Economia

Europa empieza a hablar de inversión pero el papel público será secundario

De Guindos admite que la UE debería hacer autocrítica e insiste en la necesidad de hacer reformas como palanca para tener crecimiento

MILÁN. Actualizado: Guardar
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El jueves, en una conversación privada, un alto cargo comunitario aseguraba a un reducido grupo de periodistas que ha llegado el momento de hablar de inversión, de crecimiento. Que todos estaban de acuerdo en la melodía, pero que el problema seguía siendo la letra de la música. «Hasta el más malvado de los alemanes quiere que la Eurozona crezca. A veces puede parecer lo contrario pero de verdad, créanme que es así», aseguraba irónico. Si el viernes le tocó el turno a los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), ayer, en Milán, los ministros del ramo de los 28 (Ecofin) comenzaron a debatir «en profundidad» sobre cuál es la hoja de ruta más eficaz para poder salir de la depresión y por ende, alejar cuanto antes los fantasmas de una tercera recesión de la que comienza a hablarse sin complejos. Se trata de un escenario hipotético pero mucho más probable que hace apenas unos meses. En el segundo trimestre, sin ir más lejos, la Eurozona creció al 0% y la UE, al 0,2%. Y lo hizo, además, con Alemania, la locomotora, cerrando en negativo.

La situación es tan delicada que el presidente del BCE, Mario Draghi ha tenido que adoptar medidas históricas como la bajada de los tipos al 0,05% y advertir a los estados miembros de que el Banco Central, por sí sólo, no será capaz de sacar a la Eurozona de la depresión si no se adoptan reformas estructurales de calado y se aprueban políticas fiscales expansivas. Llega la hora de hablar de inversión, ¿pero cómo? «No hay posiciones distintas de Francia y Alemania, hay una posición única a favor de la inversión. No es una varita mágica pero es lo que falta en Europa. Estamos muy por debajo del nivel de inversión que conocíamos antes de la crisis (ha caído un 20% desde 2008) y hay que recuperar esas tasas cuanto antes», recalcó el ministro de Francia, Michel Sapin. París pide medidas de estímulo pero sin embargo sigue siendo demasiado reticente a aprobar las reformas exigidas por Bruselas y que países como España, sí han realizado.

La clave está en cómo aunar todos los discursos, cómo definir la fórmula mágica que combine reformas, flexibilidad fiscal, estímulos monetarios e inversión para que vuelva el crecimiento y la creación de empleo.

Inversión con retorno

«La autocrítica siempre es buena. En Europa, en la zona euro, hay una situación de crecimiento muy reducido que nos debería hacer a todos pensar», recalcó el ministro español, Luis de Guindos, quien sostieneque la falta de inversión que sufre Europea es la principal causa de que aún no se hayan recuperado los niveles de riqueza anteriores a la crisis.

Respecto a la inyección de 300.000 millones anunciados por el futuro presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, De Guindos matizó que «no se trata de un plan de estímulo de demanda tradicional en el sentido más simple keynesiano», sino que las inversiones «deben producir un retorno». Apenas habrá nuevo dinero público. Todo se fía al bolsillo privado.