Lucy entra en prisión

Esta vez no hubo gritos. Ni a favor ni en contra. Acompañada tan sólo del sonido de las cámaras de los fotógrafos, Emilio F. I., conocido en el barrio de Guillén Moreno como la Lucy, entró en los juzgados de San José. Lo hizo, con la cabeza tapada con la capucha de la sudadera que llevaba puesta y con las manos esposadas. Eran las diez de la mañana. Durante más de tres horas y media estuvo respondiendo a las preguntas del juez del juzgado de Instrucción número 1. Allí relató lo mismo que ya le contara a los agentes de la Policía Nacional cuando decidió entregarse en la madrugada del martes, cómo y por qué acabó presuntamente con la muerte de María Soto, la anciana de 92 años que vivía en el 41 de la avenida San Severiano. No fue el único testimonio que escuchó el juez, también recibió al médico forense que dictaminó que María Soto murió asfixiada por una bolsa de plástico y a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que participaron en la investigación. Estos agentes explicaron cómo respondieron a la llamada que varios vecinos realizaron a la Policía Local alertando del hallazgo del cuerpo sin vida de María. Una vez en su domicilio realizaron las correspondientes inspecciones técnico-policiales y oculares e iniciaron las gestiones oportunas para esclarecer lo sucedido, descubrir y detener al presunto autor material de la muerte de la anciana. De especial importancia fue el testimonio que aportaron algunos vecinos en el que ofrecieron datos sobre la vida de María, que convivía con su hermana (que tiene alzheimer) y de las personas, como Emilio F. I., que iban a visitarla. Ellos mismos llamaron preocupados porque no habían visto las persianas de la casa de la anciana subidas.

Por su parte, los agentes especializados de la Brigada de Policía Científica, tras finalizar una minuciosa y meticulosa inspección técnico policial del interior de la vivienda, realizaron el pertinente estudio e informe pericial que proporcionó indicios incriminatorios que apuntaban la identidad de una persona como presunta autora material de la muerte de la mujer de 92 años. Este informe señaló directamente a Emilio F. I. quien horas más tardes decidió entregarse en comisaría llevando consigo algunos objetos de María como prueba, entre ellos varias joyas y alrededor de 20.000 euros.

Tras escuchar todos los testimonios, el juez decidió ordenar su ingreso en prisión en Puerto II e imputarle los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada. No es la primera vez que Emilio se enfrenta a la justicia. Como ya adelantara LA VOZ, le constan varios antecedentes de finales de la década de los años setenta y principio de los ochenta por robo con violencia e intimidación, entre otros, pero nunca había llegado tan lejos.