el 15 de octubre.

Es la demostración, dice, de su lucha contra un Estado "poderoso" que castiga a Cataluña.

Una espina clavada

El dirigente nacionalista se declara "rebelde" y se agarra a su imputación para recordar a la CUP que él asume riesgos, mientras que CDC insiste en que su líder es un gran "activo" para el proceso hacia el Estado propio. Mas no puede ser, por tanto, un problema para la formación del nuevo Gobierno. En las redes sociales, y de cara a la comparecencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, quienes apoyan a Mas han impulsado la campaña #totsambelpresident y ayer protagonizaron una cacerolada a las 22 horas en protesta por la inculpación.

Por su parte, la CUP, con el apoyo de los movimientos antisistema, recuerdan que el Gobierno de Artur Mas ejerció la acusación particular en el proceso contra los responsables del asedio del Parlamento catalán el pasado 15 de junio de 2011.

Una espina que tienen clavada y que impide a la CUP reconocer los «riesgos» asumidos por el presidente catalán. De momento, la citación de Mas ante el juez no ha conmovido a quienes se han vuelto decisivos en la investidura de Mas o en su finiquito como dirigente político.

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