CÁDIZ

Los veraneos en Puertatierra

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Cuesta imaginarse ese brazo de mar solo salpicado de pequeños chalets y casas de campo. Ese era el paisaje que poblaba la Puertatierra de los años 30. En una convulsión política en ciernes, el gaditano disfrutaba de sus Extramuros de una forma bien similar a como lo hacían sus antepasados del siglo XIX. Esto era emplear zona de matorrales y de paisaje dunar como lugar de vacaciones. Si bien sus antepasados solo tenían diligencias para atravesar las murallas, ese Cádiz de los años 30 ya disponía de tranvía para esas excursiones playeras.

Ya en la arena, el divertimento era más cercano al picnic que a las jornadas playeras contemporáneas. Mucho traje y vestido en unos inicios de jornadas que terminaban a ritmos de pasodobles ya de vuelta a Intramuros, esta vez en el Parque Genovés.

Superponer las dos fotos, una de los años 30 y otra de los 60 es recomponer también la historia de una tragedia que reconfiguró hasta las pautas veraniegas de los gaditanos. Fue en agosto de 1947 cuando la explosión accidental del Instituto Hidográfico destruyó casi al completo toda Puertatierra. Al paisaje de casas de verano, dio paso un skyline de edificios de gran altura, propios de la arquitectura cercana a la costa de los años 60 y 70.

Entre ambas fotos, aún se mantenían las entrañables casetas de rallas, cambiadores para un Cádiz todavía pudoroso que aún ocultaba su ombligo.