Los siete ediles socialistas, al fondo, en un pleno del año pasado. | A. VÁZQUEZ
POLÍTICA

El candidato socialista propone que ningún concejal repita

Al relevo en la candidatura de Marta Meléndez y Marisa de las Cuevas, también se unirían Zurita, Gonzalo Pando, Aurelia Morales y Pérez Peralta

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los últimos días de viento en Cádiz no soplaban rachas de Levante ni de Poniente. Eran los suspiros de alivio sumados de todos los responsables de partidos políticos con representación en el Ayuntamiento local al saber que Podemos no se presentará a las elecciones locales de la próxima primavera. Aunque está por confirmar -han sido varios los amagos de renuncia y rectificaciones-, tanto PP como PSOE e Izquierda Unida (especialmente los dos últimos) creen ver aplazada, retrasada, la amenaza de agitación en el recuento de votos.

La formación Podemos fue la mayor sorpresa de la última cita electoral (en mayo, con las europeas) y se cierne como la mayor amenaza para las formaciones convencionales. Está por ver que los votantes mantengan el voto experimental y de castigo, de mosqueo y represalia, que tanto benefició al grupo que lidera la eurodiputada Teresa Rodríguez en Cádiz y Pablo Iglesias a escala nacional.

Comparezca, o no, Podemos a las elecciones municipales en las mayores ciudades de la provincia, los partidos con representación institucional dicen haber entendido el mensaje.

Los electores han tratado de manifestarlos por varias vías (del movimiento 15M a ese misterioso giro del voto en masa, de la movilización idealista a la tentación populista) y PP, PSOE o Izquierda Unida, incluso UPyD, dicen haber captado que los ciudadanos quieren, como tantas veces pero más, un cambio urgente de modos y personas. Esa idea está detrás del movimiento político que el candidato socialista Fran González ha iniciado en su propio partido. Una vez despejado su camino hacia la candidatura a la Alcaldía, una vez logrado que su rival y predecesora, Marta Meléndez, renuncie a comparecer a las primarias, ya sin ningún oponente interno y con la inercia favorable de la organización socialista, queda el paso de elegir equipo para el sexto asalto contra Teófila Martínez. Los cinco anteriores los perdió el PSOE por KO.

Para formar la lista, González pretende contar con un grupo de concejales nuevo. De hecho, en sus primeras reuniones ha manifestado a sus compañeros de partido un propósito: le gustaría que ningún otro concejal repitiera en la candidatura. Ya descontadas las bajas de las defenestradas Marta Meléndez y Marisa de las Cuevas (enfrentadas a la dirección local, desposeídas de representación, apartadas en la práctica), quedan otros cuatro casos por aclarar. Federico Pérez Peralta es el más simbólico. Se ha mantenido como concejal socialista, en la oposición municipal, durante 20 años con el añadido de haber formado parte de los últimos gobiernos municipales del anterior alcalde, hasta 1995, Carlos Díaz Medina. El PSOE considera que su ciclo ha terminado y que debe dar un paso al lado, que su imagen es un lastre insuperable para un discurso de renovación. González espera que asuma su relevo aunque conserva influencias y podría ser molestia si se resiste.

Casos diferenciados

Gonzalo Pando conserva, igualmente, mucha fuerza entre la militancia local, especialmente en el movimiento vecinal. Relevarle de los primeros puestos de la lista podría suponer tensiones internas si se resiste, aunque la dirección socialista provincial, y la regional, esperan contar también con su complicidad. Aurelia Morales también está ligada al célebre 'aparato' y, si quiere mantener su situación, tiene argumentos para conseguirlo. Por último, Carmen Zurita no será un obstáculo. Apenas tiene respaldos internos, protagonismo ni ganas de continuar. Para lograr este relevo en bloque, Fran González tendrá que negociar con las viejas familias, una a una, para lograr el propósito, para salirse con la suya. Del grado de colaboración de los mayores de la tribu dependerá el éxito de esa operación de renovación y relevo generacional. El candidato, conviene recordar, tiene 32 años.

Menos de la mitad que Luis Pizarro, el eterno hombre fuerte del partido que ha reaparecido para tomar las grandes decisiones. Cuando se le daba por jubilado, resulta ser uno de los asesores más cercanos a Susana Díaz, de los dos o tres con influencia absoluta. De su opinión depende este debate. Como casi todos. Curiosa forma de iniciar una renovación: con el mayor de los veteranos.