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La Audiencia ordena que Jenaro Jiménez cumpla la pena en prisión

Un auto de la Sección Primera deniega la suspensión de la ejecución de la condena impuesta en 2011 por estafar a un familiar en la compra de una vivienda

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Jenaro Jiménez tendrá que empezar a rendir cuentas en la cárcel. El empresario, que simuló su muerte en 2009 para escapar de las deudas a Paraguay, fue sentenciado en diciembre de 2011 a una pena de 24 meses de cárcel por haber estafado a un cuñado. La víctima le había entregado 47.000 euros como anticipo para la compra de una vivienda. El condenado le explicó que invertiría ese dinero en la reforma del inmueble, pero en realidad lo empleó para salir del país e instalarse en Sudamérica con una identidad falsa. La Audiencia acaba de dictaminar que el empresario no puede acogerse al beneficio de la suspensión de la ejecución de esa pena y confirma su cumplimiento, tal y como había acordado el juez del Penal nº 1 que lo había condenado en primera instancia.

El auto firmado por la Sección Primera indica que el procesado cumple con los requisitos que el Código Penal exige para acogerse a este beneficio como ser un delincuente primario (carecer de antecedentes en el momento de la sentencia) y que la pena impuesta no sea superior a dos años. Sin embargo, el tribunal le da la razón al juez de lo Penal que sopesó otras circunstancias para denegar la suspensión como la falta de arrepentimiento y que tiene otras causas judiciales abiertas.

Aunque la aprobación de este beneficio por el cauce ordinario (sin que medie indulto del Consejo de Ministros) es habitual en los reos que se ajustan a los requisitos, es el juez quien tiene la atribución para concederlo o negarlo en virtud de otros condicionantes que determinen «la peligrosidad del sujeto», como así lo subraya la Audiencia.

Insolvente

El auto, que se acaba de conocer, incluye detalles sobre la situación personal del condenado o, al menos, la que presenta en los tribunales, como su declaración de insolvencia o que su familia se ha hecho cargo de los gastos judiciales. El tribunal de la Sección Primera define este respaldo económico de «paradójico» ya que recuerda que no «se ha destinado un solo euro» a resarcir a la víctima, quien antaño fuera su cuñado hasta que se produjo la separación de su mujer y la ruptura con su familia política a raíz de descubrirse que su desaparición había sido una cortina de humo. En Paraguay, además, Jenaro comenzó una relación sentimental con otra mujer, una reina de la belleza local a la que engañó haciéndole creer que era un empresario de nombre Álvaro Domecq y Carvajal.

Además de la falta de arrepentimiento y de las causas judiciales abiertas, el tribunal sostiene que Jenaro Jiménez no cometió la estafa «por circunstancias apremiantes o por necesidades más o menos perentorias». Valora que en su caso, a la hora de tener en cuenta la aplicación de un beneficio que le aleja de la cárcel, no es tan importante la cuantía de lo estafado como «la motivación que lo guió».

Con este auto, al empresario sólo le quedaría apelar a la petición de un indulto para tratar de retrasar la entrada en prisión.

Hasta la fecha, Jenaro Jiménez ha tenido que acudir a los tribunales en cinco ocasiones y en tres de ellas ha salido absuelto. Esta condena de dos años de cárcel por estafa es la única que tiene por las reclamaciones que le hacen los distintos acreedores que dejó tras huir del país. En su expediente también hay que sumar una sentencia en contra en un juicio de faltas. Fue condenado a pagar 120 euros por insultar a tres familiares de su exmujer a través de comentarios a noticias publicadas por este periódico.

En el juicio celebrado en 2011, el empresario dio su versión sobre su muerte fingida. Dijo que había tratado de suicidarse al sospechar que su mujer le había sido infiel, que se pinchó insulina en vena y se lanzó al agua. Pero que al fracasar decidió marcharse del país. En su sentencia, el juez tildó esta historia de «absurda»; ironizó con el hecho de que tratara de acabara con su vida vistiendo un traje de neopreno - «suponemos para no sufrir hipotermia»- y recordó que antes de marcharse vació sus cuentas corrientes.