Economia

La Bolsa profundiza en su caída y pierde un 8% en seis días

Las tensiones internacionales y la quiebra del Banco Espírito Santo provocan que los inversores se refugien en el bono alemán

BILBAO. Actualizado: Guardar
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El verano siempre es complicado para los mercados por el escaso volumen, lo que incrementa la volatilidad y el impacto de cualquier noticia negativa. Y el pésimo arranque del presente agosto en las bolsas europeas es una buena muestra de ello. La española acumula una caída del 8% tras encadenar seis jornadas consecutivas de pérdidas en la peor racha bajista desde enero. El Ibex-35 ha ido derribando un soporte tras otro hasta acabar ayer en los 10.078 puntos, después de dejarse un 1,64% en el día. Se ha comido así la revalorización anual hasta reducirla a un mínimo del 1,6%.

Detrás de esta corrección que afecta a todas las plazas europeas hay varios factores. Uno de ellos es el incremento de las tensiones geopolíticas. En especial, el enfrentamiento entre Rusia y Occidente. Y por si esto no fuera suficiente, la quiebra del Banco Espírito Santo (BES), cuya nacionalización se conoció este pasado fin de semana, constituye otro foco de incertidumbre. El sector financiero portugués volvió a ser duramente castigado ayer en Bolsa por el coste que va a suponer el rescate. Como consecuencia, el mercado luso fue el que más sufrió en la jornada, con un retroceso del 2,3%.

Pero la quiebra del BES no es sólo una cuestión portuguesa. Hay miedo a que haya otros casos similares en Europa y que afloren en los teste de estrés de otoño. Ese es uno de los motivos de que la Bolsa italiana descendiera un 1,9% y la española, el 1,6%. No obstante, en el Ibex-35 fueron las constructoras las que encabezaron las pérdidas (Sacyr cedió un 3,8%), aunque también los bancos se llevaron lo suyo (el más perjudicado fue Sabadell, con el 3,7%).

Dentro de los elementos desestabilizadores hay que incluir también la suspensión de pagos de Argentina. Ante tanta incertidumbre, los inversores buscan refugio en los activos que consideran más seguros. Por eso mucho dinero entró ayer en el bono alemán, cuya rentabilidad descendió hasta un mínimo histórico del 1,06%.