Muñecos y pelotas

Un sondeo de opinión registraba ayer que el 51% de los votantes escoceses cree que la campaña independentista es más atractiva, mientras que sólo el 23% considera que Mejor Juntos es la opción más adecuada. En los últimos días, nada menos que el Ministerio de Hacienda, donde George Osborne diseña la política gubernamental escocesa, ha tenido que digerir con dificultades unos muñequitos de Lego.

El Tesoro anunció hace unos días que los escoceses tendrán 1.730 euros anuales más por cabeza manteniendo la unión. Luego, ilustró qué se puede hacer con tal dinero: montar en un autobús entre Glasgow y Edimburgo 127 veces, ver con dos amiguetes al Aberdeen toda la temporada, comprando pasteles de carne y salsas en la cantina, además, o comer 280 perritos calientes, de los caros. La campaña recibió desde Escocia respuestas cómicas, pero el ángulo imprevisto fue la utilización de muñecos de Lego para ilustrar estas actividades. La compañía danesa, celosa de preservar su neutralidad política, se quejó y el Tesoro ha tenido que retirar a los muñecos.

Todos los años por estas fechas, Andy Murray, el tenista escocés que ganó el año pasado el torneo de Wimbledon poniendo fin a una larga frustración británica, es preguntado por sus sentimientos patrióticos. Su error fue responder en vísperas del Mundial de fútbol de 2006 que no le importaba que ganase cualquiera salvo Inglaterra. La rivalidad deportiva entre los dos países es atávica.

De nuevo preguntado por estas cosas, Murray, que no puede votar en el referéndum, ha dicho que no le gustó el despliegue de la bandera escocesa por Alex Salmond en la tribuna de Wimbledon para celebrar su victoria, que Salmond le parece «una persona agradable conmigo» y recordó que lleva jugando en equipos de Gran Bretaña desde que tiene once años. Salmond, siempre astuto, ha dicho que en el inminente Mundial de fútbol «no me encontrarán vistiendo una camiseta de Inglaterra, pero les apoyaré mucho en los partidos». Y ayer, tras las declaraciones de Murray, su portavoz señaló: ««Todos deberían respetarlo y dejarle jugar al tenis».