Metáfora financiera

Nacieron de buena cuna. Sus progenitores, gentes de buena voluntad. Amamantadas con pureza de intención: ayudar a los pobres con el ahorro de los pobres. Un consejo de ancianos tutelaba su crecimiento. Pocos toros, pocas ganancias; las suficientes. Casi lo comido por lo servido, con la satisfacción general de ser útiles a su entorno. Pero... ¡Ay! las mozas fueron seducidas por viejos camándulas vestidos de lentejuelas brillantes de competitividad. Eran los años ochenta. Las más raquíticas pasaron a ser concubinas. Todavía fieles a su ser, a su amparo, aparecieron barrios enteros para obreros e instituciones sociales. Llegado su tiempo, hermosas matronas. Nadie supo cuándo se coció su destino y su final. Sus dotes dilapidadas. Era el momento de los proxenetas. Sus apellidos perdidos y borradas sus genealogías. Se llamaban Cajas de Ahorro.