El presidente del BCE, Mario Draghi, ayer durante su intervención tras la reunión de la entidad. :: BORIS ROESSLER / EFE
Economia

El BCE alerta de que la eurozona crece de manera «débil, frágil y desigual»

Su presidente, Mario Draghi, mantiene los tipos en el mínimo histórico del 0,15% porque ve grandes «riesgos geopolíticos» y mira, sobre todo, a Rusia

MADRID. Actualizado: Guardar
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No se esperaban nuevas medidas de la reunión del Consejo de Gobierno del BCE celebrada ayer. Y no las hubo. Pero sí varias advertencias sobre las amenazas que acechan a la economía de la eurozona y que en los últimos días empiezan a reflejarse también en la inestabilidad de los mercados. En este sentido, el presidente de la entidad emisora, Mario Draghi, señaló que los «mayores riesgos geopolíticos», como el conflicto de Ucrania, ponen en peligro el «débil, frágil y desigual» crecimiento existente en la eurozona. Y se guardó la posibilidad de actuar mediante nuevas «medidas extraordinarias» en función de la evolución de estos acontecimientos y su impacto en la economía.

De momento, el máximo responsable del organismo con sede en Fráncfort reconoció que el impulso en la región «se ha ralentizado». Algo preocupante teniendo en cuenta que en el primer trimestre del año la economía de la eurozona apenas creció un 0,2%. Pero la noticias llegadas desde Italia -que volvió a la recesión en el segundo trimestre- o la posible ralentización del PIB de Alemania, el motor del viejo continente, más el estancamiento de Francia, hacen presagiar unos datos en el segundo trimestre todavía inferiores. Eso sí, Draghi insistió en que aquellos países que han realizado las reformas estructurales están soportando mejor estas turbulencias.

El BCE, que decidió mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,15% en que los fijó hace dos meses, considera que las tensiones internacionales podrían tener un efecto en los precios de la energía y en la demanda de productos de la zona euro. Y en ambos casos el principal peligro proviene de Rusia, país del que procede más de un tercio del gas que consume Europa y que, además, acaba de prohibir durante un año la importación de productos alimentarios de la UE como respuesta a las sanciones de los Veintiocho.

«La tensión entre Rusia y Ucrania tendrá un impacto en la zona del euro mayor que en otras zonas del mundo», aseguró Draghi, consciente del importante peso que tienen las relaciones comerciales entre ambas regiones. Por eso anunció que se mantendrá «vigilante» sobre la evolución de este problema y su repercusión económica, aunque no se atrevió a cuantificar el efecto que pueden tener las restricciones comerciales impuestas. «Es difícil medir el impacto de las sanciones de una parte y las contrasanciones de la otra», señaló el presidente del BCE. Pero Draghi no solo citó a las tensiones en Ucrania. También se refirió a los conflictos en Irak, Libia (importantes productores de petróleo) Gaza y Siria. Ante tales incertidumbres, el banquero italiano no descartó nuevas medidas -que no concretó- en caso de que fuesen necesarias para reactivar el crecimiento.

Elevar la inflación

Pero la recuperación en la eurozona también puede verse afectada por la baja inflación y la constante amenaza -siempre descartada desde el BCE- de la deflación. La realidad es que los precios en la región descendieron una décima más en julio y se situaron en el 0,4% -el objetivo del BCE es el 2%-. Para tratar de paliar este problema el propio Draghi anunció que los tipos se mantendrán en ese mínimo del 0,15% durante un periodo «largo de tiempo». Sin embargo, Draghi insistió en que la caída de la inflación se debe a los productos más volátiles como la energía y reiteró que sus estimaciones contemplan una recuperación de los precios. «No hemos observado un descenso en las expectativas de inflación a medio y largo plazo», explicó.

Para mantener esas previsiones el BCE confía en que las medidas puestas en marcha en junio empiecen a dar resultados. Entre ellas se encuentran la tasa negativa (-0,10%) en los depósitos que las entidades financieras guardan en el BCE. El objetivo era hacer fluir el crédito hacia las empresas y la familia. De esta forma se lograría reactivar el consumo y, por ende, reforzar el crecimiento económico. Sin embargo, aunque parece que poco a poco las entidades financieras aumentan el flujo de crédito, sigue siendo a un ritmo insuficiente. En este sentido, Draghi aseguró que el BCE espera una gran demanda de los próximos préstamos a cuatro años condicionados a que los bancos den créditos a las empresas y los hogares.

Además, el presidente del BCE también aseguró que el consejo de gobierno del organismo trabaja en el programa de compra de bonos de titulización de activos, los denominados TLTRO, anunciados en junio y cuyo objetivos es estimular el crédito, lo que contribuirá a elevar la tasa de inflación y a relajar aún más las condiciones de financiación. «Se trata de una financiación que se tiene que utilizar para dar crédito, sobre todo a las pymes». Sin embargo, numerosos analistas consideran que no se llegarán a poner en práctica.